DESPERTAR AL AMOR

martes, 17 de abril de 2012

17 ABRIL: La verdad corregirá todos los errores de mi mente.

AUDIOLIBRO




EJERCICIOS

La verdad corregirá todos los errores de mi mente.

1. ¿Qué otra cosa puede corregir las ilusiones sino la verdad? 2¿Y qué son los errores sino ilusiones que aún no se han reconocido como tales? 3Allí donde la verdad ha hecho acto de presencia los errores desaparecen. 4Simplemente se desvanecen sin dejar ni ras­tro por el que se pudiesen recordar. 5Desaparecen porque, sin la creencia que los sustenta, no tienen vida. 6De este modo, se disuel­ven en la nada de donde provinieron. 7Del polvo vienen y al polvo volverán, pues lo único que queda es la verdad.

2. ¿Puedes imaginarte lo que sería un estado mental en el que no hubiese ilusiones? 2¿Qué sensación te produciría? 3Trata de recor­dar algún momento -quizá un minuto, o incluso menos- en el que nada vino a perturbar tu paz; en el que te sentiste seguro de ser amado y de estar a salvo. 4Trata entonces de imaginarte cómo sería si ese momento se pudiera extender hasta el final del tiempo y hasta la eternidad. 5Luego deja que la sensación de quietud que sentiste se multiplique cien veces, y luego cien veces más.

3. Entonces tendrás un atisbo, que no es más que un leve indicio del estado en el que tu mente descansará una vez que haya lle­gado la verdad. 2Sin ilusiones no puede haber miedo, dudas o ataque. 3Cuando la verdad llegue todo dolor cesará, pues no habrá cabida en tu mente para pensamientos transitorios e ideas muertas. 4La verdad la ocupará por completo y te liberará de todas tus creencias en lo efímero. 5No habrá cabida para éstas porque la verdad habrá llegado y ahora dichas creencias no esta­rán en ninguna parte. 6No se pueden encontrar, pues ahora la verdad lo ocupa todo eternamente.

4. Cuando la verdad llega no se queda sólo por un rato para luego desaparecer o convertirse en otra cosa. 2Su forma no cam­bia ni varía, ni ella va y viene, para luego volver a irse y regresar de nuevo. 3Permanece exactamente como siempre fue, de manera que podamos contar con ella en caso de cualquier necesidad, y confiar, con perfecta certeza, en que estará con nosotros en todas las aparentes dificultades y dudas que engendran las apariencias que el mundo presenta. 4Éstas simplemente desaparecerán cuando la verdad corrija los errores de tu mente.

5. Cuando la verdad llega trae en sus alas el don de la perfecta constancia, así como un amor que no se arredra ante el dolor, sino que mira, con seguridad y firmeza, más allá de él. 2He aquí el don de la curación, pues la verdad no necesita defensa y, por lo tanto, no es posible ningún ataque. 3Las ilusiones pueden llevarse ante la verdad para ser corregidas. 4Pero la verdad se alza muy por encima de las ilusiones, y no puede ser llevada ante éstas para hacer que sean verdad.

6. La verdad no va y viene, no cambia ni varía, adoptando una apariencia ahora y luego otra, evitando la captura y evadiendo la aprehensión. 2No se oculta. 3Se alza en plena luz, claramente acce­sible. 4Es imposible que alguien que la busque verdaderamente no la pueda encontrar. 5Este día le pertenece a la verdad. 6Dale lo que le corresponde, y ella te dará lo que es tuyo. 7No fuiste creado para sufrir y morir. 8La Voluntad de tu Padre dispone que esos sueños desaparezcan. 9Deja que la verdad los corrija.

7. No estamos pidiendo lo que no tenemos. 2Estamos pidiendo simplemente lo que nos pertenece, de manera que podamos reco­nocer que es nuestro. 3Hoy practicamos con la feliz certeza que emana de la verdad. 4Los titubeantes e inestables pasos de la ilu­sión no serán nuestro enfoque hoy. 5Estamos tan seguros de que vamos a triunfar como de que vivimos, de que tenemos esperan­zas y de que respiramos y pensamos. 6No tenemos ninguna duda de que hoy caminamos con la verdad, y contamos con ella para que forme parte de todos los ejercicios que habremos de hacer en este día.

