DESPERTAR AL AMOR

miércoles, 10 de mayo de 2017

10 MAYO: Es imposible ver dos mundos.

AUDIOLIBRO




EJERCICIOS

LECCION 130

Es imposible ver dos mundos.



1. La percepción es congruente 2Lo que ves refleja lo que pien­sas. 3Y lo que piensas no es sino un reflejo de lo que quieres ver. 4Tus valores determinan esto, pues no puedes sino desear ver aquello que valoras, al creer que lo que ves existe realmente. 5Nadie puede ver un mundo al que su mente no le haya confe­rido valor. 6Y nadie puede dejar de ver lo que cree desear.

2. Sin embargo, ¿quién puede odiar y al mismo tiempo amar? 2¿Quién puede anhelar aquello que él no desea que sea real? 3¿Quién puede elegir ver un mundo del que tiene miedo? 4El miedo no puede sino cegar, pues ésta es su arma: que no puedes ver aquello que temes ver. 5El amor y la percepción, por lo tanto, van de la mano, pero el miedo oculta en las tinieblas lo que se encuentra ahí.

3. ¿Qué puede, entonces, proyectar el miedo sobre el mundo? 2¿Qué puede verse en las tinieblas que sea real? 3La verdad se ve eclipsada por el miedo, y el resto es todo imaginado. 4Mas ¿qué puede ser real en las ciegas imaginaciones nacidas del pánico? 5¿Qué es lo que quieres para que sea esto lo que se te muestra? 6¿Qué ibas a querer conservar de un sueño así?

4. El miedo ha dado lugar a todo lo que crees ver: 2a toda separa­ción, a todas las distinciones y a la multitud de diferencias que crees que configuran el mundo. 3Ninguna de estas cosas existe. 4El enemigo del amor las inventó. 5Mas el amor no puede tener enemigos, de modo que no tienen fundamento, existencia o con­secuencia alguna. 6Se les puede atribuir valor, pero siguen siendo irreales. 7Se puede ir en pos de ellas, mas no se pueden hallar. 8Hoy no iremos en su busca ni desperdiciaremos el día buscando lo que no se puede hallar.

5. Es imposible ver dos mundos que no tienen nada en común. 2Si vas en pos de uno, el otro desaparece. 3Sólo uno de ellos puede permanecer. 4Ambos constituyen la gama de alternativas que tie­nes ante ti, más allá de la cual no hay nada que puedas elegir. 5Lo real y lo irreal son las únicas alternativas entre las que puedes elegir. 6No hay ninguna otra.

6. Hoy intentaremos no transigir allí dónde es imposible hacerlo. 2El mundo que ves es la prueba de que ya has elegido algo que es tan completamente abarcador corno lo  es su opuesto: 3Lo que deseamos aprender hoy es algo más que la simple lección de que no puedes ver dos mundos. 4Esta lección enseña también que el mundo que ves es completamente congruente desde el punto de vista desde el que lo contemplas. 5Es un sólo bloque porque pro­cede de una sola emoción, y su origen se ve reflejado en todo lo que ves.

7. En seis ocasiones hoy, llenos de gratitud, dedicaremos gustosa­mente cinco minutos al pensamiento que pone fin a toda transi­gencia y a toda duda, y las transcenderemos todas como si de una sola se tratase. 2No haremos miles de distinciones sin sentido, ni intentaremos conservar una pequeña porción de la irrealidad cuando consagremos nuestras mentes a hallar sólo lo que es real.

8. Comienza tu búsqueda del otro mundo pidiendo que se te con­ceda una fortaleza superior a la tuya, y reconociendo qué es lo que persigues. 2No deseas más ilusiones. 3Y te preparas para esos cinco minutos vaciando tus manos de todos los vanos tesoros de este mundo. 4Esperas la ayuda de Dios, según dices:

5Es imposible ver dos mundos.
6Permítaseme aceptar la fortaleza que Dios me ofrece y no ver valor alguno en este mundo, para así poder hallar mi libertad y mi salvación.

9. Dios estará allí, 2pues habrás invocado el formidable e infalible Poder que, lleno de gratitud, dará este gigantesco paso contigo. 3No dejarás de advertir Su agradecimiento expresado en una per­cepción tangible y verdadera. 4No dudarás de lo que contemples, pues aunque se trate de una percepción, no se trata de una de la que tus ojos por sí solos hayan visto jamás. 5Y sabrás que la forta­leza de Dios te respaldó cuando tomaste esta decisión.

10. Rechaza hoy de inmediato cualquier tentación que se presente, recordando simplemente la gama de tus alternativas. 2Pues lo que ves, y lo único que ves, es lo irreal o lo real, lo falso o lo verdadero. 3La percepción es congruente con tu elección, y según elijas, expe­rimentarás el Cielo o el infierno.

