16 SEPTIEMBRE: Que recuerde que el pecado no existe.
AUDIOLIBRO
EJERCICIOS
LECCIÓN 259
Que recuerde que el pecado no existe.
1. El pecado es el único pensamiento que hace que el objetivo de alcanzar a Dios parezca irrealizable. 2¿Qué otra cosa podría impedirnos ver lo obvio, o hacer que lo que es extraño y distorsionado parezca más claro? 3¿Qué otra cosa sino el pecado nos incita al ataque? 4¿Qué otra cosa sino el pecado podría ser la fuente de la culpabilidad y exigir castigo ysufrimiento? 5¿Y qué otra cosa sino el pecado podría ser la fuente del miedo, al eclipsar la creación de Dios y conferirle al amor los atributos del miedo y del ataque?
2. Padre, hoy no quiero ser presa de la locura. 2No tendré miedo del amor ni buscaré refugio en su opuesto. 3Pues el amor no puede tener opuestos. 4Tú eres la Fuente de todo lo que existe. 5Ytodo lo que existe sigue estando Contigo, así como Tú con ello.
TEXTO
II. La impecabilidad de tu hermano
1. Lo opuesto a las ilusiones no es la desilusión sino la verdad. 2Sólo
para el ego, para el que la verdad no tiene significado, parecen ser
las ilusiones y la desilusión las únicas alternativas, las cuales son
diferentes entre sí. 3Pero en verdad son lo mismo. 4Ambas
aportan el mismo cúmulo de sufrimiento, aunque cada una parece ser la
única manera de escaparse de la aflicción que la otra ocasiona. 5Toda
ilusión alberga dolor y sufrimiento entre los tenebrosos pliegues de
las pesadas vestiduras tras las que oculta su inexistencia. 6Sin
embargo, esas sombrías y pesadas vestiduras son las que cubren a
aquellos que van en pos de ilusiones, y las que los mantienen ocultos
del júbilo de la verdad.
2. La verdad es lo opuesto a las ilusiones porque ofrece dicha. 2¿Qué otra cosa sino la dicha podría ser lo opuesto al sufrimiento? 3Abandonar un tipo de sufrimiento e ir en busca de otro no es un escape. 4Cambiar una ilusión por otra no es realmente un cambio. 5Tratar
de encontrar felicidad en el sufrimiento es una insensatez, pues ¿cómo
se iba a poder encontrar felicidad en el sufrimiento? 6Lo
único que se puede hacer en el tenebroso mundo del sufrimiento es
seleccionar algunos aspectos de él, verlos como si fuesen diferentes y
luego definir la diferencia como felicidad. 7Percibir una diferencia donde no la hay, no obstante, realmente no cambia nada.
3. Lo único que hacen las ilusiones es ocasionar culpabilidad, sufrimiento, enfermedad y muerte a sus creyentes. 2La forma en que las ilusiones se aceptan es irrelevante. 3A los ojos de la razón, ninguna forma de sufrimiento se puede confundir con la dicha. 4La dicha es eterna. 5Puedes estar completamente seguro de que todo lo que aparenta ser felicidad y no es duradero es realmente miedo. 6La
dicha no se convierte en pesar, pues lo eterno no puede cambiar, pero
el pesar puede volverse dicha, pues el tiempo cede ante lo eterno. 7Únicamente lo eterno permanece inmutable, 8pero todo lo que se encuentra en el tiempo puede cambiar con el paso de éste. 9No
obstante, para que el cambio sea real y no imaginado, las ilusiones
tienen que ceder ante la verdad y no ante otros sueños igualmente
irreales. 10Eso no sería diferente.
4. La razón te diría que la única manera de escaparte del sufrimiento es reconociéndolo y tomando el camino opuesto. 2Toda
verdad es lo mismo y todo sufrimiento es lo mismo también, pero ambos
son diferentes entre sí desde cualquier punto de vista, en toda
circunstancia y sin excepción. 3Creer que puede haber una sola excepción es confundir lo que es lo mismo con lo que es diferente. 4Una
sola ilusión que se abrigue y se defienda contra la verdad priva a ésta
de todo significado y hace que todas las ilusiones sean reales. 5Tal es el poder de la creencia, 6la cual es incapaz de transigir. 7Y
la fe en la inocencia sería fe en el pecado si la creencia excluyera
una sola cosa viviente y le negase la bendición de su perdón.
