DESPERTAR AL AMOR

martes, 19 de julio de 2011

19 JULIO: No hay más paz que la paz de Dios.

AUDIOLIBRO
EJERCICIOS
LECCIÓN 200
No hay más paz que la paz de Dios.
1.Deja de buscar. 2No hallarás otra paz que la paz de Dios. 3Acepta este hecho y te evitarás la agonía de sufrir aún más amargos de­sengaños, o de verte invadido por una sombría desesperación y una gélida sensación de desesperanza y de duda. 4Deja de buscar. 5No puedes hallar otra cosa que la paz de Dios, a no ser que lo que busques sea infelicidad y dolor.
2. Este es el punto final al que en última instancia todo el mundo tiene que llegar para dejar de lado toda esperanza de hallar felici­dad allí donde no la hay; de ser salvado por lo que tan sólo puede causar dolor; y de hacer paz del caos, dicha del dolor y Cielo del infierno. 2No sigas tratando de ganar por medio de la pérdida ni de morir para vivir. 3Pues no estarás sino pidiendo la derrota.
3. No obstante, con la misma facilidad puedes pedir amor, felici­dad y vida eterna en una paz que no tiene fin. 2Pide esto, y sólo puedes ganar. 3Pedir lo que ya tienes te lleva al éxito. 4Pedir que lo que es falso sea verdadero sólo puede conducir al fracaso. 5Per­dónate a ti mismo tus vanas imaginaciones y deja de buscar lo que no puedes encontrar. 6Pues, ¿qué podría ser más absurdo que buscar el infierno una y otra vez cuando no tienes más que abrir los ojos y mirar para darte cuenta de que el Cielo se encuentra ante ti, allende el umbral de una puerta que se abre fácilmente para darte la bienvenida?
4. Regresa a casa. 2Jamás encontraste felicidad en lugares extra­ños, ni en formas que te son ajenas y que no tienen ningún signifi­cado para ti, si bien trataste de que lo tuvieran. 3No te corres­ponde estar en este mundo. 4Aquí eres un extraño. 5Pero te es dado encontrar los medios a través de los cuales el mundo deja de parecer una prisión o una cárcel para nadie.
5. Se te concede la libertad allí donde no veías más que cadenas y puertas de hierro. 2Mas si quieres hallar escapatoria tienes que cambiar de parecer con respecto al propósito del mundo. 3Perma­necerás encadenado hasta que veas el mundo como un lugar ben­dito, liberes de tus errores a cada hermano y lo honres tal como es. 4Tú no lo creaste, así como tampoco te creaste a ti mismo. 5Y al liberar a uno, el otro es aceptado tal como es.
6. ¿Qué función tiene el perdón? 2En realidad no tiene ninguna, ni hace nada, 3pues es desconocido en el Cielo. 4Es sólo en el infierno donde se le necesita y donde tiene una formidable función que desempeñar. 5¿No es acaso un propósito loable ayudar al biena­mado Hijo de Dios a escapar de los sueños de maldad, que aun­que son sólo fabricaciones suyas, él cree que son reales? 6¿Quién podría aspirar a más, mientras parezca que hay que elegir entre el éxito y el fracaso, entre el amor y el miedo?
