DESPERTAR AL AMOR

miércoles, 8 de febrero de 2017

8 FEBRERO: Mi santidad es mi salvación.

AUDIOLIBRO



EJERCICIOS


LECCION 39


Mi santidad es mi salvación.


1. Si la culpabilidad es el infierno, ¿cuál es su opuesto? 2Al igual que el texto para el que este libro de ejercicios fue escrito, las ideas que se usan en los ejercicios son muy simples, muy claras y están totalmente exentas de ambigüedad. 3No estamos interesa­dos en proezas intelectuales ni en juegos de lógica. 4Estamos inte­resados únicamente en lo que es muy obvio, lo cual has pasado por alto en las nubes de complejidad en las que piensas que pien­sas.

2. Si la culpabilidad es el infierno, ¿cuál es su opuesto? 2Ésta, sin duda, no es una pregunta difícil. 3La vacilación que tal vez sientas al contestarla no se debe a la ambigüedad de la pregunta. 4Pero ¿crees acaso que la culpabilidad es el infierno? 5Si lo creyeses, verías de inmediato cuán directo y simple es el texto, y no necesi­tarías un libro de ejercicios en absoluto. 6Nadie necesita practicar para obtener lo que ya es suyo.

3. Hemos dicho ya que tu santidad es la salvación del mundo. 2¿Y qué hay de tu propia salvación? 3No puedes dar lo que no tienes. 4Un salvador tiene que haberse salvado. 5¿De qué otro modo, si no, podría enseñar lo que es la salvación? 6Los ejercicios de hoy van dirigidos a ti, en reconocimiento de que tu salvación es crucial para la salvación del mundo. 7A medida que apliques los ejerci­cios a tu mundo, el mundo entero se beneficiará.

4. Tu santidad es la respuesta a toda pregunta que jamás se haya hecho, se esté haciendo ahora o se haga en el futuro. 2Tu santidad significa el fin de la culpabilidad y, por ende, el fin del infierno. 3Tu santidad es la salvación del mundo, así como la tuya. 4¿Cómo podrías tú -a quien le pertenece tu santidad- ser excluido de ella? 5Dios no conoce lo profano. 6¿Sería posible que Él no cono­ciese a Su Hijo?

5. Se te exhorta a que dediques cinco minutos completos a cada una de las cuatro sesiones de práctica más largas de hoy, y a que esas sesiones sean más frecuentes y de mayor duración. 2Si quie­res exceder los requisitos mínimos, se recomienda que lleves a cabo más sesiones en vez de sesiones más largas, aunque sugeri­mos ambas cosas.

6. Empieza las sesiones de práctica como de costumbre, repitiendo la idea de hoy para tus adentros. 2Luego, con los ojos cerra­dos, explora tu mente en busca de pensamientos que no sean amorosos en cualquiera de las formas en que puedan presentarse: desasosiego, depresión, ira, miedo, preocupación, ataque, insegu­ridad, etc. 3No importa en qué forma se presenten, no son amoro­sos, y, por lo tanto, son temibles. 4De ellos, pues, es de los que necesitas salvarte.

7. Todas las situaciones, personalidades o acontecimientos espe­cíficos que asocies con pensamientos no amorosos de cualquier clase constituyen sujetos apropiados para los ejercicios de hoy. 2Es imperativo para tu salvación que los veas de otra manera. 3Impartirles tu bendición es lo que te salvará y lo que te dará la visión.

8. Lentamente, sin hacer una selección consciente y sin poner un énfasis indebido en ninguno en particular, escudriña tu mente en busca de todos aquellos pensamientos que se interponen entre tu salvación y tú. 2Aplica la idea de hoy a cada uno de ellos de esta manera:

3Mis pensamientos no amorosos acerca de _____ me mantienen en el infierno.
4Mi santidad es mi salvación.

9. Quizá estas sesiones de práctica te resulten más fáciles si las intercalas con varias sesiones cortas en las que simplemente repi­tes muy despacio la idea de hoy varias veces en silencio. 2Te puede resultar útil asimismo incluir unos cuantos intervalos cor­tos en los que sencillamente te relajas y no pareces estar pensando en nada. 3Mantener la concentración es muy difícil al principio. 4Sin embargo, se irá haciendo cada vez más fácil a medida que tu mente se vuelva más disciplinada y menos propensa a distraerse. 