5. Tanto la razón como el ego te dicen eso mismo, pero la interpretación que hacen de ello es completamente diferente. 2El ego te asegura ahora que es imposible que puedas ver a nadie libre de culpa. 3Y
si esta manera de ver es la única que puede liberarte de la
culpabilidad, entonces la creencia en el pecado no puede sino ser
eterna. 4Pero la razón ve eso de otro modo, pues la razón ve que la fuente de una idea es lo que hace que ésta sea cierta o falsa. 5Esto tiene que ser así, si la idea es semejante a su fuente. 6Por
lo tanto -dice la razón- si el propósito que se le asignó al Espíritu
Santo fue ayudarte a escapar de la culpabilidad, y ese propósito le fue
dado por Aquel para Quien nada que Su Voluntad disponga es imposible,
los medios para lograr ese objetivo tienen que ser más que posibles. 7Tienen que existir y tú tienes que estar en posesión de ellos.
6. Esta es una etapa crucial en este curso, pues en este punto tiene que tener lugar una completa separación entre tú y el ego. 2Pues si ya dispones de los medios para dejar que el propósito del Espíritu Santo se alcance, dichos medios pueden utilizarse. 3A medida que los utilices, tu fe en ellos será cada vez mayor. 4Para el ego, sin embargo, eso es imposible, y nadie emprende lo que no ofrece ninguna esperanza de poderse lograr. 5Tú sabes que lo que la Voluntad de tu Creador dispone es posible, pero aquello que tú inventaste no lo cree. 6Ahora tienes que elegir entre ti y lo que es sólo una ilusión de ti. 7No ambas cosas, sino una sola. 8No tiene objeto intentar eludir esta decisión. 9Hay que tomarla. 10La
fe y la creencia pueden inclinarse hacia cualquiera de esas dos
opciones, pero la razón te dice que el sufrimiento se encuentra
únicamente en una de ellas y la dicha en la otra.
7. No abandones a tu hermano ahora, pues vosotros que sois lo mismo no decidiréis por separado ni en forma diferente. 2Os
dais el uno al otro o bien vida o bien muerte; sois cada uno el
salvador del otro o su juez, y os ofrecéis refugio o condenación. 3Este curso o bien se creerá enteramente o bien no se creerá en absoluto. 4Pues es completamente cierto o completamente falso, y no puede ser creído sólo parcialmente. 5Y tú te escaparás enteramente del sufrimiento o no te escaparás en absoluto. 6La
razón te dirá que no hay un lugar intermedio donde te puedas detener
indeciso, esperando a elegir entre la felicidad del Cielo o el
sufrimiento del infierno. 7Hasta que no elijas el Cielo, estarás en el infierno y abatido por el sufrimiento.
8. No hay ninguna parte del Cielo de la que puedas apropiarte y tejer ilusiones de ella. 2Ni hay una sola ilusión con la que puedas entrar en el Cielo. 3Un salvador no puede ser un juez ni la misericordia puede ser condenación. 4Y la visión no puede condenar, sino únicamente bendecir. 5Aquel Cuya función es salvar, salvará. 6Cómo lo ha de lograr está más allá de tu entendimiento, pero cuándo lo va a hacer está en tus manos. 7Pues el tiempo es una invención tuya y, por lo tanto, lo puedes gobernar. 8No eres esclavo de él ni del mundo que fabricaste.
9. Examinemos más de cerca la ilusión de que lo que tú fabricaste tiene el poder de esclavizar a su hacedor. 2Esta es la misma creencia que dio lugar a la separación. 3Es la idea insensata de que los pensamientos pueden abandonar la mente del pensador, ser diferentes de ella y oponerse a ella. 4Si eso fuese cierto, los pensamientos no serían extensiones de la mente, sino sus enemigos. 5Aquí vemos nuevamente otra forma de la misma ilusión fundamental que ya hemos examinado muchas veces con anterioridad. 6Sólo
si fuese posible que el Hijo de Dios pudiera abandonar la Mente de su
Padre, hacerse diferente y oponerse a Su Voluntad, sería posible que el
falso ser que inventó, y todo lo que éste fabricó, fuesen su amo.
