DESPERTAR AL AMOR

jueves, 23 de marzo de 2017

23 MARZO: SEGUNDO REPASO. Repaso de las lecciones 63 y 64

AUDIOLIBRO



EJERCICIOS


LECCIÓN 82

Hoy repasaremos estas ideas:

1. (63) La luz del mundo le brinda paz a todas las mentes a través de mi perdón.
2Mi perdón es el medio por el que la luz del mundo se expresa a través de mí. 3Mi perdón es el medio por el que cobro conciencia de la luz del mundo en mí. 4Mi perdón es el medio por el que el mundo sana, junto conmigo. 5Permítaseme, entonces, perdonar al mundo para que éste pueda sanar junto conmigo.

2. Algunas sugerencias para las aplicaciones concretas de esta idea son:

2Que la paz se extienda desde mi mente hasta la tuya, [nombre].
3Comparto la luz del mundo contigo, [nombre].
4Mediante mi perdón puedo ver esto tal como es. 

3. (64) No dejes que me olvide de mi función.
2No me olvidaré de mi función porque quiero recordar mi Ser. 3No puedo desempeñar mi función si la olvido. 4Y a menos que desempeñe mi función, no experimentaré la dicha que Dios dis­pone que yo tenga.

4. Algunas variaciones específicas de esta idea son:

2No me valdré de esto para ocultarme a mí mismo mi función.
3Me valdré de esto como una oportunidad para desem­peñar mi función.
4Esto podrá ser una amenaza para mi ego, pero no pue­de alterar mi función en modo alguno.



Instrucciones para la práctica

Ejercicios más largos: 2 veces (una para cada idea), durante quince minutos. 

  • Durante tres o cuatro minutos, lee lentamente la idea y los comentarios (si quieres varias veces) y piensa en ellas. 
  • Cierra los ojos y pasa el resto del periodo de práctica escuchando el mensaje que el Espíritu Santo tiene para ti. Podemos considerar a este tiempo de escuchar como que tiene los siguientes componentes:
  1. Escucha “sosegadamente aunque con mucha atención” (3:1), escucha en quietud y con toda tu atención.
  2. Mantén una actitud de confianza (“este mensaje me pertenece”), deseo (“yo quiero este mensaje”), y determinación (“estoy decidido a tener éxito”).
  3. Escuchar durante diez minutos puede ser una gran invitación a que la mente se distraiga, por eso la mayor parte de las instrucciones para este ejercicio tratan de este asunto. Si la mente se distrae sin control, regresa a la primera fase y repítela. Para las distracciones menores de la mente, date cuenta de que los pensamientos que te distraen no tienen poder, y que tu voluntad tiene todo el poder, y luego reemplaza los pensamientos con tu voluntad de tener éxito. Haz esto con firmeza. “No permitas que tu intención vacile” (4:1). “No dejes que… te desvíe de tu propósito” (5:2).

Esto no se menciona en las instrucciones pero te puede ser útil para preguntar el mensaje de verdad, al comienzo y luego de vez en cuando a lo largo de la práctica. Puedes decir, por ejemplo: “¿Cuál es Tu mensaje para mí hoy?” Incluso puedes usar esta petición como el medio para despejar los pensamientos que te distraen.

Recordatorios frecuentes: Muy a menudo.
Repite la idea como un medio de reafirmar tu determinación a triunfar. Primera mitad del día: la primera lección. Segunda mitad del día: la segunda lección.

Respuesta a la tentación: Cada vez que te sientas tentado a disgustarte.
Repite alguna variación de la idea, modificada para aplicarla a ese disgusto concreto. Puedes usar una de las tres “aplicaciones concretas” (L.rII.In.6:1) que se sugieren después de cada lección. Date cuenta que se refieren a un disgusto concreto. Cada una está dirigida a “esto” que te molesta o a un “nombre” que te molesta. O puedes utilizar tus propias palabras usando una variación de la práctica de dejar que surjan pensamientos relacionados. Simplemente relájate y deja que tu mente te traiga una frase que aplique la esencia de la idea a tu disgusto actual. 

Comentario

Según este repaso, mi perdón sirve tres propósitos fundamentales:

1. La luz del mundo se expresa a través de mí, en este mundo, a través de mi perdón.

La segunda parte del Libro de Ejercicios dice que el perdón es el reflejo del amor en este mundo (L.352. 1:4); también se refiere a él como “el reflejo de la verdad” (L.357.1:1). La realidad total del amor no se puede conocer en este mundo, pero podemos conocer su reflejo, que es el perdón. La realidad de lo que yo soy se refleja aquí cuando perdono
.
2. Me vuelvo consciente de mi realidad, la luz del mundo, a través de mi perdón.

Lo que sale a través de mí me muestra lo que soy. Me vuelvo cada vez más consciente del Espíritu Santo en mí, y de Cristo del que Él habla, al ver Sus efectos a través de mí (T.9.IV.5:5). Para aprender que yo soy amor, tengo que enseñar amor. El perdón, reflejo del amor, es como yo lo aprendo en este mundo.

3. El mundo sana a través de mi perdón, y yo también.

Cuando perdono a aquellos a mi alrededor, ellos ven el amor reflejado a través de mí, y se ven a sí mismos en la luz del amor y sanan.

Es fácil ver por qué el perdón juega un papel tan importante en el Curso. Es fácil sentirse motivado a “perdonar al mundo para que éste pueda sanar junto conmigo” (1:5).

