DESPERTAR AL AMOR

jueves, 26 de noviembre de 2015

26 NOVIEMBRE: Hoy no volveré a hacerme daño.

AUDIOLIBRO



EJERCICIOS


LECCIÓN 330


Hoy no volveré a hacerme daño.


1. Aceptemos hoy que el perdón es nuestra única función. z¿Por qué atacar nuestras mentes y ofrecerles imágenes de dolor? 3¿Por qué enseñarles que son impotentes, cuando Dios les ofrece Su poder y Su Amor y las invita a servirse de lo que ya es suyo? 4La mente que ha llegado a estar dispuesta a aceptar los regalos de Dios ha sido reinstaurada al espíritu, y extiende su libertad y su dicha tal como dispone la Voluntad de Dios unida a la suya pro­pia. 5El Ser que Dios creó no puede pecar, por lo tanto, no puede sufrir. 6Elijamos hoy que Él sea nuestra Identidad, para poder así escapar para siempre de todas las cosas que el sueño de miedo parece ofrecernos.

2. Padre, es imposible hacerle daño a Tu Hijo. 2Y si creemos sufrir, es sólo porque no reconocemos la única Identidad que compartimos Con­tigo. 3Hoy queremos retornar a Ella, a fin de librarnos para siempre de todos nuestros errores y salvarnos de lo que creíamos ser.




TEXTO

 

VII. El arca de seguridad



1. Dios no pide nada, y Su Hijo, al igual que Él, no necesita pedir nada, 2pues no le falta nada. 3Un espacio vacío, o una diminuta brecha, sería una insuficiencia. 4Y sólo ahí podría él querer tener algo que no tiene. 5Un espacio donde Dios no se encuentra o una brecha entre Padre e Hijo no es la Voluntad de ninguno de los dos, que prometieron ser uno solo. 6La promesa de Dios es una promesa que Él se hizo a Sí Mismo, y no hay nadie que pudiese ser desleal a lo que Su Voluntad dispone como parte de lo que Él es. 7 La promesa de que no puede haber brecha alguna entre Él y lo que Él es no puede ser falsa. 8¿Qué otra voluntad podría inter­ponerse entre lo que no puede sino ser uno solo y en Cuya Pleni­tud no puede haber brecha alguna?

2. La hermosa relación que tienes con todos tus hermanos es parte de ti porque es parte de Dios Mismo. 2¿Cómo no ibas a enfermar si te niegas a ti mismo tu plenitud, tu salud, tu Fuente de ayuda, la Llamada a impartir curación y la Llamada a curar? 3Tu salvador espera la curación y el mundo espera con él. 4Y tú no estás excluido, 5pues la curación o bien será una sola o bien no tendrá lugar en absoluto, ya que en el hecho de que es una radica la curación. 6¿Qué podría corregir a la separación sino su opuesto? 7No hay términos medios en ningún aspecto de la sal­vación. 8O bien la aceptas completamente o bien no la aceptas en absoluto. 9Lo que no está separado tiene que estar unido. 10Y lo que está unido no puede estar separado.

3. O bien hay una brecha entre tu hermano y tú, o bien sois uno y lo mismo. 2No hay nada entremedias, ninguna otra opción, ni ninguna lealtad que se pueda dividir entre esas dos posibilida­des. 3Una lealtad dividida significa que le eres infiel a ambas posibilidades, lo cual no hace sino ponerte a dar tumbos, sin que te quede otro remedio que agarrarte a cualquier brizna de paja que parezca ofrecerte apoyo. 4Mas ¿quién puede edificar su hogar sobre pajas y esperar que le proteja del viento? 5Ése es el tipo de hogar que se puede hacer del cuerpo porque no está cimentado en la verdad. 6Sin embargo, por esa misma razón puede verse que no es tu hogar, sino simplemente un medio para ayudarte a llegar al Hogar donde Dios mora.

4. Cuando ése se vuelve tu propósito, el cuerpo se cura, pues no se le utiliza para dar testimonio del sueño de separación y enfer­medad. 2Tampoco se le culpa fútilmente por lo que no hizo. 3Su propósito es ayudar a que el Hijo de Dios sane, y, debido a ello, no puede enfermar. 4No se une a ningún propósito que tú no hayas aceptado, y tú has elegido que no esté enfermo. 5Todos los milagros se basan en esta decisión, y se te conceden en el mismo instante en que la tomas. 6Ninguna forma de enfermedad está excluida de dicha decisión porque la decisión no puede tomarse en función de la forma. 7La decisión de estar enfermo parece ser una decisión entre diferentes formas de enfermedad. 8Sin em­bargo, la enfermedad es una sola, al igual que su opuesto. 9Por consiguiente, o estás enfermo o estás sano.

5. Pero nunca tú solo. 2Este mundo no es más que el sueño de que puedes estar solo y de que puedes pensar sin que ello afecte a los que están separados de ti. 3Estar solo significa que estás separado, y si lo estás, no puedes sino estar enfermo. 4Esto parece probar que definitivamente estás separado. 5No obstante, lo único que significa es que has tratado de mantener la promesa de serle fiel a la infidelidad. 6Mas la infidelidad. significa enfermedad. 7Es como la casa edificada sobre pajas. 8De por sí parece ser muy sólida y real. 9Su estabilidad, no obstante, no se puede juzgar sin tomar en consideración sus cimientos. 10Si descansa sobre pajas, de nada sirve atrancar las puertas, cerrar las ventanas o correr los cerrojos. 11El viento la derrumbará, y las lluvias la azotarán y la arrastrarán al olvido.

6. ¿Qué sentido tiene buscar refugio en lo que se construyó preci­samente para fomentar el peligro y el miedo? 2¿Por qué recar­garlo con más cerraduras, cadenas o pesadas anclas, cuando su debilidad no reside en ello mismo, sino en la fragilidad de la brecha insustancial sobre la que se erige? 3¿Qué seguridad te puede ofrecer algo que descansa sobre una sombra? 4¿Edificarías tu casa sobre algo que pudiera derrumbarse con el peso de una pluma?

7. Tu hogar está edificado sobre la salud de tu hermano, sobre su felicidad e impecabilidad*, así como sobre todo lo que su Padre le prometió. 2Ningún pacto secreto que hayas hecho en lugar de eso ha estremecido en lo más mínimo los Cimientos de este hogar. 3El viento podrá soplar sobre él y la lluvia azotarlo, pero sin conse­cuencia alguna. 4El mundo será arrastrado, pero este hogar per­manecerá en pie para siempre, pues su fuerza no reside sólo en él. 5Es un arca de seguridad, que descansa sobre la promesa que Dios le hizo a Su Hijo de que él siempre moraría a salvo en Él. 6¿Qué brecha podría interponerse entre la seguridad de este refugio y su Fuente? 7Desde aquí se puede ver al cuerpo como lo que es, sin atribuirle más o menos valor del que tiene como medio para libe­rar al Hijo de Dios a fin de que pueda regresar a su hogar. 8Y con este santo propósito se convierte por un tiempo en un hogar de santidad, ya que comparte la Voluntad de tu Padre contigo.


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