7. No hay más paz que la paz de Dios porque Él sólo tiene un Hijo, que no puede construir un mundo en oposición a la Volun­tad de su Padre o a la suya propia, la cual es la misma que la de Él. 2¿Qué podría esperar encontrar en semejante mundo? 3Este no puede ser real, ya que nunca fue creado. 4¿Es acaso ahí adonde iría en busca de paz? 5¿O bien tiene que darse cuenta de que tal como él ve el mundo, éste sólo puede engañar? 6Puede aprender, no obstante, a verlo de otra manera y encontrar la paz de Dios.
8. La paz es el puente que todos habrán de cruzar para dejar atrás este mundo. 2Pero se empieza a tener paz en él cuando se le per­cibe de otra manera, y esta nueva percepción nos conduce hasta las puertas del Cielo y lo que yace tras ellas. 3La paz es la res­puesta a las metas conflictivas, a las jornadas insensatas, a las búsquedas vanas y frenéticas y a los empeños sin sentido. 4Ahora el camino es fácil, y nos conduce por una ligera pendiente hasta el puente donde la libertad yace dentro de la paz de Dios.
9. No volvamos a perder el rumbo hoy. 2Nos dirigimos al Cielo, y el camino es recto. 3Sólo si procuramos desviarnos podemos retrasarnos y perder el tiempo innecesariamente por escabrosas veredas. 4Sólo Dios es seguro, y Él guiará nuestros pasos. 5Él no abandonará a Su Hijo necesitado, ni permitirá que se extravíe para siempre de su hogar. 6El Padre llama; el Hijo le oirá. 7Y eso es todo lo que hay con respecto a lo que parece ser un mundo sepa­rado de Dios, en el que los cuerpos son reales.
10. Ahora reina el silencio. 2Deja de buscar. 3Has llegado a donde el camino está alfombrado con las hojas de los falsos deseos que antes anhelabas, caídas ahora de los árboles de la desesperanza. 4Ahora se encuentran bajo tus pies. 5Y tú levantas la mirada y miras al Cielo con los ojos del cuerpo, que ahora te sirven sólo por un instante más. 6Por fin la paz ha sido reconocida, y tú pue­des sentir como su tierno abrazo envuelve tu corazón y tu mente con consuelo y amor.
11. Hoy no buscamos ídolos. 2La paz no se puede encontrar en ellos. 3La paz de Dios es nuestra, y no habremos de aceptar o querer nada más. 4¡Que la paz sea con nosotros hoy! 5Pues hemos encontrado una manera sencilla y grata de abandonar el mundo de la ambigüedad; y de reemplazar nuestros objetivos cambiantes por un solo propósito, y nuestros sueños solitarios por compañe­rismo. 6Pues la paz es unión, si procede de Dios. 7Hemos abando­nado toda búsqueda. 8Nos encontramos muy cerca de nuestro hogar, y nos acercamos aún más a él cada vez que decimos:
9No hay más paz que la paz de Dios, y estoy contento y agradecido de que así sea.
TEXTO

