DESPERTAR AL AMOR

viernes, 10 de febrero de 2017

10 FEBRERO: Dios va conmigo dondequiera que yo voy.

AUDIOLIBRO



EJERCICIO


LECCION 41


Dios va conmigo dondequiera que yo voy.


1. Con el tiempo, la idea de hoy desvanecerá por completo la sensación de soledad y abandono que experimentan todos los que se consideran separados. 2La depresión es una consecuencia inevitable de la separación, 3como también lo son la ansiedad, las preocupaciones, una profunda sensación de desamparo, la infeli­cidad, el sufrimiento y el intenso miedo a perder.

2. Los que se consideran separados han inventado muchos "reme­dios" para lo que, según ellos, son "los males del mundo": 2Pero la única cosa que no han hecho es cuestionar la realidad del pro­blema. 3Los efectos de éste, no obstante, no se pueden sanar por­que el problema no es real. 4La idea de hoy tiene el poder de acabar con todo este desatino para siempre. 5Pues eso es lo que es, un desatino, por muy serias y trágicas que parezcan ser sus mani­festaciones.

3. En lo profundo de tu interior yace todo lo que es perfecto, presto a irradiar a través de ti sobre el mundo. 2Ello sanará todo pesar y dolor, todo temor y toda sensación de pérdida porque curará a la mente que pensaba que todas esas cosas eran reales y que sufría debido a la lealtad que les tenía.

4. Jamás se te puede privar de tu perfecta santidad porque su Fuente va contigo dondequiera que tú vas. 2Jamás puedes sufrir porque la Fuente de toda dicha va contigo dondequiera que tú vas. 3Jamás puedes estar solo porque la Fuente de toda vida va contigo dondequiera que tú vas. 4Nada puede destruir tu paz mental porque Dios va contigo dondequiera que tú vas. 

5. Comprendemos que no creas nada de esto. 2¿Cómo ibas a creer­lo cuando la verdad se halla oculta en lo profundo de tu interior, bajo una pesada nube de pensamientos dementes, densos y tur­bios que representan, no obstante, todo lo que ves? 3Hoy intenta­remos por primera vez atravesar esa oscura y pesada nube y llegar a la luz que se encuentra más allá.

6. Hoy tendremos una sola sesión de práctica larga. 2Por la mañana, a ser posible tan pronto como te levantes, siéntate en silencio de tres a cinco minutos con los ojos cerrados. 3Al comienzo de la sesión de práctica repite la idea de hoy muy len­tamente. 4No trates de pensar en nada en particular. 5Trata, en cambio, de experimentar la sensación de que estás sumergién­dote en tu interior, más allá de todos los pensamientos vanos del mundo. 6Trata de llegar hasta lo más profundo de tu mente, man­teniéndola despejada de cualquier pensamiento que pudiese dis­traerte.

7. De vez en cuando puedes repetir la idea de hoy si observas que eso te ayuda. 2Pero sobre todo, trata de sumergirte tan pro­fundamente como puedas en tu interior, lejos del mundo y de todos sus pensamientos disparatados. 3Estás tratando de llegar más allá de todo. ello. 4Estás tratando de dejar atrás las aparien­cias y de aproximarte a la realidad.

8. Es perfectamente posible llegar a Dios. 2De hecho, es muy fácil, ya que es la cosa más natural del mundo. 3Podría decirse incluso que es lo único que es natural en el mundo. 4El camino quedará despejado, si realmente crees que ello es posible. 5Este ejercicio puede producir resultados asombrosos incluso la primera vez que se intenta, y tarde o temprano acaba por tener éxito. 6A medida que avancemos ofreceremos más detalles acerca de este tipo de práctica. 7No obstante, nunca fracasa del todo, y es posible tener éxito inmediatamente.

9. Usa la idea frecuentemente a lo largo del día, repitiéndola muy despacio, preferiblemente con los ojos cerrados. 2Piensa en lo que estás diciendo, en el significado de las palabras. 3Concéntrate en la santidad que esas palabras te atribuyen, en la compañía inde­fectible de la que gozas, en la completa protección que te rodea.