10. Contempla la gran proyección, pero mírala con la determinación de que tiene que ser sanada, aunque no mediante el temor. 2Nada
que hayas fabricado tiene poder alguno sobre ti, a menos que todavía
quieras estar separado de tu Creador y tener una voluntad que se oponga a
la Suya. 3Pues sólo si crees que Su Hijo puede ser Su enemigo parece entonces posible que lo que has inventado sea asimismo enemigo tuyo. 4Prefieres condenar al sufrimiento Su alegría y hacer que Él sea diferente. 5Sin embargo, al único sufrimiento al que has dado lugar ha sido al tuyo propio. 6¿No te alegra saber que nada de eso es cierto? 7¿No son buenas nuevas oír que ni una sola de las ilusiones que forjaste ha substituido a la verdad?
11. Son sólo tus pensamientos los que han sido imposibles. 2No puede ser que la salvación sea imposible. 3Pero sí es imposible ver a tu salvador como un enemigo y al mismo tiempo reconocerlo. 4No obstante, puedes reconocerlo como lo que es porque ésa es la Voluntad de Dios. 5Lo que Dios le confirió a tu relación santa aún se encuentra en ella. 6Pues lo que Él le dio al Espíritu Santo para que te lo diese a ti, el Espíritu Santo te lo dio. 7¿No querrías contemplar al salvador que se te ha dado? 8¿Y no intercambiarías con gratitud la función de verdugo que le adjudicaste por la que en verdad tiene? 9Recibe de él lo que Dios le dio para ti, no lo que trataste de darte a ti mismo.
12. Más
allá del cuerpo que has interpuesto entre tu hermano y tú, y reluciendo
en la áurea luz que le llega desde el círculo radiante e infinito que
se extiende eternamente, se encuentra tu relación santa, que Dios Mismo
ama. 2¡Cuán serena descansa en el tiempo, y, sin embargo, más allá de él! a¡Cuán inmortal, y, sin embargo, en la tierra! 3¡Cuán grande el poder que en ella reside! 4El tiempo acata su voluntad, y la tierra será lo que ella disponga que sea. 5En ella no existe una voluntad separada ni el deseo de que nada se encuentre separado. 6Su voluntad no hace excepciones y lo que dispone es verdad. 7Toda ilusión que se lleva ante su perdón se pasa por alto dulcemente y desaparece. 8Pues Cristo ha renacido en su centro, para iluminar Su morada con una visión que pasa por alto al mundo. 9¿No querrías que esa santa morada fuese también la tuya? 10En ella no hay sufrimiento, sino únicamente dicha.
13. Lo único que necesitas hacer para morar aquí apaciblemente junto a Cristo, es compartir Su visión. 2Su visión se le concede inmediatamente y de todo corazón a todo aquel que esté dispuesto a ver a su hermano libre de pecado. 3Y tienes que estar dispuesto a no excluir a nadie, si quieres liberarte completamente de todos los efectos del pecado. 4¿Te concederías a ti mismo un perdón parcial? 5¿Puedes alcanzar el Cielo mientras un solo pecado aún te tiente a seguir sufriendo? 6El Cielo es el hogar de la pureza perfecta, y Dios lo creó para ti. 7Contempla a tu santo hermano, tan libre de pecado como tú, y permítele que te conduzca hasta allí.
Este blog no pretende enseñar el significado del amor, pues eso está más allá de lo que se puede enseñar. Pretende, sin embargo, despejar los obstáculos que impiden experimentar la presencia del amor, el cual es tu herencia natural.
Abundancia Principio de plenitud que contrasta con el principio de escasez que el ego sostiene. El Hijo de Dios no carece de nada, salvo en sueños.
Amor El motivo por el cual Dios creó a su hijo. La fuerza maravillosa que todo lo mueve. Para Un Curso de Milagros, es sinónimo de Paz, Perdón, Confianza, Mansedumbre, Fe, Abundancia, Conocimiento, Generosidad, Honestidad.
Ataque Intento de justificar la culpa proyectándola en otros. Luego de proyectarla fuera de nosotros, al verla en otros, el ego nos persuade de atacarla con la esperanza de des-hacernos de ella. Lo cierto es que así solo logramos reforzarla en nuestro hermano y en nosotros multiplicándola. A través del maravilloso proceso de cambio de percepción que nos propone Un Curso de Milagros, veremos todo ataque como lo que es en realidad, un pedido de amor, un pedido de ayuda.
Causa y Efecto Uno depende del otro. Todo aquello que pensamos es la causa y el efecto es el reflejo de dichos pensamientos en el plano material, físico. No hay pensamientos fútiles nos dice Jesús en Un Curso de Milagros ya que todo pensamiento (causa) genera un efecto en el mundo material. Por otra parte y basado en el mismo precepto, “solo mis propios pensamientos pueden hacerme daño”. En la Creación, el Hijo fue el efecto de la Causa, el inconmensurable amor del Padre.
