DESPERTAR AL AMOR

viernes, 23 de enero de 2015

23 ENERO: Puedo escaparme del mundo que veo renunciando a los pensamientos de ataque.

AUDIOLIBRO



EJERCICIOS

LECCIÓN 23

Puedo escaparme del mundo que veo renunciando a los pensamientos de ataque.

1. La idea de hoy describe la única manera de poder escapar del miedo que jamás tendrá éxito. 2Nada más puede lograrlo; nada más tiene sentido. 3Pero esta manera de escapar no puede fallar. 4Cada pensamiento que albergas da lugar a algún segmento del mundo que ves. 5Es con tus pensamientos, pues con los que tene­mos que trabajar, si es que tu percepción del mundo ha de cam­biar.

2. Si la causa del mundo que ves son los pensamientos de ataque, debes aprender que ésos son los pensamientos que no deseas. 2De nada sirve lamentarse del mundo. 3De nada sirve tratar de cam­biarlo. 4No se puede cambiar porque no es más que un efecto. 5Pero lo que sí puedes hacer es cambiar tus pensamientos acerca de él. 6En ese caso estarás cambiando la causa. 7El efecto cambiará automáticamente.

3. El mundo que ves es un mundo vengativo, y todo en él es un símbolo de venganza. 2Cada una de las percepciones que tienes de la "realidad externa" no es más que una representación grá­fica de tus propios pensamientos de ataque. 3Uno podría muy bien preguntarse si a esto se le puede llamar ver. 4¿No es acaso "fantasía" una mejor palabra para referirse a ese proceso, y "alu­cinación" un término más apropiado para su resultado?

4. Ves el mundo que has fabricado, pero no te ves a ti mismo como el que fabrica las imágenes. 2No se te puede salvar del mundo, pero te puedes escapar de su causa. 3Éste es el significado de la salvación, pues, ¿dónde se encuentra el mundo que ves cuando su causa ha desaparecido? 4La visión ya tiene un susti­tuto para todo lo que crees ver ahora. 5La hermosura puede ilumi­nar tus imágenes y transformarlas de tal manera que las llegues a amar, aun cuando fueron forjadas del odio, 6pues ya no las estarás forjando solo.

5. La idea de hoy introduce el pensamiento de que no estás atra­pado en el mundo que ves porque su causa se puede cambiar. 2Éste cambio requiere, en primer lugar, que se identifique la causa y luego que se abandone, de modo que pueda ser reemplazada. 3Los primeros dos pasos de este proceso requieren tu cooperación. 4El paso final, no. 5Tus imágenes ya han sido reemplazadas. 6Al dar los dos primeros pasos, comprobarás que esto es cierto.

6. Además de usar la idea de hoy a lo largo del día según lo dicte la necesidad, se requieren cinco sesiones de práctica para su apli­cación. 2Según miras a tu alrededor, repite primero la idea para tus adentros lentamente, y luego cierra los ojos y dedica alrede­dor de un minuto a buscar en tu mente el mayor número posible de pensamientos de ataque que se te ocurran. 3Conforme cada uno de ellos cruce tu mente, di:

4Puedo escaparme del mundo que veo renunciando a los pensamientos de ataque acerca de _____

5Mantén presente cada pensamiento de ataque mientras repites esto, luego descártalo y pasa al siguiente.

7. Durante las sesiones de práctica, asegúrate de incluir tanto los pensamientos de ataque contra otros como los de ser atacado. 2Los efectos de ambos son exactamente lo mismo, puesto que ambos son exactamente lo mismo. 3Aún no reconoces esto, y lo único que se te pide de momento es que durante las sesiones de práctica los trates de igual modo. 4Todavía nos encontramos en la etapa de identificar la causa del mundo que ves. 5Cuando final­mente aprendas que los pensamientos de atacar y los de ser atacado no son diferentes, estarás listo para abandonar dicha causa.




Instrucciones para la práctica

Propósito: Aprender que “no estás atrapado en el mundo que ves, porque su causa se puede cambiar” (5:1)

Ejercicio: 5 veces, de un minuto de duración. 
  • Repite la idea lentamente mientras miras a tu alrededor. 
  • Luego cierra los ojos y busca en tu mente los pensamientos de ataque y los de ser atacado. Mantenlos en tu mente mientras dices: “Puedo escaparme del mundo que veo renunciando a los pensamientos de ataque acerca de ____”.


Observaciones: Es importante incluir los pensamientos de ataque que proceden de ti y los pensamientos de ataque hacia ti. La lección dice que son dos formas diferentes del mismo pensamiento. De hecho, si los examinas de cerca, te darás cuenta de que cada pensamiento de ataque contiene los dos aspectos. Cuando estás enfadado con alguien, siempre está el elemento “Él me hizo daño de algún modo (lo que significa: de algún modo me atacó) y por eso estoy enfadado”. Y siempre que veas que alguien te ataca, siempre hay ira, desagrado, o frustración dirigida contra él. Por lo tanto, todo es lo mismo, y todo es ataque. Verlo nos puede motivar a abandonarlo.

