DESPERTAR AL AMOR

sábado, 24 de enero de 2015

24 ENERO: No percibo lo que más me conviene.

AUDIOLIBRO



EJERCICIOS

LECCIÓN 24 

No percibo lo que más me conviene.

1. No te das cuenta en ninguna de las situaciones que se presen­tan ante ti del desenlace que te haría feliz. 2No tienes, por lo tanto, una pauta por la que regir debidamente tus acciones, ni manera alguna de juzgar sus resultados. 3Lo que haces está deter­minado por tu percepción de la situación de que se trate, y esa percepción es errónea. 4Es inevitable, pues, que nada de lo que hagas sea en beneficio de lo que más te conviene. 5No obstante, lo que más te conviene constituye tu único objetivo en toda situa­ción que se perciba correctamente. 6De lo contrario, te resultará imposible reconocerlo.

2. Si te dieses cuenta de que en realidad no percibes lo que más te conviene, se te podría enseñar lo que ello es. 2Pero como estás convencido de que lo sabes, no puedes aprender. 3La idea de hoy es un paso encaminado a hacer que tu mente se vuelva receptiva de manera que el aprendizaje pueda dar comienzo.

3. Los ejercicios de hoy requieren mucha más honestidad de la que estás acostumbrado a usar. 2Te será más útil examinar unos pocos temas honesta y minuciosamente en cada una de las cinco sesiones de práctica que se deben llevar a cabo hoy, que un mayor número superficialmente. 3Se recomiendan dos minutos para cada uno de los períodos de búsqueda mental que los ejercicios de hoy requieren.

4. Las sesiones de práctica se deben comenzar repitiendo la idea de hoy, a lo que debe seguir una búsqueda mental con los ojos cerrados de aquellas situaciones en tu vida que aún no estén re­sueltas y que actualmente te están causando desasosiego. 2Debes hacer hincapié en descubrir cuál es el resultado que deseas. 3Te darás cuenta muy pronto de que tienes varios objetivos en mente como parte del resultado que deseas y también de que esos objeti­vos se encuentran en diferentes niveles y de que con frecuencia son conflictivos.

5. Al aplicar la idea de hoy, nombra cada situación que se te ocu­rra, y luego enumera minuciosamente todos los objetivos que te gustaría alcanzar en el desenlace de la misma. 2El modelo que se debe seguir en cada caso debe ser más o menos así:

3Lo que me gustaría que ocurriese en relación con _____ , es que _____ y que _____ sucediese,

y así sucesivamente. 4Trata de abarcar tantos diferentes desenlaces como honestamente se te ocurran, aun cuando algunos de ellos no parezcan estar directamente relacionados con la situación, o, lo que es más, ni siquiera parezcan tener nada que ver con ella.

6. Si haces estos ejercicios correctamente, te darás cuenta de inme­diato de que estás exigiendo de cada situación un gran número de cosas que no tienen nada que ver con ella. 2Te percatarás asimismo de que muchos de tus objetivos son contradictorios, que no tienes un resultado concreto en mente, y que no puedes por menos que experimentar desilusión con respecto a algunos de tus objetivos, independientemente de como se resuelva finalmente la situación. 

7. Después de pasar revista a tantos objetivos anhelados como puedas para cada situación aún sin resolver que cruce tu mente, di para tus adentros:

2No percibo lo que más me conviene en esta situación,

y pasa a la siguiente.




Instrucciones para la práctica

Ejercicio: 5 veces, de dos minutos de duración. 
  • Repite la idea. 
  • Con los ojos cerrados, busca en tu mente situaciones que aún no estén resueltas y que te preocupan. Cuando encuentres una, nombra todos los objetivos que te gustaría alcanzar, todos los resultados que deseas, al menos todos los que puedas encontrar. Di: “Lo que me gustaría que gustaría que sucediese en relación con ____, es que ____ y que ____ sucediese…” 
  • Después de pasar revista a tantos objetivos anhelados como puedas para cada situación aún sin resolver que cruce tu mente, di para tus adentros: No percibo lo que más me conviene en esta situación, 
  • Después de decir esto, repite todo el procedimiento con otra situación, y así sucesivamente hasta completar el tiempo de la práctica.

