DESPERTAR AL AMOR

domingo, 23 de abril de 2017

23 ABRIL: TERCER REPASO: Repaso de las lecciones 95 y 96

AUDIOLIBRO





EJERCICIOS


LECCION 113

Para los repasos de mañana y noche:

1. (95) Soy un solo Ser, unido a mi Creador.

2Mías son la serenidad y la paz perfecta, pues soy un solo Ser, completamente íntegro, uno con toda la creación y con Dios.

2. (96) La salvación procede de mi único Ser.

2Desde mi único Ser, cuyo conocimiento aún permanece en mi mente, veo el plan perfecto de Dios para mi salva­ción perfectamente consumado.

3. A la hora en punto:
2Soy un solo Ser, unido a mi Creador.

3Media hora más tarde:
4La salvación procede de mi único Ser.



Instrucciones para la práctica

Ver las instrucciones del Tercer Repaso

Comentario

Hay algo atrayente en ser “un solo Ser”, que no se puede explicar. Gran parte de la psicología moderna habla de la “integración” de los distintos aspectos de nuestro ser. Así pues, la mayor parte del tiempo nos sentimos como si estuviésemos hechos de piezas diferentes, que a veces trabajan juntas pero que la mayoría de las veces están en conflicto. Hay lo que los psicoanalistas Jungianos llaman nuestra “sombra”, que son tendencias reprimidas que nos siguen como figuras tenebrosas en nuestros sueños.

El Curso ofrece la visión de un Ser unificado. Habla de “una mente que está en paz consigo misma” (L.p.II.8.3:4). Nos dice que debido a que somos un solo Ser, no podemos estar en conflicto. El Texto habla de nuestra guerra contra nosotros mismos (Capítulo 23), y dice que el aparente conflicto que vemos en el mundo a nuestro alrededor no es nada más que un reflejo de la ilusión de conflicto que todos llevamos dentro de nuestra mente. Dice: “Se empieza a tener paz en él (mundo) cuando se le percibe de otra manera, y esta nueva percepción nos conduce hasta las puertas del Cielo y lo que yace tras ellas” (L.200.8:2). La paz tiene que comenzar dentro de nosotros, en la serenidad y en la calma de un ser unificado, en una mente libre de conflicto y ataque.

Sin embargo, el Ser del que estamos hablando es más que un individuo completo y unificado. Es un Ser que todos compartimos, “uno con toda la creación y con Dios” (1:2). Son aspectos diferentes de la misma cosa, pues cuando nos liberamos a nosotros mismos del conflicto dentro de nosotros, nuestro conflicto con el mundo desaparece milagrosamente.

Por eso, la salvación procede de mi único Ser. Cuando nos hayamos unido a nosotros mismos y hayamos reconocido la verdad de nuestro ser unificado, este estado de estar completo se extenderá a los otros de manera natural. Desde dentro del Círculo de la Expiación (T.14.V), acercamos a otros a su propia plenitud, que comparten con nosotros.

Hoy aquieto y acallo a mi mente de todos sus conflictos. Me aparto de la separación. Tomo mi tiempo en la quietud y el silencio para romper mi identificación con esta imagen de un ser dividido en partes diferentes, y me sumerjo en la consciencia de “un Ser” dentro de mí, Que es lo que realmente soy. Las imágenes conflictivas acerca de mí vienen y van con sorprendente frecuencia, ellas no pueden ser mi realidad. Algo permanece debajo de todo ello, el “murmullo” del ser en el que todos los destellos y dramas parecen ocurrir. Esta constancia es lo que soy, no los pensamientos que van y vienen y que exigen mi atención. Abrazo a este único Ser, con gran anhelo, diciendo: “La salvación procede de mi único Ser. Esta unidad es mi salvación. Esta unidad es mi realidad”


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