DESPERTAR AL AMOR

jueves, 6 de abril de 2017

6 ABRIL: La salvación procede de mi único Ser.


AUDIOLIBRO


EJERCICIOS


LECCION 96

La salvación procede de mi único Ser.


1. Aunque eres un solo Ser, te percibes a ti mismo como si fueses dos: bueno y malo, lleno de amor y lleno de odio, mente y cuerpo. 2Esta sensación de estar dividido en dos estados opuestos da lugar a un constante y agudo conflicto, y conduce a desesperados inten­tos de reconciliar los aspectos contradictorios de esa auto-percep­ción. 3Has buscado muchas de estas soluciones reconciliatorias, pero ninguna de ellas te ha dado resultado. 4Los opuestos que percibes en ti jamás serán compatibles. 5Tan sólo uno de ellos existe.

2. Si has de salvarte, tienes que aceptar el hecho de que, por mucho que lo intentes, la verdad y lo ilusorio no pueden reconci­liarse, independientemente de los medios que utilices o de dónde percibas el problema. 2Hasta que no aceptes esto, irás en pos de un sinnúmero de metas irrealizables, desperdiciarás el tiempo, tus esfuerzos serán en vano, fluctuarás entre la esperanza y la duda, y cada intento será tan fútil como el anterior y tan inútil como sin duda alguna habrá de ser el siguiente.

3. Los problemas que no tienen sentido no se pueden resolver dentro del marco en que se han planteado. 2Dos seres en conflicto supone una condición que no se puede resolver, y no puede haber tampoco un punto de encuentro entre el bien y el mal. 3El ser que tú fabricaste jamás podrá ser tu Ser, ni tampoco puede tu Ser divi­dirse en dos y seguir siendo lo que es y lo que no puede sino ser eternamente. 4Una mente y un cuerpo no pueden ambos coexistir. 5No trates de reconciliarlos, pues cada uno de ellos niega que el otro sea real. 6Si eres lo físico, tu mente desaparece del concepto que tienes de ti mismo, pues no tiene un lugar en el que realmente pueda ser parte de ti. 7Si eres espíritu, el cuerpo es entonces el que no tiene ningún sentido en tu realidad.

4. La mente es el medio del que el espíritu se vale para expresarse a Sí Mismo. 2Y la mente que sirve al espíritu está en paz y llena de gozo. 3Deriva su poder del espíritu y desempeña gustosamente su función aquí. 4La mente puede, por otro lado, verse también a sí misma como divorciada del espíritu y percibirse como dentro de un cuerpo al que confunde consigo misma. 5Sin su función, pues, no tiene paz, y la felicidad se vuelve algo ajeno a su pensamiento.

5. Mas una mente separada del espíritu no puede pensar. 2Ha negado la Fuente de su fortaleza, y se considera a sí misma des­valida, limitada y débil. 3Desasociada ahora de su función, cree estar sola y separada, atacada por ejércitos que se organizan con­tra ella; cree asimismo estar oculta en la frágil estructura del cuerpo. 4Ahora tiene que reconciliar lo que es diferente con lo que es lo mismo, pues para eso es para lo que piensa que es.

6. No pierdas más tiempo en esto. 2¿Quién puede resolver los insensatos conflictos que los sueños presentan? 3¿Qué significado podría tener en verdad su resolución? 4¿Qué objeto tendría? 5¿De qué serviría? 6La salvación no puede hacer que las ilusiones sean reales, ni tampoco resolver un problema que no existe. 7Tal vez albergas la esperanza de que puede. 8Mas ¿querrías que el plan de Dios para la liberación de Su amado Hijo le causase dolor a éste y además no lo liberase?

7. Tu Ser aún conserva Sus pensamientos, los cuales permanecen dentro de tu mente y en la Mente de Dios. 2El Espíritu Santo con­serva la salvación en tu mente y le ofrece el camino de la paz. 3La salvación es un pensamiento que compartes con Dios porque Su Voz lo aceptó por ti y respondió en tu nombre que se había consu­mado. 4De esta manera, la salvación está salvaguardada entre los pensamientos que tu Ser aprecia y abriga por ti con amor.
8. Hoy intentaremos localizar este pensamiento, cuya presencia en tu mente está garantizada por Aquel que te habla desde tu único Ser. 2Nuestras prácticas de cinco minutos cada hora estarán dedicadas a buscar este Ser en tu mente. 3La salvación procede de Él a través de Aquel que es el puente entre tu mente y Él. 4Espera pacientemente y deja que Él te hable acerca de tu Ser y de lo que tu mente puede hacer una vez que haya sido restituida a Éste y se encuentre libre para servir Su Voluntad.