Observaciones: En estos ejercicios lo importante es ser honesto contigo mismo. Puede ser humillante admitir cuántas esperanzas contradictorias e imposibles has amontonado en una sola situación. Pero admitir eso es lo importante de este ejercicio. Eso es lo que te mostrará que la idea de hoy es para ti completamente verdadera. Así que sé lo más honesto que puedas, así como cuidadoso y paciente al poner al descubierto todas las metas con las que has “atiborrado los bolsillos” de esta situación.

Comentario

En cualquier situación dada, nuestras acciones están determinadas por cómo vemos la situación. Y, tal como hemos visto en las últimas 23 lecciones, nuestras percepciones no son de fiar, (por decirlo de una manera suave). Esta lección lo dice más rotundamente: nuestras percepciones son “erróneas” (1:3). Entonces, no hay manera de que podamos saber lo que más nos conviene en cualquier situación.

Los ejercicios de hoy pretenden llamar nuestra atención sobre cuatro cosas (párrafo 6): 
  • Estamos exigiendo de cada situación un gran número de cosas que no tienen nada que ver con ella. 
  • Muchas de nuestras metas son contradictorias. 
  • No tenemos un resultado unificado, concreto, en la mente. 
  • Tenemos que experimentar desilusión con respecto a algunas de nuestras metas, independientemente de cuál sea el resultado.


Todos hemos experimentado lo que este párrafo dice, sobre todo al tomar decisiones importantes. Supongamos que recibo una oferta de un trabajo maravilloso por el que me pagan más dinero del que haya podido imaginar y en el que hago lo que me gusta. Al principio suena bien. Luego me doy cuenta de que tengo que mudarme a otra parte del país que no me gusta, tendré que estar dispuesto a viajar por muchos sitios, y frecuentemente tendré que trabajar muchas horas, incluso los fines de semana. Mi mente se llena de repente con todas las metas conflictivas. Puedo descubrir que espero que el trabajo me haga feliz, de algún modo. Quizá pienso que el trabajo me proporcionará compañeros espirituales. Tendré que dejar atrás a mis amigos. Y así sucesivamente…

Cuanto más trabajo con el Curso, más me doy cuenta de que ésta no es una lección sólo del comienzo, es algo que se aplica a casi todas las situaciones en las que me encuentro. Constantemente me recuerdo a mí mismo que no sé lo que más me conviene en una situación tras otra. Para mí es de lo más importante hacerlo así cuando las cosas parecen estar bastante claras, cuando creo saber lo que quiero y necesito. Si pienso que sé lo que más me conviene, no se me puede enseñar lo que verdaderamente es. El mejor estado mental que entonces puedo mantener es: “No lo sé”.

Puedo reconocer mis preferencias, puedo admitir que creo que me gustaría que sucediesen determinadas cosas, pero necesito aprender a añadir: “No estoy seguro de que esto sea lo mejor”. Si rezo por algo, puedo añadir: “Que suceda… o algo mejor”. Me mantengo con la mente abierta, preparado para aceptar que lo que pienso de la situación puede que no lo abarque todo, y probablemente así es. Ése es el propósito de la lección de hoy: abrir nuestra mente a la posibilidad de que puede que no sepamos, y de que podemos necesitar ayuda.



TEXTO

II. Los milagros y la percepción verdadera

 

1. He afirmado que los conceptos básicos a los que este curso hace referencia no admiten grados. 2Algunos conceptos fundamentales no pueden entenderse en función de sus opuestos. 3Es imposible concebir la luz y la oscuridad, o todo y nada, como posibilidades compatibles. 4Estos conceptos son o completamente verdaderos o completamente falsos. 5Es esencial que te des cuenta de que tu pensamiento seguirá siendo errático hasta que te comprometas firmemente con la luz o con la oscuridad. 6No obstante, un com­promiso firme con la oscuridad o con la nada, es imposible. 7No hay nadie que haya vivido que no haya experimentado alguna luz o alguna cosa. 8Nadie es capaz, pues, de negar completamente la verdad, aunque piense que puede.

2. La inocencia no es un atributo parcial. 2No es real hasta que es total. 3Los que son parcialmente inocentes a veces tienden a actuar neciamente. 4Su inocencia no pasa a ser sabiduría hasta que no se convierte en un punto de vista de aplicación universal. 5La per­cepción verdadera, o percepción inocente, significa que nunca percibes falsamente y que siempre ves correctamente. 6Dicho de una manera más llana, significa que nunca ves lo que no existe y siempre ves lo que sí existe.