Me gusta practicar la línea “Que la paz se extienda desde mi mente a la tuya, (nombre)” (2:2). La practicaré ahora, mientras escribo esto, pensando en todos los que recibiréis este mensaje: Que la paz se extienda desde mi mente a la tuya.


Con el perdón como mi función, y puesto que el perdón tiene efectos tan profundos, hoy no quiero olvidarlo. Me ayuda a hacerme consciente de mi Ser, y por eso quiero practicarlo hoy. Que hoy aproveche todo como una oportunidad para aprender el perdón.





TEXTO


V. La voluntad indivisa de la Filiación


1. ¿Podrías estar en paz estando separado de tu identidad? 2La disociación no es una solución, es algo ilusorio. 3Los ilusos creen que la verdad los va a agredir, y no la reconocen porque prefie­ren lo ilusorio. 4Al juzgar a la verdad como algo indeseable, per­ciben entonces sus propias ilusiones, las cuales obstruyen el conocimiento. 5Ayúdales ofreciéndoles tu mente unificada para su beneficio, tal como yo te ofrezco la mía en beneficio de la tuya. 6Solos no podemos hacer nada, pero juntos nuestras mentes se funden en algo cuyo poder es mucho mayor que el poder de sus partes separadas. 7Puesto que nuestras mentes no están separa­das, la Mente de Dios se establece en ellas como nuestra mente. 8Esta Mente es invencible porque es indivisa.

2. La voluntad indivisa de la Filiación -la Voluntad de Dios- es el creador perfecto, por ser completamente semejante a Dios. 2No puedes estar excluido de ella si es que has de entender lo que es y lo que eres tú. 3Al creer que tu voluntad está separada de la mía te excluyes de la Voluntad de Dios que es lo que eres. 4Con todo, curar sigue siendo brindar plenitud. 5Por lo tanto, curar es unirse a los que son como tú, ya que percibir esta semejanza es recono­cer al Padre. 6Si tu perfección reside en Él, y sólo en Él, ¿cómo podrías conocerla sin reconocerlo a Él? 7Reconocer a Dios es reco­nocerte a ti mismo. 8No hay separación entre Dios y Su creación. 9Te darás cuenta de esto cuando comprendas que no hay separa­ción entre tu voluntad y la mía. 10Deja que el Amor de Dios irra­die sobre ti mediante tu aceptación de mí. 11Mi realidad es tuya y Suya. 12Cuando unes tu mente la mía estás proclamando que eres consciente de que la Voluntad de Dios es una.

3. La Unicidad de Dios y la nuestra no están separadas porque Su Unicidad incluye la nuestra. 2Unirte a mí es restituir Su poder en ti toda vez que es algo que compartimos. 3Te ofrezco únicamente el reconocimiento de Su poder en ti, pero en eso radica toda la verdad. 4A medida que tú y yo nos unimos, nos unimos a Él. 5¡Gloria a la unión de Dios con Sus santos Hijos! 6Toda gloria reside en ellos porque están unidos. 7Los milagros que obramos dan testimonio de lo que la Voluntad del Padre dispone para Su Hijo, y de nuestro gozo al unirnos a lo que Su Voluntad dispone para nosotros.

4. Cuando te unes a mí lo haces sin el ego porque yo he renun­ciado al ego en mí y, por lo tanto; no puedo unirme al tuyo. 2Nues­tra unión es, por consiguiente, la manera de renunciar al ego en ti. 3La verdad en nosotros dos está más allá del ego. 4Que transcen­deremos el ego está garantizado por Dios, y yo comparto Su cer­teza con respecto a nosotros dos y a todos nosotros. 5Yo les devuelvo la paz de Dios todos Sus Hijos porque la recibí de Él para todos nosotros. 6Nada puede prevalecer contra nuestras voluntades unidas porque nada puede prevalecer contra la Voluntad de Dios.        
            '
5. ¿Quieres saber lo que la Voluntad de Dios dispone para ti? 2Pregúntamelo a mí que lo sé por ti y lo sabrás. 3No te negaré nada, tal como Dios no me niega nada a mí: 4Nuestra jornada es simplemente la de regreso a Dios que es nuestro hogar. 5Siempre que el miedo se interpone en el camino hacia la paz es porque el ego ha intentado unirse a nuestra jornada, aunque en realidad no puede hacerlo. 6Presintiendo la derrota e irritado por ella, se con­sidera rechazado y se vuelve vengativo. 7Tú eres invulnerable a sus represalias porque yo estoy contigo. 8En esta jornada me has elegido a mí de compañero en vez de al ego. 9No trates de aferrarte a ambos, pues si lo haces estarás tratando de ir en direccio­nes contrarias y te perderás.

6. El camino del ego no es mi camino, pero tampoco es el tuyo. 2El Espíritu Santo les ofrece una sola dirección a todas las mentes, y la que me enseñó a mí es la que te enseña a ti. 3No perdamos de vista la dirección que Él nos señala por razón de las ilusiones, pues sólo la ilusión de que, existe otra dirección puede nublar aquella a favor de la cual la Voz de Dios habla en todos nosotros. 4Nunca le concedas al ego el poder de. interferir en la jornada. 5El ego no tiene ningún poder porque la jornada es el camino que conduce a lo que es verdad. 6Deja atrás todas las ilusiones, y ve más allá de todos los intentos del ego de demorarte. 7Yo voy delante de ti porque he transcendido el ego. 8Dame, por lo tanto, la mano, puesto que tu deseo es transcenderlo también. 9Mi fortaleza estará siempre disponible y si eliges compartirla dispondrás de ella. 10Te la doy gustosamente y de todo corazón porque te necesito tanto como tú me necesitas a mí.





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