10. Puedes ciertamente permitirte el lujo de reírte de los pensa­mientos de miedo, recordando que Dios va contigo dondequiera que tú vas.




Instrucciones para la práctica

Propósito: Ponerte en contacto con la Presencia de Dios dentro de ti, para que puedas experimentar el hecho de que Él va contigo dondequiera que tú vas. Ésta es la verdadera curación para todas las enfermedades humanas, que simplemente son síntomas de nuestra ilusoria separación de Dios.

Ejercicios más largos: 1 sola vez, durante tres a cinco minutos, lo más pronto posible después de levantarte. 

  • Cierra los ojos, repite la idea muy lentamente.
  • Luego deja que tu mente se quede en blanco y centre toda su atención en sumergirse muy profundamente hacia dentro. Pasa de largo toda la nube de pensamientos dementes que hay en la superficie de tu mente y vete hacia la Presencia de Dios en el centro de quietud de tu mente. “Trata de llegar hasta lo más profundo de tu mente, manteniéndola despejada de cualquier pensamiento que pudiera distraerte” (6:6). Repite la idea de vez en cuando si eso te ayuda, pero pasa la mayor parte del tiempo deseando sumergirte suavemente en el centro de tu mente, donde todo está en calma. Mantén en tu mente la confianza de que puedes hacerlo, pues llegar a este lugar es más natural que cualquier cosa de este mundo. Cuando surjan pensamientos, simplemente pásalos de largo mientras te sumerges hacia dentro. Repetir la idea te ayudará a que desaparezcan esos pensamientos.


Observaciones: Éste es el primer ejercicio de meditación del Libro de Ejercicios. Éste es “nuestro primer intento” (5:3) de llegar a la luz dentro de nosotros. Como esta cita sugiere, esta práctica es extremadamente importante en el Libro de Ejercicios. El párrafo 8 claramente señala que entraremos más en “este tipo de práctica” (8:6), recibiendo más instrucciones sobre ella, y progresando en ella, hasta llegar al momento en que “siempre tiene éxito” (8:5).

Recordatorios frecuentes: A menudo.


  • Repite la idea según las instrucciones del párrafo 9. Para que lo experimentes, sugiero que la repitas ahora siguiendo las instrucciones que vienen a continuación, las cuales están sacadas del párrafo 9: 
  • Repite la idea “muy lentamente, preferiblemente con los ojos cerrados”. 
  • Repítela de nuevo y “piensa en lo que estás diciendo, lo que las palabras significan”. 
  • Repite las palabras de nuevo y “concéntrate en la santidad que dan por sentado sobre ti”. “Si Él va contigo y Él es santo, entonces tú eres santo”. 
  • Repítelas de nuevo, concentrándote “en la segura compañía que tú tienes”. 
  • Repítelas de nuevo, concentrándote “en la protección completa que te rodea”.


Respuesta a la tentación: Siempre que tengas pensamientos de miedo.
Recuerda la idea. Si realmente aceptas el significado, podrás reírte de los miedos que un instante antes parecían tan terribles.

Comentario

Numerosos problemas parecen haber surgido de nuestra percepción de nosotros mismos como separados de Dios. La sensación de soledad y abandono, depresión, ansiedad, preocupación, indefensión, infelicidad, sufrimiento, e intenso miedo a la pérdida, todos proceden de este problema raíz. Si miramos a las cosas objetivamente, pasamos la mayor parte de nuestra vida con diversos modos de intentar burlar y superar estos problemas.

“Pero la única cosa que no has hecho es poner en duda la realidad del problema. Los efectos de éste, no obstante, no se pueden sanar porque el problema no es real”. (2:2-3).

Un maestro espiritual Adi Da (también conocido como: Da Free John) una vez escribió un libro titulado: “La Enfermedad Imaginaria que la Religión Busca Curar”. Eso es la separación: una enfermedad imaginaria. ¿Cómo se puede curar una enfermedad que no existe realmente? La respuesta es lógica: no se puede. No hay cura porque no hay enfermedad. Por eso todos nuestros intentos de “curarnos” a nosotros mismos no funcionan. No podemos encontrar el camino de “regreso” a Dios porque Él nunca nos ha abandonado, Dios va con nosotros dondequiera que vamos. Todos nuestros conflictos y dramas son una insensatez, “por muy serias y trágicas que parezcan ser sus manifestaciones” (2:5).