Cielo El conocimiento. Donde mora Dios y su creación en perfecta unidad. Aquí en el mundo del sueño, de la ilusión, el Cielo se ve reflejado en la Relación Santa.
Conocimiento El Cielo o Morada de Dios. Donde no existe la percepción. Donde no existe el Juicio ni es necesario el milagro, donde la Fe no es necesaria.
Creación Solo existe en el plano del conocimiento. Extensión del Ser o Espíritu de Dios. No es equivalente a la creatividad del mundo de la percepción.
Cristo La Segunda persona de la Trinidad. La Mente del Hijo de Dios. La Totalidad de la Filiación. El Ser que Dios creó por extensión. No debe asociarse únicamente con Jesús. Todos somos parte del Cristo con Jesús.
Crucifixión Un símbolo del ataque del ego a Dios y por lo tanto a su Hijo. La culpabilidad interna que se sintió en una época y que aun perdura por quienes permitieron y propiciaron la crucificaron a Jesús. Ejemplo extremo que enseño que nuestra verdadera identidad no está en el cuerpo. Hoy en día el mundo de la ilusión sigue rindiendo culto y culpándose de la crucifixión equivocando el mensaje que Jesús nos quiso dejar, sintiéndose responsable por un hecho que se tergiversa al creer que Dios envió a su amado hijo para que fuera un redentor sufriente por todos nuestros pecados y muriera por nosotros.
Cuerpo La encarnación del ego. El pensamiento de separación proyectado en el mundo de la materia. El testimonio de la culpabilidad que siente el Hijo de Dios por percibirse separado del Padre. Incluye el cuerpo físico como el psicológico. A través del trabajo que realizamos con Un Curso de Milagros, si se lo permitimos, el Espíritu Santo, el Gran Maestro, al igual que con todo lo fabricado por el ego en este plano, tomará el cuerpo y lo empleará en el propósito de nuestra paz, sanándole y convirtiéndole en una herramienta de comunicación con nuestros semejantes al servicio del Plan de Dios y de su reino.
Culpa Estado que surge al percibirnos pecadores. Es la suma de los sentimientos adversos que tenemos con relación a nosotros mismos. Es el sentimiento que surge al percibirnos lejos de casa, lejos del Padre y de haberle traicionado, engañado y atacado. Esto en ocasiones consciente y en otras, inconscientemente, aflora como un sentimiento hacia nosotros de indignidad, de vulnerabilidad, de debilidad, de poca valía. Al creer que somos culpables, nos percibimos merecedores de castigo tal como el mundo nos ha enseñado. Dicho castigo lo buscamos fuera en la forma de carencia, enfermedad, sacrificio, relaciones especiales o bien lo buscamos dentro a través de la enfermedad.
Dar/Recibir Son parte de la misma cosa toda vez que cuando damos es a nosotros mismos a quien damos. En contraposición con la idea del mundo de que al dar, “perdemos”, Un Curso de Milagros nos muestra que al ser todo una idea un pensamiento, al dar, cuando el otro recibe y hace suyo ese pensamiento que compartimos, esa idea la reforzamos en él y en nosotros y lejos de perder, multiplicamos lo que compartimos.
Demonio Una proyección del ego de la culpa hacia un agente externo.
Dios La Primera persona de la Trinidad. El Padre, La fuente, La Maravillosa Energía Universal, el Creador.
Ego El personaje, el falso yo, la mente errada. La mente dividida del Hijo de Dios que se percibe separada del Padre. La “loca idea” que se coló en la poderosa mente del Hijo de Dios durante su sueño en la que piensa que puede ser su propio creador. Como nada Eterno puede ser dividido ni separado, es simplemente una ilusión un sueño en la mente del Hijo de Dios que se percibe separado.