9. Comienza diciendo lo siguiente:

2La salvación procede de mi único Ser.
3Sus pensamientos están a mi disposición.

4Luego busca Sus pensamientos, y reclámalos como tuyos. 5Son tus pensamientos reales, los cuales has negado mientras dejabas que tu mente vagase por un mundo de sueños en busca de ilusio­nes que los sustituyesen. 6He aquí tus pensamientos, los únicos que tienes. 7La salvación se encuentra entre ellos. aHállala allí.

10. Si tienes éxito, los pensamientos que se te ocurran te dirán que te has salvado y que tu mente ha encontrado la función que pro­curó perder. 2Tu Ser le dará la bienvenida y la colmará de paz. 3Una vez que su fortaleza haya sido restaurada, tu mente podrá fluir de nuevo desde su espíritu al espíritu de todas las cosas creadas por el Espíritu a semejanza de Sí Mismo. 4Tu mente ben­decirá todas las cosas. 5Una vez que la confusión haya cesado, quedarás restaurado, pues habrás hallado tu Ser.

11. Tu Ser sabe que hoy no puedes fracasar. 2Tal vez tu mente siga dudándolo por un rato, 3pero no te dejes desanimar por ello. 4Tu Ser conservará para ti la dicha que experimenta, y gozarás de ella con plena conciencia. 5Cada vez que dedicas cinco minutos de cada hora a buscar a Aquel que une a tu mente con tu Ser, le ofreces un tesoro adicional para que lo salvaguarde para ti.

12. Cada vez que le dices hoy a tu agitada mente que tu salvación procede de tu único Ser, añades otro tesoro más a tu creciente almacén. 2Y éste se le da en su totalidad a todo aquel que lo pida y acepte el regalo. 3Piensa, pues, cuánto se te está dando este día para que lo des, de manera que se te pueda dar a ti.




Instrucciones para la práctica

Propósito: Encontrar el pensamiento de la salvación en lo más profundo de nuestra mente, y permitirle devolverle a tu mente su verdadera función de bendecir todas las mentes.

Ejercicios más largos: Cada hora, a la hora en punto, durante cinco minutos (si no puedes hacerlo, al menos haz el alternativo). 

  • Di: “La salvación procede de mi único Ser. Sus pensamientos están a mi disposición”. 
  • El resto parece ser una mezcla de meditación (en la que intentas llegar a tus pensamientos reales, como en la Lección 45) y escuchar al Espíritu Santo (estando atento a Su enseñanza espiritual, como en la Lección 76). Busca muy dentro de tu mente la Presencia del Espíritu Santo. Él está ahí para decirte tus propios pensamientos, los pensamientos de tu verdadero Ser, en especial el pensamiento de la salvación. Si tienes éxito, te vendrán pensamientos que te dirán que te has salvado y que puedes salvar. Estos pensamientos son más que pura información, llenarán tu mente de fortaleza, permitiéndote bendecir a todas las mentes. Recuerda el entrenamiento que has recibido tanto en meditación como en escuchar al Espíritu Santo: Mantén tu mente en un estado de atención silenciosa, escucha con confianza, y retira a tu mente de toda distracción cuando sea necesario.

Recordatorios frecuentes: Tan a menudo como puedas.
Repite la idea. Mientras lo haces, imagina que estás depositando otro tesoro en tu almacén de tesoros, un tesoro que puedes reclamar en cualquier momento que quieras. Si lo deseas, repite la idea de este modo ahora.

Apoyo a la práctica: Puede que hoy no te sientas seguro de haber tenido éxito, pero tu Ser sabe que no puedes fracasar. Tu práctica Le llena de gozo a Él, y guardará este gozo para ti, guardándolo en tu almacén de tesoros hasta que estés listo para recibirlo y experimentarlo.