En lo más profundo de tu interior yace todo lo que es perfecto, presto a irradiar a través de ti sobre el mundo. Ello sanará todo pesar y dolor, todo temor y toda sensación de pérdida porque curará a la mente que pensaba que todas esas cosas eran reales y que sufría debido a la lealtad que les tenía. (3:1-2)

Llevamos la “cura” para nuestra enfermedad en lo más profundo de nuestro interior. Esta “cura” sana, no venciendo a la “enfermedad”, sino convenciéndonos de que no hay enfermedad. Dios siempre está con nosotros. ¿Cómo podríamos estar separados en modo alguno del Infinito? ¿Cómo podríamos estar alguna vez separados de Todo Lo Que Es? La sola idea es demente e imposible.

Comprendemos que no creas nada de esto. ¿Cómo ibas a creerlo cuando la verdad se halla oculta en lo profundo de tu interior, cubierta bajo una pesada nube de pensamientos dementes, densos y turbios que representan, no obstante, todo lo que ves? Hoy intentaremos por primera vez atravesar esa obscura y pesada nube y llegar a la luz que se encuentra más allá de ella. (5:1-3)

¡Qué tranquilizador es que nuestro Maestro nos diga que él entiende nuestra falta de fe! Quizás tenemos una creencia intelectual en la Presencia de Dios en todo, pero no creemos que sea el núcleo central, de manera que haga desaparecer todo nuestro miedo, pesar, dolor y pérdida.

Necesitamos la práctica de esta lección: para ayudarnos a “atravesar esta nube obscura y pesada” y para que surja la luz del conocimiento de nuestra unión con Dios (5:3).

Esta lección es la primera introducción del Curso de la práctica de lo que podríamos llamar meditación clásica. Aunque el Curso no le da a tal meditación un enfoque principal, no hay duda de que le da una gran importancia. En el Curso, la meditación consiste en sentarse con los ojos cerrados y, “no pensar en nada en particular” (6:4), sino intentar entrar en lo más profundo de tu propia mente, sumergiéndose hacia abajo y adentro, mientras tratas de mantener la mente “libre de cualquier pensamiento que pueda desviar tu atención” (6:6). Como se ha afirmado, el propósito es volverse consciente de la luz dentro de nosotros mismos. O, en palabras más corrientes, experimentar la sensación de la Presencia de Dios con nosotros. Estamos intentando llegar a Dios hoy.

Claramente, si la idea de la Presencia de Dios significa la desaparición de nuestra soledad, podemos esperar desarrollar una sensación clara y palpable de Alguien Que siempre está con nosotros, en cada momento. Cuando empezamos a desarrollar esta sensación podemos sentirnos tentados a creer que es nuestra propia imaginación. ¡No es imaginación! Es la ausencia de Su Presencia lo que es imaginario.

Ciertamente puedes reírte de los pensamientos de miedo, al recordar que Dios va contigo dondequiera que tú vas. (10:1)




TEXTO


II. La Voz que habla por Dios


1. Curar no es crear; es reparar. 2El Espíritu Santo fomenta la curación mirando más allá de ella hacia lo que los Hijos de Dios eran antes de que la curación fuese necesaria, y hacia lo que serán una vez que hayan sanado. 3Esta alteración de la secuencia tem­poral debería resultarte familiar, ya que es muy similar al cambio que el milagro produce en la percepción que se tiene del tiempo. 4El Espíritu Santo es la motivación para alcanzar la mentalidad milagrosa; la decisión de subsanar la separación renunciando a ella. 5Tu voluntad se encuentra todavía en ti porque Dios la ubicó en tu mente, y aunque puedes mantenerla dormida, no puedes destruirla. 6Dios Mismo mantiene tu voluntad viva al transmi­tirla desde Su Mente a la tuya mientras perdure el tiempo. 7El milagro mismo es un reflejo de esta unión de voluntades entre Padre Hijo.