Enfermedad La división que el Hijo de Dios percibe en su mente al creer en la separación. Esta percepción de separación que se da en la mente, se proyecta al cuerpo. La enfermedad que el cuerpo manifiesta no está en el cuerpo si no en la mente. El cuerpo para Un Curso de Milagros como todo lo fabricado en el plano material, es neutro. Todo en este plano cobra “vida” según se le de utilidad a favor del ego o del Espíritu Santo. El ego al no poder acaparar toda a la mente, pues esta aun conserva el recuerdo de su verdadera identidad, se vale del cuerpo como herramienta para manifestar su culpabilidad y perpetuar el ataque al proyectar. El Espíritu Santo por otra parte si se lo permitimos, al corregir la percepción a cerca de quienes somos, toma el cuerpo, lo pone al servicio del plan de sanación del Hijo de Dios borrando cualquier rastro de enfermedad en el.
Espíritu La naturaleza de nuestro Ser. Nuestra esencia. Lo Eterno, lo inmutable, lo que nunca muere, lo que nos une al Todo del que somos parte. El resultado de haber sido creados a imagen y semejanza de nuestro Padre. Para Un Curso de Milagros es sinónimo de Pensamiento.
Espíritu Santo La Tercera Persona de la Trinidad. La respuesta de Dios a la idea de separación que surgió en la mente del Hijo durante el sueño. El Nexo, el Interlocutor, el re-interprete, el Vínculo entre Padre e Hijo. La voz de Dios que habla por El. El Espíritu Santo es el guía perfecto. Si se lo permitimos evaluará absolutamente todo lo que hagamos en el plano físico en función de cómo contribuye a nuestra paz y a nuestra felicidad. En virtud de dicha contribución lo conservará o simplemente le acercará luz y lo hará desaparecer.
Expiación Es el plan de corrección del Espíritu Santo para des-hacer el ego y sanar la creencia en la separación. Surgió con la creación del Espíritu Santo luego de la separación. Expiar es des-hacer. El mundo de ilusión nos convoca en todo momento a hacer, a la acción. El Espíritu Santo nos convoca a no-hacer que es lo mismo que des-hacer la ilusión. Nuestra única responsabilidad como estudiantes de Un Curso de Milagros es aceptar la Expiación para nosotros mismos, es decir des-hacer el error de que estamos separados del Padre. Todo conflicto, todo desasosiego proviene de una idea equivocada de estar separados del Padre. Si Expiamos ese error, recobraremos nuestro estado natural de dicha, paz y armonía. La Expiación se vale del perdón para des-hacer la ilusión de separación que tanta culpabilidad nos ha generado.
Extensión: Extender es compartir a través del Espíritu Santo. En contraposición a la proyección del ego, la extensión es compartir la visión del Espíritu Santo.
Fe La expresión de nuestra confianza. Según donde la depositemos tendremos un resultado determinado. Si la depositamos en la ilusión veremos un mundo caótico de culpabilidad, de conflicto, enfermedad, carencia, conflicto. Si la depositamos en la verdad, veremos un mundo perdonado de abundancia, paz, dicha, armonía. No es que no tengamos fe es que en ocasiones generalmente no sabemos donde la depositamos.
Hijo de Dios La Segunda persona de la Trinidad. El Cristo que es nuestro verdadero Ser.
Infierno Un lugar de culpabilidad, muerte, desolación, enfermedad, carencia, sufrimiento, sacrificio, relaciones especiales. En lugar donde según el ego se nos castigará.
Instante Santo El instante donde el lugar de ver culpabilidad vemos perdón. Un instante donde en lugar de ver ataque, vemos pedido de amor, de ayuda.
Jesús La Primera persona, el “YO” del Curso de Milagros. Nuestro hermano quien trascendió el ego antes que nosotros. En el mundo del tiempo, es diferente a nosotros ya que no tiene ego. En el mundo de la eternidad es uno más de nosotros. Integra junto a nosotros, la Filiación, la Mente del Hijo de Dios. Es el “modelo a seguir” para Un Curso de Milagros ya que además de ser quien amorosamente nos acerca la información, es el primero que ha culminado el proceso de Expiación mostrándonos el camino que nos enseña que es realmente posible.
Juicio Final El final de todas las ilusiones. La culminación del proceso de Expiación por parte del Hijo de Dios.
Libre albedrío Solo existe en el mundo de la ilusión, de las formas, donde aun entendemos que tenemos opciones y que podemos decidir. La decisión es si actuar con el ego como guía o con el Espíritu Santo. En el Cielo es innecesario ya que hay una única voluntad, no hay nada que decidir.