3. Cuando no tienes confianza en lo que alguien va a hacer, estás dando testimonio de tu creencia de que esa persona no está en su mente recta. 2Difícilmente puede ser ése un marco de referencia basado en el milagro. 3Esa falta de confianza produce asimismo el efecto desastroso de negar el poder del milagro. 4El milagro percibe todo tal como es. 5Si lo único que existe es la verdad, lo único que la mentalidad recta puede ver es perfección. 6He dicho que sólo lo que Dios crea o lo que tú creas con la misma Voluntad existe realmente. 7Eso es, pues, lo único que los inocentes pueden ver. 8Los inocentes no adolecen de una percepción distorsionada. 

4. Tienes miedo de la Voluntad de Dios porque has usado tu mente, que Él creó a semejanza de la Suya Propia, para crear falsa­mente. 2La mente sólo puede crear falsamente cuando cree que no es libre. 3Una mente "aprisionada" no es libre porque está poseí­da, o refrenada, por sí misma. 4Está, por lo tanto, limitada, y la voluntad no es libre de afirmarse a sí misma. 5Ser uno es ser de una misma mente o voluntad. 6Cuando la Voluntad de la Filiación y la del Padre son una, la perfecta armonía entre ellas es el Cielo.

5. Nada puede prevalecer contra un Hijo de Dios que encomienda su espíritu en las Manos de su Padre. 2Al hacer esto, la mente despierta de su sueño y recuerda a su Creador. 3Toda sensación de separación desaparece. 4El Hijo de Dios es parte de la Santísima Trinidad, pero la Trinidad en sí es una sola entidad. 5No hay con­fusión entre Sus Niveles porque éstos son de una sola Mente y de una sola Voluntad. 6Este propósito único crea perfecta integración y establece la paz de Dios. 7Pero esta visión sólo la pueden perci­bir los verdaderamente inocentes, 8quienes al ser puros de cora­zón, defienden la verdadera percepción en vez de defenderse de ella. 9Puesto que entienden la lección de la Expiación no tienen el deseo de atacar, y, por lo tanto, pueden ver correctamente. 10Esto es lo que la Biblia quiere decir con: "Cuando Él aparezca (o sea percibido) seremos como Él, pues lo veremos tal como Él es

6. La manera de corregir las distorsiones es dejando de tener fe en ellas y depositándola únicamente en lo que es verdad. 2No puedes hacer que lo que no es verdad lo sea. 3Si estás dispuesto a aceptar aquello que es verdad en todo lo que percibes, dejas que sea verdad para ti. 4La verdad supera todo error, y aquellos que viven inmersos en el error y en la vacuidad jamás pueden encon­trar consuelo duradero. 5Cuando percibes correctamente cance­las tus percepciones falsas y las de los demás simultáneamente. 6Puesto que los ves tal como son, les ofreces tu aceptación de su verdad para que ellos puedan aceptarla en sí mismos. 7Ésta es la curación que el milagro produce.


III. Percepción y conocimiento


1. Hemos estado haciendo hincapié en la percepción, y apenas hemos hablado del conocimiento. 2Esto ha sido así porque la per­cepción tiene que ser corregida antes de que puedas llegar a saber nada. 3Saber es tener certeza. 4La incertidumbre significa que no sabes. 5El conocimiento es poder porque goza de certeza, y la certeza es fuerza. 6La percepción es temporal. 7Al ser un atributo de la creencia en el espacio y en el tiempo, es susceptible de producir miedo o amor. 8Las percepciones falsas producen miedo y las ver­daderas fomentan el amor, mas ninguna de ellas brinda certeza porque toda percepción está sujeta a cambios. 9Por eso es por lo que la percepción no es conocimiento. 10La verdadera percepción es la base del conocimiento, pero gozar de conocimiento es la afir­mación de la verdad y esto se encuentra allende cualquier percep­ción.