2. El Espíritu Santo es el espíritu del júbilo. 2Es la Llamada a retor­nar con la que Dios bendijo las mentes de Sus Hijos separados. 3Ésa es la vocación de la mente. 4Antes de la separación la mente no tenía ninguna vocación, ya que antes de eso simplemente era, y no habría podido entender la llamada al recto pensar. 5El Espíritu Santo es la Respuesta de Dios a la separación; el medio a través del cual la Expiación cura hasta que la mente en su totalidad se reincorpore al proceso de creación.

3. Tanto la separación como el principio que gobierna la Expia­ción dieron comienzo simultáneamente.  2Cuando el ego fue engendrado, Dios puso en la mente la llamada al júbilo. 3Esta llamada es tan poderosa que el ego siempre se desvanece ante su sonido. 4Por eso es por lo que tienes que elegir escuchar una de las dos voces que hay dentro de ti. 5Una la inventaste tú, y no forma parte de Dios. 6La otra te la dio Dios, Quien sólo te pide que la escuches. 7El Espíritu Santo se encuentra en ti en un sentido muy literal. 8Suya es la Voz que te llama a retornar a donde estabas antes y a donde estarás de nuevo. 9Aun en este mundo es posible oír sólo esa Voz y ninguna otra. 10Ello requiere esfuerzo, así como un  gran deseo de aprender. 11Ésa es la última lección que yo aprendí, y los Hijos de Dios gozan de la misma igualdad como alumnos que como Hijos.

4.  eres el Reino de los Cielos, pero permitiste que la creencia en la oscuridad se infiltrase en tu mente, por lo que ahora necesitas una nueva luz. 2El Espíritu Santo es el resplandor al que debes permitir que desvanezca la idea de la oscuridad. 3Suya es la gloria ante la cual la disociación desaparece y el Reino de los Cielos pasa a ocupar el lugar que le corresponde: 4Antes de la separación no tenías necesidad de dirección, 5pues disponías de conocimiento, tal como dispondrás de él de nuevo, pero como no dispones de él ahora.

5. Dios no guía porque la único que puede hacer es compartir Su perfecto conocimiento. 2Guiar entraña evaluación, ya que implica que hay una manera correcta de proceder y otra incorrecta, una que se debe escoger y otra que se debe evitar. 3Al escoger una, renuncias a la otra. 4Elegir al Espíritu Santo es elegir a Dios. 5Dios no está dentro ti en un sentido literal, más bien, tú formas parte de Él. 6Cuando elegiste abandonarlo te dio una Voz para que hablase por Él, pues ya no podía compartir Su conocimiento contigo libre­mente. 7La comunicación directa se interrumpió al tú inventar otra voz.

6.  El Espíritu Santo te insta tanto a recordar como a olvidar. 2Has elegido estar en un estado de oposición en el que los opuestos son posibles. 3Como resultado de ello, hay ciertas decisiones que tienes que tomar. 4En el estado de santidad la voluntad es libre, de modo que su poder creativo es ilimitado y elegir no tiene sentido. 5El poder de elegir es el mismo poder que el de crear, pero su aplicación es diferente. 6Elegir implica que la mente está divi­dida. 7El Espíritu Santo es una de las alternativas que puedes elegir. 8Dios no dejó a Sus Hijos desconsolados a pesar de que ellos decidieron abandonarlo. 9La voz que ellos pusieron en sus mentes no era la Voz de Su Voluntad, en favor de la cual habla el Espíritu Santo.

7. La Voz del Espíritu Santo no da órdenes porque es incapaz de ser arrogante. 2No exige nada porque su deseo no es controlar. 3No vence porque no ataca. 4Su Voz es simplemente un recorda­torio. 5Es apremiante únicamente por razón de lo que te recuerda. 6Le ofrece a tu mente el otro camino, permaneciendo serena aun en medio de cualquier confusión a que puedas dar lugar. 7La Voz que habla por Dios es siempre serena porque habla de paz. 8La paz es más poderosa que la guerra porque sana. 9La guerra es división, no expansión. 10Nadie gana en la batalla. 11¿Qué saca un hombre con ganar el mundo entero si con ello pierde su propia alma? 12Si le prestas oídos a la voz que no debes, pierdes de vista a tu alma. 13En realidad no puedes perderla, pero puedes no cono­cerla. 14Por lo tanto, te parecerá que la has "perdido" hasta que elijas correctamente.    
       