Maestro de Dios Todos quienes optamos por aprender y enseñar la lección del perdón. Todos somos alumnos y maestros a la vez ya que estamos en constante aprendizaje. Todo aquello que enseñamos, que mostramos al mundo lo reforzamos en nosotros mismos. Todo aquello que enseñamos, es a nosotros mismos a quien lo enseñamos. Al ser la vida diaria, la cotidianeidad nuestra gran salón de clases, a diario estamos desempeñando ambas funciones. Bastará con pensar y tener en todo momento presente la idea de: “que deseo aprender”, ya que eso es exactamente lo que debo enseñar.
Magia Cualquier cosa del mundo físico y de la materia que creemos nos aportará una solución. Todo lo externo, todo lo que vemos es reflejo de nuestro estado mental por lo tanto, es allí donde debemos trabajar, en nuestros pensamientos, el lugar donde se genera todo aquello que vemos en el plano físico. Nada existe por si solo en el plano físico sin antes no haberse generado en la mente. Por lo tanto cualquier solución, corrección a lo que vemos “fuera” debe darse y se encuentra en la mente, el origen de todas las cosas. Cualquier solución que entendamos viene del exterior, es magia.
Mente Sinónimo de Espíritu. El nivel donde se generan los pensamientos, donde se encuentra la conexión con el Padre. El nivel donde el Hijo de Dios es UNO. El nivel donde se encuentra la energía creadora.
Mente correcta La parte de nuestra mente que acepta sin interponer obstáculos ser guiada por el Espíritu Santo, que es conciente de cual es nuestra verdadera identidad, que sabe que no estamos solos nunca, menos al momento de tomar decisiones o de actuar y por ello apela a quien sabe perfectamente el recorrido del camino del amor, de regreso a casa y que nos lleva a un estado de paz, de dicha, de abundancia, de júbilo. La parte de la mente que nos alienta a dejarnos guiar, a escuchar, a no-hacer, a confiar. La mente que nos muestra un mundo de esperanza, de belleza, de unión.
Mente errada La parte de nuestra mente que escucha al ego, la mente que cree en el sueño, que cree en la división de lo eterno, que cree que todo lo sabe, que actúa por impulso, sin pedir asesoramiento, que entiende que todo depende de nosotros, que nos habla en todo momento de actuar, de acción, de hacer, de tomar decisiones. La parte de la mente que nos dice que somos “el centro del mundo”. La parte de la mente que nos habla de miedo, de carencia, de angustia, de enfermedades, de conflicto. La parte de la mente que nos muestra un mundo de desolación, de separación, de cuerpos divididos.
Mente UNA La mente de Dios, El Cristo, la Mente del Hijo de Dios, la Filiación. La mente que trasciende la mente errada y la mente recta. Se halla en el nivel del conocimiento. Trasciende toda percepción.
Miedo Sentimiento ilusorio. El “cielo” que fabricó el Hijo de Dios con todo el poder de su mente, en oposición al cielo del Amor. Se originó en el sueño como respuesta al sentimiento de separación, de destierro, de auto-exilio, como respuesta a la sensación de haber perpetuado un supuesto ataque al Padre, de haberle ofendido, de haberle “fallado”. Es el resultado de la culpabilidad que siente el Hijo de Dios por esta supuesta separación y por la cual entiende que merece un debido castigo. El sentimiento que el mundo de la ilusión ha alimentado al sostener que la crucifixión de Cristo fue el “merecido” castigo del Padre ante los pecados de sus hijos.
Milagro El cambio de percepción en nuestra mente que nos permite pasar del mundo de angustia, carencia, conflicto, ira, enfermedad, a un mundo de dicha, felicidad, armonía, abundancia, salud y paz a través del perdón y de la conducción del Espíritu Santo. Se produce cuando toda relación se convierte en una relación Santa. Es decir cuando la mente de dos hermanos se une en una misma mente, allí aparece el Espíritu Santo, allí aparece Cristo y se produce el milagro.
Muerte El abandono del cuerpo luego de que este ha culminado su función en este plano.