Comentario

“Aunque eres un solo Ser, te percibes a ti mismo como si fueses dos” (1:1). Sentirnos divididos es una experiencia universal. Incluso la misma práctica de estas lecciones nos lo hace ver claro: por una parte, queremos hacer la práctica porque queremos ir a Dios, queremos la iluminación; por otra parte, cuando llega la hora y es el momento de tomar cinco minutos, algo dentro de nosotros se resiste a hacerlo. Parece como si hubiera dos seres dentro de nosotros: uno “bueno” y el otro “malo”, uno que quiere la luz y el otro que se agarra a la obscuridad.

La mayor parte de mi vida he vivido con esto, creyendo que mi experiencia era verdad. Sin embargo, algo dentro de mí me decía que no es así. ¿Cómo podría ser dos seres diferentes? ¿Cómo podría tener dos naturalezas, como me enseñó mi formación cristiana (carne y espíritu)? No tenía sentido. La naturaleza de algo, de cualquier cosa, es siempre una. El Curso explica que una, el espíritu, es real; la otra, el ser separado que se experimenta a sí mismo como un cuerpo, es irreal, nada más que un producto de mi imaginación. Yo no estoy dividido, y todo lo que parezca que lo estoy es un truco de mi mente, un engaño a mí mismo.

Basada en la ilusión de estar dividida en opuestos, la mente “ha buscado muchas… soluciones” (1:3). Se ha engañado creyendo en la realidad de esta división y en la realidad del ser físico. Por lo tanto, intenta continuamente hacer que las cosas funcionen, y nunca lo hacen. La mente se pone al servicio del cuerpo, planea maneras de que se sienta cómodo, de que esté a gusto, de que dure para siempre, de mantenerlo a salvo de daños. Al hacer esto, la mente pierde su verdadera función.

Nuestro único Ser es espíritu. En su preocupación por el cuerpo, la mente ha perdido de vista al espíritu casi por completo. Necesita recuperar su verdadera función de servir al espíritu: “La mente es el medio del que el espíritu se vale para expresarse a Sí Mismo” (4:1). Esto es lo que nos trae paz y llena de alegría nuestra mente; mientras que servir al cuerpo no trae más que conflicto y dolor. Los pensamientos del espíritu buscan expresarse a través de nuestra mente, para eso es la mente.

El Espíritu Santo es un agente de Ayuda divina, que lleva a la mente de nuevo a su verdadera función de servir al espíritu. Para nuestra mente, Él es el representante del espíritu, de nuestro verdadero Ser, recordándonos constantemente que dejemos a un lado esta inútil búsqueda de la salvación en el reino de lo físico, y que abramos nuestra mente al espíritu. “Si eres espíritu, el cuerpo es entonces el que no tiene ningún sentido en tu realidad” (3:7). Debido a que hemos separado a nuestra mente de su verdadera función, pensamos que estamos solos y separados. Necesitamos un Ayudante Que nos recuerde nuestra verdadera relación con el espíritu.

Nuestro espíritu, nuestro Ser, “aún conserva Sus pensamientos, los cuales permanecen dentro de tu mente y en la Mente de Dios (7:1). Seguimos siendo, en espíritu, tal como Dios nos creó. Así que no estamos intentando cambiar lo que es nuestra mente, sino cambiar el propósito al que sirve. En estos ejercicios, estamos buscando volvernos a conectar con el espíritu, dejar a un lado durante cinco minutos los problemas del ser físico que pensamos que somos y que nos distraen por completo, estamos buscando abrirnos a estos pensamientos del espíritu para permitir que nuestra mente encuentre su función como canal del espíritu. “Una vez que su fortaleza haya sido restaurada, tu mente podrá fluir de nuevo desde su espíritu al espíritu de todas las cosas creadas por el Espíritu a semejanza de Sí Mismo. Tu mente bendecirá todas las cosas” (10:3-4). Ésa es nuestra función, para eso es para lo que fuimos creados. “Extender el Ser de Dios es la única función del espíritu” (T.7.IX.3:1).

De este modo me descubro a mí mismo como prolongador del Ser de Dios. Dios es Amor, y por eso yo amo. Dios crea, y por eso yo creo, que aquí en la tierra se expresa como sanación, como restaurar la creación a su estado natural.