8. Comienza pidiéndole a Aquel que te acompaña en esta empresa que permanezca en tu conciencia conforme vas con Él. 2Tú no estás hecho de carne, sangre y huesos, sino que fuiste creado por el mismo Pensamiento que le concedió a Él el don de la vida. 3Él es tu Hermano, y tan parecido a ti que tu Padre sabe que ambos sois lo mismo. 4Es a tu propio Ser al que le pides que te acompañe, y ¿cómo podría Él no estar donde tú estás?

9. La verdad corregirá todos los errores de tu mente que te dicen que puedes estar separado de Él. 2Habla con Él hoy, y compromé­tete a permitir que Su función se realice a través de ti. 3Compartir Su función es compartir Su dicha. 4Dispones de Su confianza cuando dices:

5La verdad corregirá todos los errores de mi mente, y descansaré en Aquel que es mi Ser.

6Deja entonces que Él te guíe dulcemente hacia la verdad, la cual te envolverá y te llenará de una paz tan profunda y serena que te será difícil regresar al mundo que te es familiar.

10. Aun así, te sentirás feliz de volver a ver ese mundo. 2Pues trae­rás contigo la promesa de los cambios que la verdad que te acom­paña habrá de efectuar en él. 3Éstos serán cada vez mayores con cada regalo de cinco breves minutos que le hagas a Él, y los erro­res que rodean al mundo quedarán corregidos a medida que per­mitas que se corrijan en tu mente.

11. No te olvides hoy de tu función. 2Cada vez que te dices a ti mismo con absoluta certeza: "La verdad corregirá todos los erro­res de mi mente" hablas en nombre de todos y de Aquel que liberará al mundo según te libere a ti.


TEXTO

V. La negación de Dios

1. Los ritos del dios de la enfermedad son extraños y muy estric­tos. 2En ellos la alegría está prohibida, pues la depresión es la señal de tu lealtad a él. 3La depresión significa que has abjurado de Dios. 4Son muchos los que tienen miedo de la blasfemia, mas no entienden lo que ésta es. 5No se dan cuenta de que negar a Dios es negar su propia Identidad, y en este sentido el costo del pecado es la muerte. 6Esto es así en un sentido muy literal: negar la vida hace que se perciba su opuesto, de la misma manera en que toda forma de negación reemplaza lo que existe con lo que no existe. 7Nadie puede realmente hacer esto, aunque es indudable que tú puedes pensar que puedes y creer que lo has hecho.

2. Mas no te olvides que negar a Dios dará lugar inevitablemente a la proyección, y creerás que son otros y no tú, los que te han hecho esto a ti. 2Es imposible que no recibas el mensaje que envías, pues ése es el mensaje que quieres. 3Tal vez creas que juzgas a tus hermanos por los mensajes que ellos te envían a ti, pero por lo que los juzgas es por los mensajes que tú les envías a ellos. 4No les atribuyas a ellos tu propia negación de tu alegría, o no podrás ver en ellos la chispa que te haría dichoso. 5Negar la chispa conduce a la depresión, pues siempre que ves a tus her­manos desprovistos de ella, estás negando a Dios.

3. Mantenerse fiel a la negación de Dios es la doctrina del ego. 2El dios de la enfermedad obviamente exige la negación de la salud, ya que la salud está en clara oposición a su propia supervivencia. 3Mas considera lo que esto significa para ti. 4A menos que estés enfermo no puedes conservar los dioses que inventaste, pues sólo estando enfermo podrías desearlos. 5La blasfemia, por lo tanto, es destructiva para el yo, pero no puede destruir a Dios. 6Blasfemar significa que estás dispuesto a no conocerte a ti mismo a fin de estar enfermo. 7Ésta es la ofrenda que tu dios exige, pues, al ser éste producto de tu demencia, no es más que una idea demente. 8Ésta se manifiesta de muchas maneras, pero si bien puede pare­cer ser muchas cosas diferentes no es sino una misma idea: la negación de Dios.