V. La relación que ha sanado

1. La relación santa es la expresión del instante santo mientras uno viva en este mundo. 2Como todo lo relativo a la salvación, el instante santo es un dispositivo práctico, del que dan fe sus resul­tados. 3El instante santo nunca falla. 4La experiencia que suscita siempre se deja sentir. 5Mas si no se expresa, no se puede recor­dar. 6La relación santa es un constante recordatorio de la expe­riencia en la que la relación se convirtió en lo que es. 7Y así como la relación no santa es un continuo himno de odio en alabanza de su hacedor, así también la relación santa es un feliz cántico de alabanza al Redentor de las relaciones.
2. La relación santa, que es un paso crucial hacia la percepción del mundo real, es algo que se aprende. 2Es la relación no santa de antes, pero transformada y vista con otros ojos. 3La relación santa es un logro educativo extraordinario. 4La relación santa es en todos sus aspectos -comienzo, desarrollo y consumación- lo opuesto a la relación no santa. 5Consuélate con esto: la única fase que es difícil es el comienzo. 6Pues en esa etapa, el objetivo de la relación cambia de súbito a exactamente lo opuesto de lo que era antes. 7Éste es el primer resultado que se obtiene cuando se ofrece la relación al Espíritu Santo, a fin de que Él se valga de ella para Sus fines.
3. El Espíritu Santo acepta esta invitación inmediatamente y no se demora ni un instante en ofrecerte los resultados prácticos deriva­dos de haberle pedido que intervenga. 2Su objetivo reemplaza al tuyo de inmediato. 3Esto tiene lugar muy pronto, pero parece alte­rar la relación, descoyuntarla, e incluso producir gran tensión. 4La razón de ello es muy obvia: 5la relación, tal como es ahora, no está en armonía con su propio propósito, y es claramente inadecuada para el nuevo propósito que se aceptó para ella. 6En su condición profana, tu objetivo era lo único que parecía darle significado. 7Ahora no parece tener ningún sentido. 8Muchas relaciones se rompen en este punto, reanudándose la búsqueda del viejo obje­tivo en otra relación. 9Pues una vez que la relación no santa acepta el objetivo de la santidad, jamás puede volver a ser lo que era antes.
4. La tentación del ego se vuelve extremadamente intensa con este cambio de objetivos. 2Pues la relación no ha cambiado aún lo sufi­ciente como para mantenerse completamente inmune a la atrac­ción de su objetivo previo, y su estructura se ve "amenazada" cuando se reconoce lo inadecuada que es para satisfacer su nuevo propósito. 3El conflicto entre el objetivo y la estructura de la rela­ción es tan evidente, que no pueden coexistir. 4Mas ahora no se puede cambiar el objetivo. 5Pues al haber quedado firmemente establecido en la relación no santa, no queda otra alternativa que la de cambiar la relación para acomodarlo. 6Hasta que esta feliz solución no se vea y se acepte como la única manera de poner fin al conflicto, la relación parecerá tener serias dificultades.
5. Cambiar el objetivo gradualmente no sería más benévolo, pues el contraste perdería definición y ello le daría tiempo al ego para re-interpretar cada paso a su antojo. 2Sólo un cambio de propósito radical puede producir un cambio de parecer absoluto con res­pecto al objetivo de la relación. 3Según va produciéndose este cambio y hasta que finalmente se logra, la relación se vuelve pro­gresivamente más grata y benéfica. 4Pero al principio, la situación se experimenta como muy precaria. 5Pues es una relación que dos individuos emprendieron para perseguir sus fines profanos, que de pronto tiene por objetivo a la santidad. 6Cuando dichos indivi­duos contemplan su relación desde el punto de vista de este nuevo propósito, se sienten inevitablemente horrorizados. 7Su percepción de la relación puede incluso volverse bastante errática. 8Sin embargo, la manera en que su percepción estaba organizada antes ya no sirve para el objetivo que han acordado alcanzar.
6. Ahora es el momento en que hay que tener fe. 2Permitiste que el objetivo se estableciese por ti. 3Eso fue un acto de fe. 4No pierdas la fe, ahora que se te están brindando las recompensas por tener fe. 5Si creíste que el Espíritu Santo estaba presente para aceptar la relación, ¿por qué no ibas a creer ahora que todavía sigue presente para purificar lo que aceptó dirigir? 6Ten fe en tu hermano durante lo que tan sólo parece ser un período difícil. 7El objetivo ya está establecido. 8Y la cordura es el propósito de tu relación. 9Pues la relación que tienes ahora es una relación demente, reconocida como tal a la luz de su objetivo.
7. Ahora el ego te aconseja: "Sustituye esta relación por otra en la que puedas volver a perseguir tu viejo objetivo. 2La única manera de librarte de la angustia es deshaciéndote de tu hermano. 3No tienes que separarte de él del todo si no quieres hacerlo. 4Pero tienes que excluir de él gran parte de tus fantasías para poder conservar tu cordura". 5¡No hagas caso de estos consejos! 6Ten fe en Aquel que te contestó. 7Él te oyó. 8¿Acaso no fue muy explícito en Su respuesta? 9Ya no estás completamente loco. 10¿Puedes acaso negar que Él fue muy explícito en lo que te dijo? 11Ahora te pide que sigas teniendo fe por algún tiempo, aunque te sientas deso­rientado. 12Pues eso pasará, y verás emerger lo que justifica tu fe, brindándote una incuestionable convicción. 13No abandones al Espíritu Santo ahora, ni abandones a tu hermano. 14Esta relación ha vuelto a nacer como una relación santa.

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