10. Entretanto, debes sentirte en libertad de introducir variedad en las sesiones de práctica en cualquier forma que te atraiga hacerlo. 2Mas no debes cambiar la idea en sí al variar el método de aplica­ción. 3Sea cual sea la forma en que elijas usarla, la idea debe expre­sarse de tal manera que su significado sea el hecho de que tu santidad es tu salvación. 4Finaliza cada sesión de práctica repi­tiendo una vez más la idea en su forma original y añadiendo:

5Si la culpabilidad es el infierno, ¿cuál es su opuesto?

11. En las aplicaciones más cortas, que deben llevarse a cabo unas tres o cuatro veces por hora o incluso más si es posible, puedes hacerte a ti mismo esa pregunta o repetir la idea de hoy, pero preferiblemente ambas cosas. 2Si te asaltan tentaciones, una varia­ción especialmente útil de la idea es:

3Mi santidad es mi salvación de esto.





Instrucciones para la práctica

Propósito: Mantenerte en contacto con tu santidad, que es tu salvación del infierno de la culpa.

Ejercicios más largos: 4 veces (se recomiendan más), de cinco minutos (se recomienda una mayor duración). 
  • Repite la idea. 
  • Cierra los ojos y lentamente busca en tu mente pensamientos no amorosos, pensamientos de cualquier clase que vayan acompañados de sentimientos negativos. Esto incluye situaciones, acontecimientos o personalidades concretas asociados a pensamientos de ira, preocupación o depresión. No hagas excepciones y trata a todos ellos por igual. Con cada uno, di: “Mis pensamientos no amorosos acerca de ____ me mantienen en el infierno. Mi santidad es mi salvación”. Tus pensamientos no amorosos te mantienen en el infierno porque producen culpa. Tu santidad te salva al mostrarte que tu verdadera naturaleza no ha sido afectada por el pecado ni por la culpa, y lo demuestra al bendecir todo lo que ve. 
  • Puesto que mantener la concentración te resulta difícil en esta etapa, puedes intercalar esta práctica con varios periodos en los que sólo repites la idea lentamente, o te relajas y no piensas en nada. Incluso puedes introducir alguna variación, como decir la misma idea con distintas palabras. Sin embargo, asegúrate de que mantienes su significado central: que tu santidad es tu salvación. 
  • Termina repitiendo la idea y preguntándote a ti mismo: “Si la culpabilidad es el infierno, ¿cuál es su opuesto?” (Para la respuesta, ver 4:2)


Recordatorios frecuentes: Por lo menos 3 o 4 por hora.
Pregúntate a ti mismo: “Si la culpabilidad es el infierno, ¿cuál es su opuesto?”. O repite la idea. Preferiblemente las dos.

Respuesta a la tentación: Siempre que te sientas tentado a dar entrada a pensamientos no amorosos.
Aplica la idea concretamente: “Mi santidad es mi salvación de esto”.

Comentario

Lo opuesto al infierno es la salvación, lo contrario de la culpa es la santidad. Si la culpa es el infierno, entonces la santidad debe ser la salvación. La pregunta es: ¿Creo realmente que la culpa lo único que trae es dolor y sufrimiento? ¿O quizá creo que la culpa es útil en mi vida?

El Curso nos enseña que la culpa es la raíz de todos nuestros problemas, y sin embargo, al principio ni siquiera sospechamos que la culpa sea la causa. Achacamos los problemas a cosas muy distintas, pero raramente a la culpa. “De lo único que estabas seguro era de que entre las numerosas causas que percibías como responsables de tu dolor y sufrimiento, tu culpabilidad no era una de ellas” (T.27.VII.7:4). La culpa es el infierno. Esto es una parte importante de lo que el Curso está intentando enseñarnos, una parte muy importante.

“Mientras de algún modo creas que está justificado considerar a otro culpable, independientemente de lo que haya hecho, no buscarás dentro de ti, donde siempre encontrarías la Expiación. A la culpabilidad no le llegará su fin mientras creas que está justificada. Tienes que aprender, por lo tanto, que la culpabilidad es siempre demente y que no tiene razón de ser”. (T.13.X.6:1-3)

“La salvación es escapar de la culpabilidad” (T.14.III.13:4).