2. Todas tus dificultades proceden del hecho de que no te recono­ces a ti mismo, ni reconoces a tu hermano, ni reconoces a Dios. 2Reconocer significa "conocer de nuevo", implicando que antes gozabas de conocimiento. 3Puedes ver de muchas maneras debido a que la percepción entraña interpretación, y eso quiere decir que no es íntegra ni consistente. 4El milagro, al ser una manera de percibir, no es conocimiento. 5Es la respuesta correcta a una pre­gunta, mas cuando sabes no preguntas. 6El primer paso en el proceso de deshacer lo ilusorio es cuestionarlo. 7El milagro -la res­puesta correcta- lo corrige. 8Dado que las percepciones cambian, su dependencia del tiempo es obvia. 9La forma en que percibes en cualquier momento dado determina tu comportamiento, y las acciones sólo pueden ocurrir en el tiempo. 10El conocimiento es intemporal porque la certeza es algo incuestionable. 11Cuando dejas de hacer preguntas es que ya has alcanzado el conocimiento.
3. La mente que cuestiona se percibe a sí misma en el tiempo, y, por lo tanto, busca respuestas para el futuro. 2La mente no recep­tiva, por el contrario, cree que el futuro va a ser igual que el presente. 3Eso da lugar a un estado de aparente estabilidad que es normalmente un intento de contrarrestar el miedo subyacente de que el futuro va a ser peor que el presente. 4Este miedo coarta enteramente la tendencia a cuestionar.

4. La verdadera visión es la percepción natural de la visión espiri­tual, pero es todavía una corrección en vez de un hecho. 2La visión espiritual es simbólica, y, por lo tanto, no es un instrumento de conocimiento. 3Es, no obstante, un medio de percepción correcta, lo cual la sitúa dentro del propio ámbito del milagro. 4Una "visión de Dios" sería un milagro más que una revelación. 5El hecho en sí de que la percepción esté involucrada demuestra que la experien­cia no pertenece a la esfera del conocimiento. 6De ahí que las visio­nes, por muy santas que sean, son efímeras.

5. La Biblia te exhorta a que te conozcas a ti mismo, o, lo que es lo mismo, a que tengas certeza. 2La certeza es siempre algo propio de Dios. 3Cuando amas a alguien lo has percibido tal como es, y esto te permite conocerlo. 4Hasta que primero no lo percibas tal como es no lo podrás conocer. 5Mientras sigas cuestionando lo que él es, estarás implicando claramente que no conoces a Dios. 6La certeza no requiere acción. 7Cuando dices que estás actuando basándote en tu conocimiento, estás confundiendo el conoci­miento con la percepción. 8El conocimiento provee la fuerza para el pensamiento creativo, no para la acción recta. 9La percepción, el milagro y la acción están estrechamente vinculados. 10El cono­cimiento es el resultado de la revelación y genera sólo pensa­miento. 11La percepción, aun en su forma más espiritualizada, incluye al cuerpo. 12El conocimiento procede del altar interno y es intemporal porque goza de certeza. 13No es lo mismo percibir la verdad que conocerla.

6. Una percepción correcta es necesaria antes de que Dios pueda comunicarse directamente con Sus altares, los cuales Él estableció en Sus Hijos. 2En dichos altares es donde Él puede comunicar Su certeza, y Su conocimiento inevitablemente brindará paz. 3Dios no es un extraño para Sus Hijos, ni Sus Hijos son extraños entre sí. 4El conocimiento precedió tanto a la percepción como al tiempo, y finalmente los reemplazará. 5Ése es el verdadero signi­ficado de "el Alfa y la Omega, el principio y el fin" y de "Antes de que Abraham naciese, era yo". 6La percepción puede y debe ser estabilizada, pero el conocimiento ya es estable. 7"Teme a Dios y observa Sus mandamientos" pasa a ser "Conoce a Dios y acepta Su certeza."

7. Si atacas el error que ves en otro, te harás daño a ti mismo. 2No puedes conocer a tu hermano si lo atacas. 3Los ataques siempre se lanzan contra extraños. 4Al percibir falsamente a tu hermano lo conviertes en un extraño, y, por lo tanto, no puedes conocerlo. 5Le tienes miedo porque lo has convertido en un extraño. 6Percíbelo correctamente para que lo puedas conocer. 7En la creación de Dios no hay extraños. 8Para poder crear como Él creó tan sólo puedes crear lo que conoces, y lo que, por lo tanto, aceptas como tuyo. 9Dios conoce a Sus Hijos con absoluta certeza. 10Los creó conociéndolos. 11Los reconoce perfectamente. 12Cuando ellos no se reconocen entre sí, no lo reconocen a Él.

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