4. Parece como si la enfermedad y la muerte hubiesen entrado en la mente del Hijo en contra de la Voluntad del Padre. 2El "ataque a Dios" le hizo pensar a Su Hijo que era huérfano, y como resul­tado de su depresión inventó al dios de la depresión. 3Ésa fue su alternativa a la dicha porque no estaba dispuesto a aceptar que, si bien era un creador, él mismo había sido creado. 4El Hijo, sin embargo, se encuentra desamparado sin el Padre, Quien consti­tuye su única Ayuda.

5. Dije anteriormente que por tu cuenta no puedes hacer nada, pero tú no existes por tu cuenta. 2Pues si existieses por tu cuenta, lo que has hecho sería verdad y nunca te podrías escapar. 3Preci­samente porque no te creaste a ti mismo es por lo que no tienes que preocuparte por nada. 4Tus dioses no son nada porque tu Padre no los creó. 5No puedes crear creadores que no sean como tu Creador, de la misma forma en que Él no habría podido crear un Hijo que no fuese como Él. 6Si la creación es compartir, no puede crear lo que no es igual a ella misma. 7Sólo puede compar­tir lo que ella es. 8La depresión es aislamiento, y, por lo tanto, no pudo haber sido creada.

6. Hijo de Dios, no has pecado, pero sí has estado muy equivo­cado. 2No obstante, eso puede corregirse y Dios te ayudará, pues sabe que tú no puedes pecar contra Él. 3Lo negaste porque lo amabas, pues sabías que de reconocer tu amor por Él, no habrías podido negarle. 4Negarle significa, por lo tanto, que lo amas y que sabes que Él te ama a ti. 5Recuerda que tienes que haber conocido previamente lo que niegas. 6Y si aceptas la negación también puedes aceptar su des-hacimiento.

7. Tu Padre no te ha negado. 2Él no toma represalias, pero sí te pide que retornes. 3Cuando piensas que Él no ha respondido a tu llamada es porque tú no has respondido a la Suya. 4Te llama desde cada parte de la Filiación, debido al Amor que le profesa a Su Hijo. 5Si oyes Su mensaje Él te habrá respondido, y te harás consciente de Él si escuchas debidamente. 6El Amor de Dios está en todo lo que Él creó, pues Su Hijo está en todas partes. 7Con­templa a tus hermanos en paz, y Dios no se demorará ni un ins­tante en llegar a tu corazón como muestra de agradecimiento por la ofrenda que le haces.

8. No recurras al dios de la enfermedad para curar, sino sólo al Dios del amor, pues curar significa que Lo has reconocido. 2Cuando lo reconozcas sabrás que Él nunca ha dejado de recono­certe y que en Su reconocimiento de ti radica tu ser. 3No estás enfermo ni tampoco puedes morir. 4Pero te puedes confundir a ti mismo con cosas que mueren. 5Recuerda, no obstante, que hacer eso es una blasfemia, pues significa que estás contemplando sin amor a Dios y a Su creación, de la cual Él no puede estar separado.

9. Sólo lo eterno puede ser amado, pues el amor no muere. 2Lo que es de Dios es Suyo para siempre, y tú eres de Dios. 3¿Cómo iba Él a permitirse a Sí Mismo sufrir? 4 ¿Y cómo iba a ofrecerle a Su Hijo algo que no fuese aceptable para El? 5Si te aceptases tal como Dios te creó, sería imposible que pudieses sufrir. 6Sin embargo, para aceptarte tal como Dios te creó tienes que reconocerlo a Él como tu Creador. 7Esto no se debe a que de negarte a ello se te fuese a castigar. 8Se debe simplemente a que reconocer a tu Padre es reconocerte a ti mismo tal como eres. 9Tu Padre te creó comple­tamente libre de pecado, completamente libre de dolor y comple­tamente a salvo de todo sufrimiento. 10Si niegas a tu Padre estarás invitando al pecado, al dolor y al sufrimiento a tu mente debido al poder que Él le dio. 11Tu mente es capaz de crear mundos, pero puede también negar lo que crea porque es libre.