“La culpabilidad no es salvación, sino una interferencia que no tiene ningún propósito”. (T.14.III.1:4).

Quizás nos opongamos a ello. Algunos creen que la culpa es necesaria para evitar que obremos mal, pero eso supone la existencia dentro de nosotros de algo inherentemente malvado y perverso, algo que siempre hará cosas malas a menos que se mantenga enjaulado, o que sea castigado cuando se porta mal. La culpa no tiene ninguna utilidad, la culpa es el infierno. Es de la culpa que nos tenemos que escapar. La culpa no evita que nos portemos mal sino que nos mantiene encerrados en ello. Es la culpa lo que nos ha llevado a la locura.

Como dice esta lección, si creyésemos totalmente esto de la culpa, entenderíamos de inmediato el Texto y no necesitaríamos un Libro de Ejercicios. Tendríamos la salvación, completa, pues la salvación es escapar de la culpa. Esto no es una parte del mensaje del Curso, es el mensaje en su totalidad. Por eso es que mi santidad es mi salvación, la santidad es la liberación de la culpa.

Date cuenta de la importancia que le da la práctica a los “pensamientos no amorosos” (6:2; 7:1; 8:3). Los pensamientos no amorosos son pensamientos de culpa, ambos son producto de la culpa y producen más culpa. La santidad es amorosa. Si mis pensamientos son no amorosos, me sentiré temeroso y culpable; sustituirlos con pensamientos amorosos es mi salvación de la culpa. Cuando nos demos cuenta del sufrimiento que nos están causando nuestros pensamientos no amorosos, los abandonaremos.

Las instrucciones de la práctica de hoy son muy exigentes: un mínimo de 4 sesiones de cinco minutos cada una, “Se te exhorta…a que esas sesiones sean más frecuentes y de mayor duración” (5:1). Luego están las aplicaciones más cortas, “que deben llevarse a cabo unas 3 o 4 veces por hora o incluso más si es posible” (11:1). Además de usar la idea para responder a la tentación de cada pensamiento no amoroso que cruce por nuestra mente. ¡La idea de hoy debe ser muy importante! Debe ser muy difícil para nuestra mente asimilarla, por eso necesitamos sumergir frecuentemente nuestra mente en este pensamiento.





TEXTO


VII. Creación y comunicación


1.  Está claro que si bien el contenido de cualquier ilusión particu­lar del ego es irrelevante, su corrección es más útil dentro de un contexto específico. 2Las ilusiones del ego son muy concretas aun­que la mente es naturalmente abstracta. 3Parte de la mente, no obstante, se vuelve concreta al dividirse. 4La parte concreta cree en el ego porque el ego depende de lo concreto. 5El ego es aquella parte de la mente que cree que lo que define tu existencia es la separación.

2. Lo único que el ego percibe es un todo separado, desprovisto de las relaciones que presupone el estado de ser. 2El ego, por lo tanto, está en contra de la comunicación, excepto cuando se utiliza para establecer separación en vez de para abolirla. 3El sistema de comunicación del ego se basa en su propio sistema de pensa­miento, al igual que todo lo demás que él impone. 4Su comunica­ción está controlada por la necesidad que tiene de protegerse, e interrumpirá la comunicación siempre que se sienta amenazado. 5Esta interrupción es una reacción hacia una o varias personas determinadas. 6El carácter específico de la manera de pensar del ego da lugar, entonces, a generalizaciones falsas que no son real­mente abstractas en absoluto. 7El ego simplemente responde, de ciertas formas específicas, a todo lo que percibe como relacionado.

3. El espíritu, en cambio, reacciona de la misma manera a todo lo que sabe que es verdadero, y no responde en absoluto a nada más. 2Tampoco hace ningún esfuerzo por establecer lo que es verdad. Él sabe que lo único que es verdad es lo que Dios creó. 4El espí­ritu está en completa y directa comunicación con todos los aspec­tos de la creación, debido a que está en completa y directa comunicación con su Creador. 5Esta comunicación es la Voluntad de Dios. 6Creación y comunicación son sinónimos. 7Dios creó a cada mente comunicándole Su Mente, y estableciéndola así para siempre como un canal para Su Mente y Su Voluntad. 8Puesto que sólo los seres que pertenecen a un mismo orden pueden real­mente comunicarse, Sus creaciones se comunican naturalmente con Él y como Él. 9Esta comunicación es perfectamente abstracta, ya que su aplicación es de una calidad universal y no está sujeta a ningún juicio, excepción o alteración. 10Dios te creó mediante esta comunicación y para ella. 11La mente puede distorsionar su propia función, pero no puede atribuirse a sí misma funciones que no le fueron dadas. 12Por eso es por lo que la mente no puede perder del todo la capacidad de comunicarse, aun cuando puede negarse a utilizarla en favor del estado de ser.