8. El Espíritu Santo es tu Guía a la hora de elegir. 2Reside en la parte de tu mente que siempre habla en favor de la elección correcta porque habla por Dios. 3Él es el último nexo de comuni­cación que te queda con Dios, comunicación que puedes inte­rrumpir, pero no destruir. 4El Espíritu Santo es el vehículo mediante el cual la Voluntad de Dios se cumple así en la tierra como en el Cielo. 5Tanto el Cielo como la tierra están en ti porque la llamada de ambos está en tu mente. 6La Voz de Dios procede de los altares que le has erigido a Él. 7Estos altares no son objetos, son devociones. 8Sin embargo, ahora tienes otras devociones. 9Tu devoción dividida te ha dado dos voces, y ahora tienes que elegir en cuál de los dos altares quieres servir. 10La llamada que contestas ahora es una evaluación porque se trata de una decisión. 11La decisión es muy simple. 12Se toma sobre la base de qué llamada es más importante para ti.

9. Mi mente será siempre como la tuya porque fuimos creados iguales. 2Fue sólo la decisión que tomé lo que me dio plena potes­tad tanto en el Cielo como en la tierra. 3El único regalo que te puedo hacer es ayudarte a tomar la misma decisión. 4Inherente a esta decisión es la decisión de compartirla, pues la decisión en sí es la decisión de compartir. 5Se toma mediante el acto de dar, y es por lo tanto, la. única alternativa que se asemeja a la verdadera creación. 6Yo soy tu modelo a la hora de tomar decisiones. 7Al decidirme por Dios te mostré que es posible tomar esta decisión y que tú la puedes tomar.

10. Te he asegurado que la Mente que decidió por mí se encuentra también en ti, y que puedes permitirle que te transforme, tal como me transformó a mí. 2Esta Mente es inequívoca porque sólo oye una Voz y contesta de una sola manera. 3Tú eres la luz del mundo junto conmigo. 4El descanso no se deriva de dormir sino de despertar. 5El Espíritu Santo es la llamada a despertar y a regocijarse. 6El mundo está muy cansado porque es la idea del cansancio. 7Nuestra jubilosa tarea es la de despertarlo a la Llamada a Dios. 8Todos responderán a la Llamada del Espíritu Santo, ya que, de lo contrario, la Filiación no sería una. 9¿Qué mejor vocación puede haber para cualquier parte del Reino que la de restituirlo a la per­fecta integración que le devuelve la plenitud? 10Escucha sólo esto a través del Espíritu Santo en ti, y enseña a tus hermanos a escu­char tal como yo te estoy enseñando a ti.

11. Cuando te sientas tentado por la voz falsa, recurre a mí para que te recuerde cómo sanar compartiendo mi decisión, haciéndola así aún más firme. 2Al compartir este objetivo, aumentaremos su poder para atraer a toda la Filiación y para restituirla nuevamente a la unicidad en la que fue creada. 3Recuerda que "yugo" quiere decir “unión”, y “carga” significa “mensaje”. 4Reformulemos la frase "Mi yugo es llevadero y mi carga ligera" de esta forma: "Unámonos, pues mi mensaje es la Luz".

12. Te he pedido encarecidamente que te comportes tal como yo me comporté, pero para eso tenemos que responder a la misma Mente. 2Esa Mente es el Espíritu Santo, Cuya Voluntad dispone siempre en favor de Dios. 3El Espíritu Santo, te enseña cómo tenerme a mí de modelo para tu pensamiento, y, consecuente­mente, a comportarte como yo. 4El poder de nuestra motivación conjunta está más allá de lo que se puede creer, pero no más allá de lo que se puede lograr. 5Lo que juntos podemos lograr es ilimi­tado porque la Llamada a Dios es la llamada a lo ilimitado. 6Hijo de Dios, mi mensaje es para ti, para que lo oigas y se lo transmitas a otros a medida que respondes al Espíritu Santo en ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario