DESPERTAR AL AMOR

jueves, 12 de enero de 2017

12 ENERO: Estoy disgustado porque veo un mundo que no tiene significado.

AUDIOLIBRO



EJERCICIOS



LECCION 12

Estoy disgustado porque veo un mundo que no tiene significado.

1. La importancia de esta idea radica en el hecho de que contiene la corrección de una importante distorsión perceptual. 2Piensas que lo que te disgusta es un mundo aterrador o un mundo triste; un mundo violento o un mundo demente. 3Todos esos atributos se los otorgas tú. 4El mundo de por sí no tiene significado.

2. Estos ejercicios deben hacerse con los ojos abiertos. 2 Mira a tu alrededor, está vez muy lentamente. 3Trata de seguir un ritmo tal, que el lento pasar de tu mirada de una cosa a otra sea a intervalos de tiempo bastante similares. 4No permitas que el lapso de tiempo empleado para pasar de una cosa a otra sea ostensiblemente más corto o más largo; trata, en cambio, de mantener un compás medido y parejo a lo largo de todo el ejercicio. 5Lo que veas no importa. 6Te enseñas esto a medida que le prestas la misma aten­ción y le dedicas el mismo tiempo a cualquier cosa sobre la que tu mirada se pose. 7Éste es uno de los pasos iniciales en el proceso de aprender a conferirles a todas las cosas el mismo valor.

3. A medida que mires a tu alrededor, di para tus adentros:

2Creo ver un mundo temible, un mundo hostil, un mundo peligroso, un mundo triste, un mundo per­verso, un mundo enloquecido,

y así sucesivamente, usando cualquier término descriptivo que se te ocurra. 3Si se te ocurren términos que parecen ser positivos en vez de negativos, inclúyelos también. 4Podrías pensar, por ejemplo, en "un mundo bueno" o en "un mundo agradable". 5Si se te ocurren términos de esa índole úsalos junto con los demás. 6Es posible que aún no entiendas por qué esos adjetivos "buenos" forman parte de estos ejercicios, pero recuerda que un "mundo bueno" implica uno "malo ; y uno "agradable" implica uno "desagradable" . 7Todos los términos que te vengan a la mente son ade­cuados para los ejercicios de hoy. 8Su aparente valor no importa.

4. Asegúrate, al aplicar la idea de hoy, de no alterar la duración de los intervalos de tiempo entre lo que piensas que es agradable y lo que piensas que es desagradable. 2Para los efectos de estos ejercicios, no hay diferencia alguna entre una cosa y otra. 3Al final de la sesión de práctica, añade:

4Pero estoy disgustado porque veo un mundo que no tiene significado.

5. Lo que carece de significado no es ni bueno ni malo. 2¿Por qué, entonces, habría de disgustarte un mundo que no tiene signifi­cado? 3Si pudieses aceptar al mundo como algo que carece de significado y dejar que en lugar de lo que tú crees la verdad se escribiese en él por ti, ello te llenaría de una felicidad indescripti­ble. 4Pero precisamente porque carece de significado te sientes impulsado a escribir en él lo que tú quisieras que fuese. 5Eso es lo que ves en él. 6Eso es lo que en verdad no tiene significado. 7Bajo tus palabras está escrita la Palabra de Dios. 8La verdad te disgusta ahora, pero cuando tus palabras hayan sido borradas, verás la Suya. 9Ese es, en última instancia, el propósito de estos ejercicios.

6. Tres o cuatro sesiones de práctica con la idea de hoy serán suficientes. 2Dichas sesiones no deben pasar de un minuto. 3Es posible que incluso un minuto te resulte demasiado largo. 4Sus­pende los ejercicios en el momento en que experimentes cualquier tensión.




Instrucciones para la práctica

Propósito: Darte cuenta de que estás disgustado porque instintivamente sientes que el mundo no tiene sentido, una pizarra en blanco. Esto te hace temer que la verdad se escriba sobre ella. Este ejercicio te ayudará a aceptar que el mundo es verdaderamente una pizarra en blanco, borra lo que has escrito en ella, y luego ve lo que Dios ha escrito en ella.

Ejercicio: Tres o cuatro veces, de 1 minuto o menos (párate cuando notes tensión). Mira a tu alrededor lentamente, cambiando tu mirada a intervalos de tiempo regulares. Mientras miras alrededor, di: “Creo ver un mundo temible, un mundo peligroso, un mundo hostil,” y así sucesivamente, usando cualquier término descriptivo que se te ocurra. Esto incluye los positivos, que suponen la posibilidad de su opuesto. Suponen un mundo en el que tanto lo positivo como lo negativo están presentes y luchan por ver cuál gana. Éste no es el mundo que Dios quiere que veas. Al final añade: “pero estoy disgustado porque veo un mundo que no tiene significado”.

Observaciones: Cambiar tu mirada a intervalos regulares refleja la idea de hoy. Al darle la misma cantidad de tiempo y atención a cada cosa, te enseñas a ti mismo que las cosas que ves son todas igualmente sin significado. Esto es lo mismo que la lección de hoy está intentando enseñarte.

Comentario

Lo que de verdad nos molesta es una pizarra vacía, un lienzo sin pintar. No lo podemos resistir, tenemos que pintarlo con nuestro significado; y cuando lo hacemos, lo que vemos es aterrador, triste, violento o loco (1:2-3). No podemos aceptar que el mundo no significa nada y “dejar que la verdad se escribiese en él por ti” (5:3); en lugar de ello, “te ves impulsado a escribir sobre él lo que tú quisieras que fuese” (5: 4). No podemos dejar que Dios le dé al mundo y a nosotros mismos nuestro significado; deseamos hacernos el nuestro propio. El resultado es una inquietante visión de todo.

Esta idea, de que lo que pienso que me está molestando no es realmente la causa de mi disgusto (lee la Lección 5 de nuevo), es enormemente útil. Puede obrar milagros en nuestra experiencia. Recuerdo la primera vez que me tocó. Acababa de tener una conversación decepcionante con mi novia, en la que me di cuenta de que ella no quería pasar tanto tiempo conmigo como yo quería pasar con ella, y de que estaba interesada en otro. Me sentí ofendido, humillado, un ciudadano de segunda clase; me sentí enfadado con ella por no darse cuenta del valioso regalo que yo era y por hacerme pasar la tarde del sábado solo. Me sentí muy desgraciado.

De repente me vino el pensamiento: “Soy yo quien me estoy haciendo esto a mí mismo, no es ella”. Pensé en la canción de la película My Fair Lady en la que Rex Harrison canta: “Yo era muy independiente y feliz antes de que nos conociéramos. Seguramente podría serlo de nuevo… y sin embargo…” Me di cuenta de que estaba eligiendo verla como la causa de mi malestar, pero era el modo en que yo estaba pensando sobre la situación lo que me hacía desgraciado. Si yo quería, todavía podía ser feliz. ¡Fue una revelación importantísima! Para ser honesto, no estaba seguro de que me gustase, pero mi sentido interno seguía diciéndome: “En este camino está la verdadera libertad”. Aquel fue un gran comienzo para mí.

Deja que para ti, hoy, el mundo pierda su significado. No te apresures a ponerle encima tu significado. Simplemente deja que sea lo que es, sin ningún significado, y dale al Espíritu Santo una oportunidad para que escriba Su significado sobre él.

Cuando tus palabras hayan sido borradas, verás la Suya. Ése es, en última instancia, el propósito de estos ejercicios. (5:8-9)

Hay una práctica semejante a las del Libro de Ejercicios, que aparece en el Texto, y que va en la misma línea de esta lección.

Cuando de alguna manera tu paz se vea amenazada o perturbada, afirma lo siguiente:

“No conozco el significado de nada, incluido esto.
No sé, por lo tanto, cómo responder a ello.
No me valdré de lo que he aprendido en el pasado
Para que me sirva de guía ahora”.


Cuando de este modo te niegues a tratar de enseñarte a ti mismo lo que no sabes, el Guía que Dios te ha dado, te hablará. Ocupará el lugar que Le corresponde en tu conciencia en el momento en que tú lo desocupes y se lo ofrezcas a Él. (T.14.XI.6:6-11).