Este “Ser” del que el Curso habla no es algo separado de mí, soy yo. Hablar de buscar los pensamientos de mi único Ser, casi parece como si el Ser estuviera separado de mí y yo estuviera buscando comunicarme con Él. Pero el Ser soy yo. “Ahí estás tú, Eso es lo que eres” (L.93.9:7). Estamos poniendo en contacto la mente con nuestro espíritu, pero soy yo, la luz ya está en mí, los pensamientos que estoy “buscando” son mis propios pensamientos que yo he apartado de la consciencia de mi mente.

Aquí no se describe con gran detalle lo que se nos pide que practiquemos. Puedes estarte preguntando: “¿Qué es lo que estoy esperando mientras me siento durante cinco minutos?” Y yo no puedo decírtelo, nadie puede. Lo sabrás cuando lo encuentres. La lección reconoce que puede que no “conectes” hoy; utiliza frases como “si tienes éxito” (10:1) y “tal vez tu mente siga dudándolo por un rato” (11:2). Nos dice: “pero no te dejes desanimar por ello” (11:3). Relájate, ten paciencia. Haz los ejercicios de todos modos. Cada vez que los haces tu Ser se llena de gozo, aunque ese gozo no llegue a tu mente consciente, y guarda ese gozo, listo para llevarlo a tu consciencia cuando “tengas éxito” y sientas a tu único Ser.





TEXTO

V. El sanador no sanado 
 
1. El plan de perdón del ego se utiliza mucho más que el de Dios. 2Esto se debe a que lo ponen en práctica sanadores que no han sanado, y pertenece, por lo tanto, al ámbito del ego. 3Considere­mos ahora con más detenimiento al sanador no sanado. 4Por defi­nición, está tratando de dar lo que no ha recibido. 5Si un sanador no sanado es un teólogo, por ejemplo, puede que parta de la pre­misa: "Soy un miserable pecador, y eso es lo que eres tú también". 6Si es un psicoterapeuta, es más probable que parta de la creencia igualmente absurda de que el ataque es real tanto para él como para su paciente, aunque eso es algo que a ninguno de los dos debiera importar.

2. He dicho repetidamente que las creencias del ego no se pueden compartir, y ésa es la razón de que sean irreales. 2¿Cómo puede ser, entonces, que "ponerlas al descubierto" las haga cobrar reali­dad? 3Todo sanador que busca la verdad en fantasías aún no ha sanado, pues no sabe dónde buscarla y, por lo tanto, no dispone de la solución al problema de cómo sanar.

3. La única ventaja de traer las pesadillas a la conciencia es poder mostrar que no son reales y que su contenido no significa nada. 2El sanador no sanado no puede hacer eso porque no lo cree. 3Todos los sanadores no sanados siguen de una u otra forma el plan de perdón del ego. 4Si son teólogos probablemente se conde­nan a sí mismos, enseñan a condenar y propugnan una solución temible. 5Al proyectar la condenación sobre Dios, hacen que Éste parezca vengativo y temen Su justo castigo. 6Lo único que han hecho ha sido identificarse con el ego, y al percibir lo que éste hace, se condenan a sí mismos debido a esta confusión de identi­dad. 7Es comprensible que muchos se hayan rebelado contra este concepto, pero rebelarse contra él indica que aún siguen creyendo en él.

4. Algunas de las modalidades más recientes del plan del ego son tan inútiles como las más antiguas, pues la forma en que se mani­fiestan es irrelevante y el contenido sigue siendo el mismo. 2En una de estas nuevas modalidades, por ejemplo, un psicoterapeuta puede interpretar los símbolos del ego que han aparecido en una pesadilla, y luego valerse de ellos para probar que la pesadilla es real. 3Habiéndole otorgado realidad, intenta entonces desvanecer sus efectos menospreciando la importancia del soñador. 4Éste sería un enfoque curativo siempre que también se considerase al soñador como irreal. 5Mas si se equipara al soñador con la mente, se niega el poder correctivo de que goza la mente a través del Espíritu Santo. 6Esto es una contradicción, incluso desde la pers­pectiva del ego, contradicción que a éste, aun en su confusión, por lo general no se le escapa.

