DESPERTAR AL AMOR

lunes, 2 de diciembre de 2013

2 DICIEMBRE: El perdón me enseña que todas las mentes están unidas.

AUDIOLIBRO



EJERCICIOS


LECCIÓN 336


El perdón me enseña que todas las mentes están unidas.


1. El perdón es el medio a través del cual a la percepción le llega su fin. 2El conocimiento es restituido una vez que la percepción ha sido transformada y ha dado paso enteramente a lo que por siempre ha de estar más allá de su más elevado alcance. 3Pues las imágenes y los sonidos tan sólo pueden servir, en el mejor de los casos, para evocar el recuerdo que yace tras todos ellos. 4El per­dón elimina las distorsiones y revela el altar a la verdad que se hallaba oculto. 5Sus blancas azucenas refulgen en la mente, y la instan a regresar y a mirar en su interior para encontrar lo que en vano ha buscado afuera. 6Pues ahí, y sólo ahí, se restaura la paz interior, al ser la morada de Dios Mismo.

2. Que el perdón elimine en la quietud mis sueños de separación y de pecado. 2Y que entonces pueda mirar, Padre, en mi interior y descubrir que Tu promesa de que en mí no hay pecado es verdad; que Tu Palabra permanece inalterada en mi mente y que Tu Amor reside todavía en mi corazón.

 


TEXTO


IV. Los diferentes papeles del sueño


1. ¿Crees acaso que la verdad puede ser tan sólo meras ilusiones? 2Las ilusiones son sueños precisamente porque no son verdad. 3El hecho de que la verdad esté ausente de todas ellas por igual es la base del milagro, lo cual quiere decir que has entendido que los sueños sueños son, y que escaparte de ellos depende, no del sueño en sí, sino de que despiertes. 4¿Cómo iba a ser posible con­servar algunos sueños y despertar de otros? 5La elección no es entre qué sueños conservar, sino sólo si quieres vivir en sueños o despertar de ellos. 6De ahí que el milagro no excluya de su bené­fica influencia algunos sueños. 7No puedes quedarte con algunos sueños y despertar de otros, pues o bien estás dormido o bien despierto. 8Y soñar tiene que ver únicamente con una de estas dos posibilidades.

2. Los sueños que te parecen gratos te retrasarán tanto como aquellos en los que el miedo es evidente. 2Pues todos los sueños son sueños de miedo, no importa en qué forma parezcan mani­festarse. 3El miedo se ve adentro o afuera, o en ambos sitios. 4O puede estar oculto tras formas agradables. 5Pero nunca está ausente del sueño, pues el miedo es el elemento básico de todos los sueños. 6Puede que la forma en que éstos se manifiestan cam­bie, pero es imposible que se compongan de ninguna otra cosa. 7El milagro sería ciertamente traicionero si te permitiera seguir estando amedrentado por no haber reconocido el miedo. 8Pues no estarías entonces dispuesto a despertar, que es para lo que el milagro allana el camino.

3. Dicho llanamente, el ataque es la respuesta a una función que no se ha llevado a cabo tal como tú la percibes. 2Puede que ello tenga que ver contigo o con otro; sin embargo, allí donde se per­ciba, allí se atacará. 3La depresión o el ataque no pueden sino ser los temas de todos los sueños, pues el miedo es el elemento de que se componen. 4El fino disfraz de placer y alegría en el que tal vez vayan envueltos apenas cubre el grueso bloque de miedo que constituye su médula. 5Y esto es lo que el milagro percibe, y no las envolturas que lo cubren.

4. Cuando te invade la ira, ¿no es acaso porque alguien no llevó a cabo la función que tú le habías asignado? 2¿Y no se convierte esto en la "razón" que justifica tu ataque? 3Los sueños que crees que te gustan son aquellos en los que las funciones que asignaste se cum­plieron, y las necesidades que te adscribiste, fueron satisfechas. 4No importa si esas necesidades se satisfacen o si son simplemente algo que se desea. 5Es la idea de que existen lo que produce miedo. 6Los sueños no se desean en mayor o menor medida. 7Simplemente se desean o no se desean. 8Y cada uno representa alguna función que tú le has asignado a algo: algún objetivo que un acon­tecimiento, un cuerpo o una cosa debe representar y alcanzar por ti. 9Si lo logra crees que el sueño te gusta. 10Si fracasa crees que es triste. 11Pero el que fracase o se logre no es lo que constituye su médula, sino simplemente su endeble envoltura.

5. ¡Cuán felices serían tus sueños si no le adjudicases a cada una de las figuras que aparecen en ellos el papel que "debe" repre­sentar! 2Es únicamente la imagen que tienes de alguien lo que puede fracasar, y tener esa imagen es lo único que constituye una traición. 3La médula de los sueños que ofrece el Espíritu Santo no es nunca una médula de temor. 4Lo que los envuelve puede pare­cer ser lo mismo, pero su significado ha cambiado porque cubre otra cosa. 5Lo que determina toda percepción es su propósito, en el sentido de que aparenta ser aquello para lo que se considera que es. 6Una sombría figura que ataca se convierte en un hermano que te ofrece una oportunidad para prestar ayuda, si esto se convirtiese en la función del sueño. 7Y de este modo, los sue­ños de tristeza se transformarían en sueños de alegría.

6. ¿Para qué es tu hermano? 2No lo sabes porque tu función aún no te resulta clara. 3No le asignes un papel que tú crees que te haría feliz a ti. 4Y no trates de herirle cuando él no cumpla el papel que le asignaste en el sueño que tienes de lo que debería ser tu vida. 5Él pide ayuda en cada uno de sus sueños, y tú puedes prestársela si ves la función del sueño tal como la percibe Aquel que puede utilizar todo sueño en beneficio de la función que se le encomendó a Él. 6Puesto que ama al soñador, y no al sueño, cada sueño se convierte en una ofrenda de amor. 7Pues en el centro de cada sueño se halla Su Amor por ti, iluminando amorosamente cualquier manifestación del sueño.

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