10. No te das cuenta de cuánto te has negado a ti mismo, ni de cuánto Dios, en Su Amor, desea que no sea así. 2No obstante, Dios no interferiría en tus decisiones porque no podría conocer a Su Hijo si éste no fuese libre. 3Interferir en tus decisiones sería ata­carse a Sí Mismo, y Dios no está loco. 4Cuando tú lo niegas a Él eres tú el que está loco. 5¿Desearías que Él compartiese tu demen­cia? 6Dios nunca dejará de amar a Su Hijo y Su Hijo nunca dejará de amar a su Padre. 7Ésa fue la condición bajo la que la creación de Su Hijo tuvo lugar, la cual quedó establecida para siempre en Su Mente. 8Reconocer esto es cordura. 9Negarlo, demencia. 10Dios se dio a Sí Mismo a ti en tu creación, y Sus dones son eternos. 11¿Te negarías acaso a entregarte a Él?

11. Como resultado de las ofrendas que Le haces, se le restituirá el Reino a Su Hijo. 2Su Hijo se excluyó a sí mismo de Su don al negarse a aceptar lo que había sido creado para él y lo que él había creado en el Nombre de su Padre. 3El Cielo espera su retorno, pues fue creado para ser la morada del Hijo de Dios. 4Tú no te sientes a gusto en ninguna otra parte ni en ningún otro estado. 5No te niegues la dicha que fue creada para ti a cambio de la infelicidad que tú mismo te has labrado. 6Dios te ha proporcio­nado los medios para deshacer lo que tú has hecho. 7Escucha y aprenderás a recordar lo que eres.

12. Si Dios sabe que Sus Hijos son completamente impecables*, es una blasfemia percibirlos como culpables. 2Si Dios sabe que Sus Hijos no pueden sufrir dolor alguno, es una blasfemia percibir sufrimiento en cualquier parte. 3 Si Dios sabe que Sus Hijos son completamente dichosos, es una blasfemia sentirse deprimido. 4Todas estas ilusiones y las múltiples formas que la blasfemia puede adoptar, son negativas a aceptar la creación tal como es. 5Si Dios creó a Su Hijo perfecto, así es como debes aprender a consi­derarlo para que puedas conocer su realidad. 6Y como parte de la Filiación, así es como tienes que considerarte a ti mismo para que puedas conocer la tuya.

13. No percibas nada que Dios no haya creado o lo estarás negando a Él. 2Suya es la única Paternidad que existe, y es tuya solamente porque Él te la dio. 3Las ofrendas que te haces a ti mismo no tie­nen sentido, pero las ofrendas que les haces a tus creaciones son como las Suyas porque las haces en Su Nombre. 4Por eso tus crea­ciones son tan reales como las Suyas. 5Con todo, la verdadera Paternidad tiene que ser reconocida si es que se ha de conocer al verdadero Hijo. 6Crees que las cosas enfermizas que has fabricado son tus verdaderas creaciones porque crees que las imágenes enfermizas que percibes son los Hijos de Dios. 7Sólo aceptando la Paternidad de Dios tendrás algo, porque Su Paternidad te lo dio todo. 8Por eso es por lo que negarlo a Él es negarte a ti mismo.

14. La arrogancia es la negación del amor porque el amor com­parte y la arrogancia no. 2Mientras ambas cosas te parezcan de­seables, el concepto de elección, que no procede de Dios, seguirá contigo. 3Si bien esto no es verdad en la eternidad, en el tiempo lo es, de modo que mientras el tiempo perdure en tu mente te verás obligado a elegir. 4El tiempo en sí es algo que tú elegiste. 5Si quie­res recordar la eternidad, debes contemplar sólo lo eterno. 6Si permites que lo temporal te preocupe, estarás viviendo en el tiempo. 7Como siempre, tu elección estará determinada por lo que valores. 8El tiempo y la eternidad no pueden ser ambos rea­les porque se contradicen entre sí. 9Sólo con que aceptes lo intem­poral como lo único que es real, empezarás a entender lo que es la eternidad y a hacerla tuya.

No hay comentarios:

Publicar un comentario