Respuesta a la tentación: Siempre que notes que estás teniendo pensamientos de ataque.
Repite la idea como un modo de expulsar esos pensamientos. Puedes hacerla más concreta usando la misma forma de arriba: “Puedo escaparme del mundo que veo renunciando a los pensamientos de ataque acerca de____”.

Comentario

Éste es un ejemplo que resume el mensaje del Curso para nosotros. No nos escapamos del mundo de conflicto tratando de controlarlo, manipularlo, arreglarlo o intentando hacerlo mejor. Nos escapamos mediante una acción de la mente: abandonando nuestros propios pensamientos de ataque. El mundo que veo es el efecto de los pensamientos de ataque que hay en mi mente, y por lo tanto puedo “escaparme” de él cambiando los pensamientos en mi mente. Ésta es “la única manera de poder escapar del miedo que tendrá éxito. Nada más puede lograrlo, nada más tiene sentido” (1:1-2).

“Es con tus pensamientos, pues, con los que tenemos que trabajar” (1:5).

El Texto lo dice así:

Tienes que cambiar de mentalidad, no de comportamiento, y eso es cuestión de que estés dispuesto a hacerlo. No necesitas orientación alguna excepto a nivel mental. La corrección debe llevarse a cabo únicamente en el nivel en que es posible el cambio. El cambio no tiene ningún sentido en el nivel de los síntomas donde no puede producir resultados. (T.2.VI.3:4-7)

El mundo es el nivel de los síntomas, la mente es el nivel de la causa.

Es muy difícil para muchos aceptar esta frase del Curso: “De nada sirve intentar cambiar el mundo” (2:3). Tan pronto como leo esto, me doy cuenta de que sigo intentando ir contra esto. Me veo a mí mismo intentando cambiar algún factor externo, algo que hay a mi alrededor, pensando que de alguna manera tal cambio mejorará las cosas. Todo lo que esto hace es aliviar algunos síntomas, tal como tomar una pastilla para la tos cuando tengo catarro. No cura nada. O, como Marianne Williamson dijo: “es como intentar solucionar los problemas del Titanic cambiando de lugar las tumbonas de cubierta”. Lo que funciona es cambiar mis pensamientos sobre el mundo, porque mis pensamientos de ataque son la causa del mundo que veo.

“Ves el mundo que has fabricado, pero no te ves a ti mismo como el que fabrica las imágenes” (4:1). No reconocemos el poder de nuestra mente, utilizamos las mismas imágenes fabricadas por la mente para ocultar el poder de la mente. Nos negamos a que nos etiqueten como el fabricante de imágenes. Queremos que la culpa sea de algún otro, incluso culpa de Dios.

La visión ya tiene un substituto para todo lo que crees ver ahora. La hermosura puede iluminar tus imágenes y transformarlas de tal manera que las llegues a amar, aun cuando fueron forjadas del odio, pues ya no las estarás forjando solo. (4:4-6)

Cualquier cosa hecha con nuestro odio, ataque o rabia puede transformarse si nos unimos al Espíritu Santo para dejar que Su luz nos ilumine. Cualquier relación especial, ya parezca odiosa o amorosa, puede llegar a ser una fuente de bendiciones para el mundo. Cada acto de venganza puede transformarse en salvación. Esto es lo que el milagro hace. “El más santo de los lugares de la tierra es aquel donde un viejo odio se ha convertido en un amor presente” (T.26.IX.6:1).

No estamos atrapados en el mundo “porque su causa se puede cambiar” (5:1). Luego sigue un breve resumen maravilloso del proceso de cambiar nuestra mente, que Ken Wapnick ha calificado como los 3 pasos del perdón. Se encuentra en una sola frase: “Este cambio requiere, en primer lugar, que se identifique la causa y luego que se abandone, de modo que pueda ser reemplazada” (5:2).

1.- “Este cambio requiere, en primer lugar, que identifiquemos la causa…” Tenemos que reconocer a la mente como la causa”. Tenemos que darnos cuenta de que estamos “haciendo” al ego en cada instante dentro de nuestra propia mente, por medio de nuestros pensamientos. Tenemos que darnos cuenta de que somos responsables de lo que vemos.

2.- “... y luego que se abandone…” Habiendo reconocido a la mente como la causa, tenemos que elegir cambiar nuestra mente (nuestros pensamientos) acerca del mundo. Tenemos que darnos cuenta de que los pensamientos que estamos pensando no son los pensamientos que queremos porque, como decía la lección de ayer, nos hemos cuenta de que éste no es el mundo que queremos ver. Aquí no se dice nada de que aparezcan nuevos pensamientos, simplemente dice que abandonemos los viejos. Todo lo que se necesita es desear el cambio, el reconocimiento de que “yo ya no quiero esto más”.