4. Tanto la existencia como el estado de ser se basan en la comuni­cación. 2La existencia, sin embargo, es específica en cuanto a qué, cómo y con quién vale la pena entablar comunicación. 3El estado de ser carece por completo de estas distinciones. 4Es un estado en el que la mente está en comunicación con todo lo que es real. 5En la medida en que permitas que ese estado se vea coartado, en esa misma medida estarás limitando la idea que tienes acerca de tu propia realidad, la cual se vuelve total únicamente cuando reco­noces a toda la realidad en el glorioso contexto de la verdadera relación que tiene contigo. 6Ésa es tu realidad. 7No la profanes ni la rechaces. 8Es tu verdadero hogar, tu verdadero templo y tu ver­dadero Ser.

5. Dios, que abarca todo lo que existe, creó seres que lo tienen todo individualmente, pero que quieren compartirlo para así incrementar su gozo. 2Nada real puede incrementarse excepto compartiéndolo. 3Por eso es por lo que Dios te creó a ti. 4La Abs­tracción Divina se deleita compartiendo. 5Eso es lo que significa la creación. 6Las preguntas "¿qué?"; "¿cómo?" y "¿con quién?" son irrelevantes toda vez que la verdadera creación lo da todo, ya que sólo puede crear a semejanza propia. 7Recuerda que la diferencia que hay entre tener y ser en la existencia, en el Reino no existe. 8En el estado de ser la mente siempre lo da todo.

6. La Biblia afirma repetidamente que debes alabar a Dios. 2Esto no quiere decir que debas decirle cuán maravilloso es. 3Dios no tiene un ego con el que aceptar tal alabanza, ni percepción con qué juzgarla. 4Pero a menos que desempeñes el papel que te corresponde en la creación, Su gozo no será total porque el tuyo no lo es. 5Él ciertamente sabe esto. 6Lo sabe en Su Propio Ser y en la experiencia que Su Ser tiene de la experiencia del Hijo. 7El constante fluir de Su Amor se obstruye cuando Sus canales están cerrados, y se siente solo cuando las mentes que Él creó no se comunican plenamente con Él.

7. Dios ha salvaguardado tu reino, pero no puede compartir Su gozo contigo hasta que no conozcas el reino con toda tu mente. 2La revelación no es suficiente porque es una comunicación de Dios hacia ti solamente. 3Dios no tiene necesidad de que se le devuelva la revelación, lo cual sería claramente imposible, pero sí desea que se transmita a otros. 4Esto no se puede hacer con la revelación en sí, pues su contenido no puede ser expresado debido a que es algo sumamente personal para la mente que lo recibe. 5No obstante, dicha mente la puede extender a otras men­tes, mediante las actitudes generadas por la sabiduría que se deriva de la revelación.

8. Dios es alabado cada vez que una mente aprende a ser comple­tamente servicial. 2Esto, sin embargo, es imposible, a menos que también aprenda a ser completamente inofensiva, pues ambas creencias tienen que coexistir. 3Los que son verdaderamente servi­ciales son a su vez invulnerables porque no protegen a sus egos, y, por lo tanto, nada puede hacerles daño. 4Su espíritu servicial es la manera en que alaban a Dios, y Él les devolverá las alabanzas que le hagan porque ellos son como Él, y pueden regocijarse juntos. 5Dios se extiende hasta ellos y a través de ellos, y cunde una gran alegría por todo el Reino. 6Cada mente que ha sido transformada contribuye a aumentar esta alegría al estar individualmente dis­puesta a compartirla. 7Los verdaderamente serviciales son los obradores de milagros de Dios, a quienes yo dirijo hasta que este­mos todos unidos en el júbilo del Reino. 8Yo te dirigiré allí donde puedas ser verdaderamente servicial, y a quien pueda seguir mi dirección a través de ti.

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