Mundo La materialización de la idea de separación. El hijo de Dios al percibir su mente dividida y separada del Padre, soñándose desterrado del Cielo, fabrica el mundo con el poder de su mente al servicio de dicho sueño. Allí da origen al tiempo y al espacio y a todo lo que tiene que ver con el plano de las formas y la materia, a todo lo que tiene que ver con lo perecedero. Fabrica la herramienta necesaria para ver, oler, sentir, oír, percibir, fabrica el cuerpo. Dios no crea el mundo físico, el mundo de lo perecedero un mundo de “vida” y “muerte”. Nada que no hable de eternidad, tiene que ver con lo que Dios crea. En nada de ello está la fuerza creadora de un Dios que solo crea lo eterno. A través del Curso de Milagros, transformamos este mundo en el verdadero “salón de clases” donde podemos aplicar todo el perdón necesario para expiar, corregir nuestros errores y des-hacer la culpabilidad que cargamos. De la mano del Espíritu Santo, podemos transitar por este mundo en una actitud de aprendizaje continuo y como menciona el Curso agradeciendo y bendiciendo cada situación vivida conscientes que el trascender dichas situaciones representa un avance en nuestro camino al Cielo.
Negación Negar la existencia del cuerpo, negar la sensación de culpabilidad que sentimos. No es la propuesta del Curso de Milagros.
Oración Muy distinto a lo que el mundo conoce como oración. El Curso de Milagros sostiene que la única oración válida es la del perdón considerando que ante cualquier evento que veamos como adverso lo único valido es perdonarnos y veremos como dicha situación se resuelve felizmente para el objetivo de nuestra paz. Cualquier evento adverso que convoquemos a nuestra vida, dará testimonio de nuestra supuesta culpabilidad. Perdonando dicha culpabilidad, la adversidad desaparece al hacer desaparecer su causa.
Pecado La creencia en que la separación es real con todo lo que ella significa, ataque al Padre, engaño, destierro del Hijo. La creencia en un Dios “débil” que creó como producto de su amor a su Hijo pero que no pudo evitar las consecuencias del ataque de dicho Hijo a al Padre, motivo por el que debe castigarle vehementemente y con toda su fuerza. Percepción Surge ante la idea de separación. Al separarnos de nuestra Fuente, de Dios, nos alejamos del Conocimiento. Fabricamos un cuerpo y le pusimos al servicio de dicha separación. Al no estar en el Conocimiento, debimos por nuestra cuenta, creyéndonos ser el Creador y no la creación, nombrar, definir, clasificar, etiquetar, juzgar, todo por nuestra cuenta. De esta forma surge la percepción. Un Curso de Milagros nos propone pasar de una percepción errada, donde juzgamos todo por nuestra cuenta usando el cuerpo como herramienta, a una percepción correcta donde juzgamos todo a través del Espíritu Santo.
Perdón Nuestra única función en este mundo. A través de la manifestación más elevada del Amor, el perdón des-hacemos el error de percibirnos separados. Un Curso de Milagros sostiene que dar y recibir son la misma cosa, por lo tanto todo perdón que ofrecemos, al darlo, es nosotros mismos a quien lo damos. Necesitamos para contrarrestar la supuesta culpabilidad que cargamos, este perdón. La única forma que tenemos de obtener dicho perdón es otorgándolo. Todo lo que vivimos como experiencia ha sido convocado por nuestro pensamiento por lo tanto, perdonamos a los demás por aquello que nos hicimos nosotros mismos no por lo que percibimos que ellos nos hicieron. El perdón es necesario únicamente en este plano de la ilusión. Podríamos decir que es una “ilusión sana” que contrarresta otra ilusión que es la culpa. Nada ha ocurrido en realidad más que en el sueño, por lo tanto de nada tenemos que perdonarnos. Pero mientras creamos que somos culpables, el perdón será necesario.
Principio de escasez La creencia en que estamos carentes de determinadas cosas, la creencia en necesidades. El pensar que “factores externos” nos proporcionarán satisfactores a estas supuestas necesidades insatisfechas. Esto nos lleva a buscar ídolos, a buscar como dice Un Curso de Milagros, la paz y la felicidad en parajes extraños. El pensar que algo nos falta refuerza la idea de separación al creer que los demás pueden privarme de algo.
Proyección Ley fundamental de la mente. Lo que vemos dentro lo proyectamos fuera. El mundo que vemos es el reflejo de la proyección de nuestra mente. No hay nada fuera nuestro que no sea el reflejo de la idea que tenemos a cerca de quienes somos. Dicha idea se encuentra en la mente. Allí es donde a través de percibirnos culpables o inocentes, proyectamos “fuera“, un mundo que da testimonio de dicha percepción.
Regalo Los regalos de Dios son el amor, la vida, eterna, la dicha, la abundancia, la plenitud. Los del ego son la angustia, la enfermedad, el miedo, la carencia. Los regalos del ego los debemos procurar a través de nuestro constante sacrificio y esfuerzo. Los regalos de Dios se nos otorgan a través del Espíritu Santo a través dejarle actuar y guiarnos.