3.- “… de modo que pueda ser reemplazada”. El tercer paso es la substitución de los pensamientos de ataque por pensamientos santos, pensamientos de amor y paz. Las siguientes frases son importantísimas aquí: “Los primeros dos pasos de este proceso requieren tu cooperación. El paso final, no” (5:3-4). ¡El paso de la substitución no es nuestro trabajo! Nosotros colaboramos en identificar la causa, descubrir al ego en nuestra mente (paso 1) y colaboramos en abandonar esos pensamientos del ego (paso 2), pero su substitución por los Pensamientos de Dios (paso 3) no es nuestro trabajo. Eso simplemente sucede.

Cuando sucede algo que me disgusta, esto es todo lo que necesito recordar:

1) La causa no está fuera sino en mis propios pensamientos.

2) No quiero estos pensamientos.

El Paso 3 se encarga de sí mismo, pues si yo doy los dos primeros pasos, veré que mis falsas imágenes han sido reemplazadas. Los pensamientos reales ya están en mi mente, pero están ocultados por los pensamientos falsos del ego. Elimina lo falso, y verás cómo lo verdadero ya está ahí.

Dentro de las instrucciones de la práctica hay otra idea que merece destacarse:

Asegúrate de incluir tanto los pensamientos de ataque contra otros como los de ser atacado. Los efectos de ambos son exactamente lo mismo, puesto que ambos son exactamente lo mismo. (7:1-2)

Un pensamiento de ataque no es sólo un pensamiento de ira o resentimiento que tengo hacia otro, es también un pensamiento de ser atacado por otro. Si todo lo que veo es un reflejo de mis pensamientos, entonces lo que parece ser ataque dirigido contra mí desde fuera es realmente mi propio pensamiento de ataque rebotando contra mí.

Por lo tanto, los miedos de cualquier clase son pensamientos de ataque. La inquietud cuando un coche patrulla me pasa, es un pensamiento de ataque. La preocupación por la competencia en el trabajo o en una relación, es un pensamiento de ataque. Alegrarse cuando un terrorista cae víctima de una explosión, es un pensamiento de ataque. ¡Vigila tu mente en los mundiales de fútbol!

Tenemos mucho que abandonar. El resultado bien lo merece.







TEXTO



Capítulo 3



LA PERCEPCIÓN INOCENTE


I. Expiación sin sacrificio 


1. Hay otro punto que debe quedar perfectamente claro antes de que pueda desaparecer cualquier residuo de temor que aún esté asociado con los milagros. 2La crucifixión no estableció la Expia­ción; fue la resurrección la que lo hizo. Son muchos los cristianos sinceros que no han entendido esto correctamente. 4Nadie que esté libre de la creencia en la escasez podría cometer tal equivoca­ción. 5Si se examina la crucifixión desde un punto de vista inver­tido, parece como si Dios hubiese permitido, e incluso fomentado, el que uno de Sus Hijos sufriese por ser bueno. 6Esta desafortu­nada interpretación, que surgió como resultado de la proyección, ha llevado a muchas personas a vivir sumamente atemorizadas de Dios. 7Tales conceptos anti-religiosos se infiltran en muchas reli­giones. 8El auténtico cristiano, sin embargo, debería hacer una pausa y preguntarse: "¿Cómo iba a ser posible esto? 9¿Cómo iba a ser posible que Dios Mismo fuese capaz de albergar el tipo de pensamiento que Sus Propias palabras han señalado claramente que es indigno de Su Hijo?"

2. La mejor defensa, como de costumbre, consiste en no atacar la posición de otro, sino más bien en proteger la verdad. 2No es muestra de gran sensatez aceptar un concepto si para justificarlo tienes que invertir todo un marco de referencia. 3Este procedi­miento es doloroso en sus aplicaciones menores, y verdadera­mente trágico en una escala mayor. 4Con frecuencia la persecución termina siendo un intento de "justificar" la terrible y errónea per­cepción de que Dios Mismo persiguió a Su Propio Hijo en nombre de la salvación. 5Ni siquiera las mismas palabras tienen sentido. 6Superar esto ha sido sumamente difícil, pues si bien este error no es más difícil de corregir que cualquier otro, son muchos los que no han estado dispuestos a abandonarlo en vista de su eminente valor como defensa. 7Un ejemplo menos dramático es el del padre que dice: "Esto me duele a mí más que a ti", y se siente exonerado al darle una paliza a su hijo. 8¿Crees que nuestro Padre piensa realmente así? 9Es tan esencial eliminar cualquier pensamiento de este tipo que debemos asegurarnos de que nada semejante permanezca en tu mente. 10Yo no fui "castigado" porque tú fueses malo. 11La lección completamente benévola que la Expiación enseña se echa a perder si se mancilla con cualquiera de las formas en que esta clase de distorsión se manifiesta.