5. Si la manera de contrarrestar el miedo es reduciendo la impor­tancia de la mente, ¿de qué manera puede esto fortalecer al ego? 2Tales obvias incongruencias explican por qué nadie ha sido capaz todavía de explicar lo que ocurre realmente en la psicoterapia. 3En realidad no ocurre nada. 4Nada real le ha sucedido al sanador no sanado, y éste no puede sino aprender de lo que él mismo enseña. 5Su ego siempre tratará de sacar provecho de la situación. 6El sanador no sanado no sabe, por lo tanto, cómo dar, y, consecuentemente, no puede compartir. 7No puede corregir porque no está actuando de forma que facilite la corrección. 8Cree que es a él a quien corresponde enseñarle al paciente lo que es real, a pesar de que él mismo no lo sabe.

6. ¿Qué se debe hacer entonces? 2Cuando Dios dijo: "Que haya luz", hubo luz3¿Puedes acaso encontrar luz analizando la oscu­ridad, tal como hace el psicoterapeuta, o reconociendo la oscuri­dad en ti mismo -tal como hace el teólogo- y buscando una luz distante que la disipe al mismo tiempo que enfatizas lo lejos que está? 4La curación no es un misterio. 5Nada puede cambiar a menos que se entienda, ya que la luz es entendimiento. 6Un "mise­rable pecador" no puede curar sin la ayuda de la magia, ni tam­poco puede una "mente insignificante" apreciarse a sí misma sin esa misma clase de ayuda.

7. Ambas formas del enfoque del ego te llevarán forzosamente a un callejón sin salida, la típica "situación imposible" a la que el ego siempre conduce. 2Tal vez sea una ayuda para alguien el que se le indique hacia dónde se está encaminando, pero de poco le sirve si no se le ayuda además a cambiar de rumbo. 3El sanador no sanado no puede hacer eso por él, puesto que no lo puede hacer para sí mismo. 4La única aportación significativa que el sanador puede hacer es presentarle un ejemplo de alguien a quien se le cambió de rumbo y que ya no cree en pesadillas de ninguna clase. 5La luz en su mente, por lo tanto, responderá al que pregunta, que tiene que decidir con Dios que sí hay luz porque la ve. 6mediante este reconocimiento el sanador sabe que la luz está ahí. 7Así es como la percepción finalmente se transforma en conocimiento. 8El obrador de milagros comienza percibiendo luz, y transforma su percepción en certeza al extender continuamente la luz y al acep­tar el reconocimiento que ésta le ofrece. 9Los efectos de la luz le confirman que ésta está ahí.

8. Un terapeuta no cura, sino que deja que la curación ocurra espon­táneamente. 2Puede señalar la oscuridad, pero no puede traer luz por su cuenta, pues la luz no es de él. 3No obstante, al ser para él, tiene que ser también para su paciente. 4El Espíritu Santo es el único Terapeuta. 5Él hace que la curación sea evidente en cual­quier situación en la que Él es el Guía. 6Lo único que puedes hacer es dejar que Él desempeñe Su función. 7Él no necesita ayuda para llevarla a cabo. 8Te dirá exactamente lo que tienes que hacer para ayudar a todo aquel que Él te envíe en busca de ayuda, y le hablará a través de ti si tú no   interfieres. 9Recuerda que eres tú el que elige el guía que ha de prestar la ayuda, y que una elección equivocada no constituirá ninguna ayuda. 10Pero recuerda asimismo que la elección correcta sí lo será. 11Confía en Él, pues ayudar es Su función, y Él es de Dios. 12medida que despiertes otras mentes al Espíritu Santo a través de Él, y no a través de ti, te darás cuenta de que no estás obedeciendo las leyes de este mundo. 13Sólo las leyes que estás obedeciendo dan resul­tado. 14"Lo bueno es lo que da resultado" es una afirmación acertada, pero incompleta. 15Sólo lo bueno puede dar resultado. 16Nada más puede hacerlo.

9. Este curso ofrece un marco de enseñanza muy claro y muy simple, y te provee de un Guía que te dice lo que debes hacer. 2Si le obedeces, verás que lo que El te dice es lo que da resultado. 3Los resultados que se derivan de seguir Su dirección son más convincentes que Sus palabras. 4Te demostrarán que las palabras son ciertas. 5Siguiendo al Guía adecuado, aprenderás la más sim­ple de todas las lecciones:

6Por sus frutos los conoceréis, y ellos se
conocerán así mismos.




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