TEXTO

III. El altar de Dios


1. Sólo puedes aceptar la Expiación dentro de ti liberando la luz interior. 2Desde la separación, las defensas se han usado casi exclusivamente para defenderse contra la Expiación y mantener así vigente la separación. 3Generalmente esto se manifiesta como una necesidad de proteger el cuerpo. 4Las múltiples fantasías corporales a las que las mentes se entregan proceden de la creencia distorsionada de que el cuerpo puede usarse como un medio para alcanzar la "expiación" 5Percibir el cuerpo como un templo es únicamente el primer paso en el proceso de corregir esta dis­torsión, ya que sólo la altera en parte. 6Dicha percepción del cuerpo ciertamente reconoce que la Expiación en términos físicos es imposible. 7El siguiente paso, no obstante, es darse cuenta de que un templo no es en modo alguno una estructura. 8Su verda­dera santidad reside en el altar interior en torno al cual se erige la estructura. 9Hacer hincapié en estructuras hermosas es señal de que se teme a la Expiación y de que no se está dispuesto a llegar al altar en sí. 10La auténtica belleza del templo no puede verse con los ojos físicos. 11La visión espiritual, por otra parte, al ser una visión perfecta, no puede ver la estructura en absoluto. 12Puede, no obstante, ver el altar con perfecta claridad.

2. Para que la eficacia de la Expiación sea perfecta, a ésta le corresponde estar en el centro del altar interior, desde donde sub­sana la separación y restituye la plenitud de la mente. 2Antes de la separación la mente era invulnerable al miedo, ya que el miedo no existía. 3Tanto la separación como el miedo son creaciones fal­sas que tienen que deshacerse a fin de que se pueda restaurar el templo y abrir el altar para que reciba la Expiación. 4Esto supone el fin de la separación, al poner dentro de ti la única defensa eficaz contra todo pensamiento de separación, haciendo de este modo que seas absolutamente invulnerable.

3. El que todos acepten la Expiación es sólo cuestión de tiempo. 2Tal vez parezca que esto contradice su libre albedrío, dada la inevitabilidad de la decisión final, pero en realidad no es así. 3Pue­des aplazar lo que tienes que hacer y eres capaz de enormes dila­ciones, pero no puedes desvincularte completamente de tu Creador, Quien fija los límites de tu capacidad para crear falsa­mente. 4Una voluntad aprisionada engendra una situación tal, que, llevada al extremo, se hace completamente intolerable. 5La resistencia al dolor puede ser grande, pero no es ilimitada. 6A la larga, todo el mundo empieza a reconocer, por muy vagamente que sea, que tiene que haber un camino mejor. 7A medida que este reconocimiento se arraiga más, acaba por convertirse en un punto decisivo en la vida de cada persona. 8Esto finalmente vuelve a despertar la visión espiritual y, al mismo tiempo, mitiga el apego a la visión física. 9Este alternar entre los dos niveles de percepción se experimenta normalmente como un conflicto que puede llegar a ser muy agudo. 10Aun así, el desenlace final es tan inevitable como Dios.

4.  La visión espiritual literalmente no puede ver el error, y busca simplemente la Expiación. 2Todas las soluciones que los ojos del cuerpo buscan se desvanecen. 3La visión espiritual mira hacia adentro e inmediatamente se da cuenta de que el altar ha sido profanado y de que necesita ser reparado y protegido. 4Perfecta­mente consciente de la defensa apropiada, la visión espiritual pasa por alto todas las demás y mira más allá del error hacia la verdad. 5Debido a la fuerza de su visión, pone a la mente a su servicio. 6Esto re-establece el poder de la mente y hace que las demoras le resulten cada vez más intolerables al darse cuenta de que lo único que hacen es añadir dolor innecesario. 7Como resultado de ello, la mente se vuelve cada vez más sensible a lo que antes habría considerado sólo pequeñas molestias.

5. Los Hijos de Dios tienen derecho al perfecto bienestar que resulta de tener perfecta confianza. 2Hasta que no logran esto, se agotan a sí mismos y desperdician sus verdaderos poderes creati­vos en fútiles intentos de obtener un mayor bienestar valiéndose de medios inadecuados. 3Sin embargo, los medios reales ya les han sido provistos y no requieren esfuerzo alguno por su parte. 4La Expiación es la única ofrenda digna de ser ofrecida en el altar de Dios, debido al valor que el altar en sí tiene. 5Fue creado per­fecto y es absolutamente digno de recibir perfección. 6Entre Dios y Sus creaciones existe una perfecta interdependencia. 7ÉI depende de ellas porque las creó perfectas. 8Les dio Su paz para que nada las pudiese alterar ni engañar. 9Siempre que tienes miedo, te enga­ñas a ti mismo, y tu mente no puede servir al Espíritu Santo. 10Eso te deja hambriento, pues te niega el pan de cada día. 11Dios se siente solo sin Sus Hijos, y Sus Hijos se sienten solos sin Él. 12Tienen que aprender a ver el mundo como un medio para poner fin a la separación. 13La Expiación es la garantía de que finalmente lo lograrán.



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