3. La afirmación: "Mía es la venganza, dice el Señor" es una per­cepción falsa mediante la cual uno le atribuye a Dios su propio pasado "malvado". 2Ese pasado "malvado" no tiene nada que ver con Dios. 3Él no lo creó, ni tampoco lo sustenta. 4Dios no cree en el castigo. 5Su Mente no crea de esa manera. 6Dios no tiene nada contra ti por razón de tus "malas" acciones. 7¿Cómo sería posible entonces que me hubiese acusado a mí por ellas? 8Asegúrate de que reconoces cuán absolutamente imposible es esta suposición, y también de que procede enteramente de la proyección. 9Este tipo de error es responsable de una multitud de errores similares, incluyendo la creencia de que Dios rechazó a Adán y lo expulsó del jardín del Edén. 10Quizá por eso piensas a veces que no te estoy guiando bien. 11He tomado las máximas precauciones para usar palabras que sean casi imposible de distorsionar, pero siem­pre es posible tergiversar los símbolos si así se desea.

4. El sacrificio es una noción que Dios desconoce por completo. 2Procede únicamente del miedo, y los que tienen miedo pueden ser crueles. 3Cualquier forma de sacrificio es una violación de mi exhortación de que debes ser misericordioso al igual como nues­tro Padre en el Cielo lo es. 4A muchos cristianos les ha resultado difícil darse cuenta de que esto les atañe a ellos. 5Los buenos maestros nunca aterrorizan a sus estudiantes. 6Aterrorizar es ata­car, y como resultado de ello se produce un rechazo de lo que el maestro ofrece, 7malográndose así el aprendizaje.

5. Se me ha llamado correctamente "el cordero de Dios que quita los pecados del mundo", mas quienes representan al cordero man­chado de sangre no entienden el significado del símbolo. 2Si se entiende correctamente, es un símbolo muy simple que habla de mi inocencia. 3El león y el cordero tendidos el uno junto al otro simbolizan que la fuerza y la inocencia no están en conflicto, sino que viven naturalmente en paz. 4"Bienaventurados los puros de corazón porque ellos verán a Dios" es otra forma de decir lo mismo. 5Una mente pura conoce la verdad y en eso radica su fuerza. 6No confunde la destrucción con la inocencia porque aso­cia la inocencia con la fuerza y no con la debilidad.

6. La inocencia es incapaz de sacrificar nada porque la mente ino­cente dispone de todo y sólo se esfuerza por proteger su plenitud. 2No puede proyectar. 3Tan sólo puede honrar a otras mentes por­que honrar a otros es el saludo natural de los verdaderamente amados hacia los que son como ellos. 4El cordero "quita los peca­dos del mundo" en el sentido de que el estado de inocencia, o gracia, es uno en que el significado de la Expiación es perfecta­mente obvio. 5La Expiación carece por completo de ambigüedad. 6Es perfectamente inequívoca porque existe en la luz. 7Única­mente los intentos de ocultarla en las tinieblas han hecho que sea inaccesible para aquellos que eligen no ver.

7. La Expiación de por sí sólo irradia verdad. 2Es, por lo tanto, el epítome de la mansedumbre y derrama únicamente bendiciones. 3No podría hacer eso si procediese de cualquier otra fuente que no fuese la perfecta inocencia. 4La inocencia es sabiduría porque no tiene conciencia del mal; y el mal no existe. 5No obstante, es per­fectamente consciente de todo lo que es verdad. 6La resurrección demostró que nada puede destruir a la verdad. 7El bien puede resistir cualquier clase de mal, al igual que la luz disipa cualquier clase de oscuridad. 8La Expiación es, por lo tanto, la lección per­fecta. 9Es la demostración concluyente de que todas las demás lecciones que enseñé son ciertas. 10Si puedes aceptar esta generali­zación ahora, no tendrás necesidad de aprender muchas otras lec­ciones de menor importancia. 11Basta con que creas esto para que te liberes de todos tus errores.

8. La inocencia de Dios es el verdadero estado mental de Su Hijo. 2En ese estado tu mente conoce a Dios, pues Dios no es algo sim­bólico; Dios es un Hecho. 3Cuando conoces a Su Hijo tal como es, te das cuenta de que la Expiación, y no el sacrificio, es la única ofrenda apropiada para el altar de Dios, en el que sólo la perfección tiene cabida. 4El entendimiento de los inocentes es la verdad. 5Por eso es por lo que sus altares son verdaderamente radiantes.

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