Relación Santa Toda relación donde vemos al otro como lo que realmente es, mi hermano. En la Relación Santa, no vemos cuerpos, relaciones biológicas, edades, clases sociales, solo vemos hermanos, semejantes, iguales. Allí en la Relación Santa, Cristo aparece, nos unimos a la mente de nuestro hermano dando testimonio de unidad y no de separación. La Relación Santa es el ámbito de los Milagros.
Relaciones Especiales Toda relación donde percibimos niveles de amor. Es imposible que el amor entienda de niveles. Hay amor o no lo hay, pero no puede haber amor con unos y no con otros, o más amor y menos amor. La relación especial entiende que el amor es privativo, exclusivo, selectivo. El amor es absoluto, ilimitado y se da imparcialmente. En la relación especial lejos de extender amor, se priva de él, se cree en la escasez y se trae el miedo y los celos a la relación. La relación especial refuerza la idea de separación no la de unión. Hay dos tipos: Las relaciones especiales de odio y las relaciones especiales de amor. En las relaciones especiales de odio se proyecta toda la culpa y se perpetúa un ataque a dicha culpabilidad. En las relaciones especiales de amor, creemos en la carencia donde personas especiales, llenarán necesidades especiales, con atributos especiales que otros no tienen.
Resurrección El despertar del sueño de muerte del ego. El cambio de mente que nos permite identificarnos con nuestro verdadero Ser.
Revelación Un instante de comunicación plena con Dios. No es el objetivo de Un Curso de Milagros.
Sacrificio La creencia central del sistema de pensamiento del ego. El ego nos enseña que todo debe costar, todo se logra con “sudor y lágrimas”. Nada más lejos de la realidad. Nada que tenga que ver con nuestro verdadero Ser requiere esfuerzo ni sacrificio alguno. Dios no desea que su hijo viva en estado de plenitud y felicidad a costa de ningún sacrificio o sufrimiento. Dios no conoce nada de esto. La idea de sacrificio, es invención del Hijo durante el sueño. La voluntad del Padre es felicidad absoluta y duradera sin sacrificios. Por recibir lo que Dios desea para nosotros no debemos pagar ningún precio.
Salvación La Expiación, el des-hacer nuestros errores. De lo único que debemos ser “salvados” es de nuestra creencia de ser culpables y es lo logramos a través del perdón.
Sanación La corrección en la mente de la creencia de estar separados de Dios. La enfermedad es una decisión que tomamos se da en la mente por lo tanto la sanación también se encuentra allí.
Separación La creencia en el pecado de que hemos atacado a Dios, de que le hemos fallado y le hemos traicionado. La creencia de que se nos ha exiliado y desterrado del cielo. La creencia de que somos un cuerpo deambulando en busca de una experiencia espiritual y no un espíritu unido eternamente a su Fuente en busca de una experiencia física.
Ser Nuestra verdadera identidad, unida eternamente a la Fuente que como producto de su inconmensurable amor le dio origen.
Sueño El estado en el cual el Hijo de Dios se percibe separado de su Padre. El nivel donde se fabricó el cuerpo, donde se dio origen a la percepción. Donde se percibe como posible que lo eterno, lo invulnerable pueda cambiar. El nivel donde el Hijo de Dios cree ser el Padre y no el Hijo, donde causa y efecto se invierten.
Tener / Ser El estado de plenitud donde al saber quienes somos, reconocemos que lo tenemos todo.
Tiempo Elemento del mundo de la ilusión fabricado en contraposición con la eternidad. Del tiempo hace uso el ego para perpetuar el pasado. Apela al pasado en todo momento para asegurarnos que el futuro será tan dramático como el pasado, salteándose el presente. El Espíritu Santo si se lo permitimos, como todo lo fabricado por el Hijo de Dios, hará uso del tiempo a favor de Dios y de la felicidad de su Hijo. Al des-hacer el error mediante el perdón se produce el milagro que es un verdadero colapso del tiempo, el tiempo parece paralizarse, todo es posible y damos paso al plano de todas las posibilidades, la eternidad.
Trinidad Dios el Padre, su Hijo Cristo, nuestra verdadera esencia, el verdadero Ser, y el Espíritu Santo, el nexo entre Padre e Hijo, el re-interprete, el vínculo eterno e indisoluble
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