11. Acepta una pequeña parte del infierno como real, y habrás con­denado tus ojos y maldecido tu vista, y lo que contemples será ciertamente el infierno. 2No obstante, la liberación que te ofrece el Cielo sigue estando a tu alcance como una de las alternativas que puedes elegir para que ocupe el lugar de todo lo que el infierno quiere mostrarte. 3Lo único que necesitas decirle a cualquier parte del infierno, sea cual sea la forma que adopte, es esto:

4Es imposible ver dos mundos.
5Lo único que deseo es mi libertad y mi salvación, y esto no forma parte de lo que quiero.




Instrucciones para la práctica

Propósito: Darte cuenta de que no puedes conservar un poco de este mundo y ver el mundo real, que tienes que elegir uno u otro. Hacer la elección del mundo real al renunciar a todo el valor que le has dado a este mundo. Éste es otro de los pasos gigantescos del Libro de Ejercicios (ver 9:2).

Más largo: 6 veces, durante cinco minutos.
La práctica de hoy es muy parecida a la de los dos últimos días, especialmente a la Lección 128. Empieza repitiendo estas frases: “Es imposible ver dos mundos. Permítaseme aceptar la fortaleza que Dios me ofrece y no ver valor alguno en este mundo, para así poder hallar mi libertad y mi salvación”. Estás pidiendo que la fortaleza de Dios te apoye y te ayude a tomar una decisión definitiva en favor mundo real, en lugar de este mundo. Intenta pedirlo de todo corazón. Luego cierra los ojos y pasa un rato “vaciando tus manos de todos los vanos tesoros de este mundo” (8:3). Luego extiende la mano a una experiencia de verdadera percepción, la clase de visión que tus ojos de por sí no pueden ver. Desea ver sólo el otro mundo, el mundo del amor. Durante este tiempo, “esperas la ayuda de Dios” (8:4). Confía en que Él está ahí, ayudándote a hacer la elección de darle valor sólo al mundo real. Mientras esperas, repite la frase: “Ayúdame a ver sólo el mundo real”.

Respuesta a la tentación: Cada vez que te des cuenta de que estás dándole valor a algo del mundo.
Recuerda que al valorar una pequeña parte del infierno estás eligiendo la totalidad del infierno, y cerrándole la puerta al Cielo. Di: “Es imposible ver dos mundos. Lo único que deseo es mi libertad y mi salvación, y esto no forma parte de lo que quiero”. Necesitarás vigilar tu mente con cuidado durante todo el día, porque no estás buscando alteraciones y disgustos, sino atracciones.

Comentario

La lección de hoy no admite tratos en absoluto. Los dos primeros párrafos explican la postura del Curso acerca de la percepción con total claridad, como en los tres libros. Lo que valoramos es lo que queremos ver, lo que queremos ver determina nuestro modo de pensar, y lo que vemos refleja lo que pensamos. “Nadie puede dejar de ver lo que cree desear” (1:6). O, como se afirma brevemente dos veces en el Texto: “La proyección da lugar a la percepción” (T.13.V.3:5; T.21.In.1:1).

Además, puesto que no podemos odiar y amar al mismo tiempo, no podemos proyectar dos mundos completamente opuestos al mismo tiempo. Proyectamos el mundo del miedo o el mundo del amor. Y “el mundo que ves es la prueba de que ya has elegido algo que es tan completamente abarcador como lo es su opuesto” (6:2). En otras palabras, el mundo que vemos demuestra que nuestra mente ha hecho la elección del miedo que lo abarca todo. “El miedo ha dado lugar a todo lo que crees ver” (4:1).

Como ya he dicho, en esto no hay posibilidad de tratos. No permite que ninguna parte de este mundo quede fuera de la categoría de “proyección del miedo”. El mundo que vemos es “completamente congruente desde el punto de vista desde el que lo contemplas. Es un sólo bloque porque procede de una sola emoción, y su origen se ve reflejado en todo lo que ves” (6:4-5).

Si tratamos de dejar fuera de este cuadro una parte del mundo, afirmando que “seguramente esta parte es buena”, estamos intentando “aceptar una pequeña parte del infierno como real” (11:1). Y garantiza que todo el cuadro será “ciertamente el infierno” (11:1).

Por otra parte, el Curso no intenta provocar ningún rechazo al mundo. Nos dice que sólo la parte que contemplamos con amor es real (ver T.12.VI.3:2-3). Por lo tanto, nos pide amarlo a todo ello por igual, y de este modo “haz que el mundo real sea real para ti” (T.12.VI.3:6). Nuestros intentos de rescatar “partes” del mundo como reales, están equivocados porque separan y hacen que ciertas partes sean especiales, más merecedoras de amor que el resto.

Tal como lo vemos, a través de los ojos del miedo, el mundo no tiene ningún valor en absoluto. Aceptemos la Fortaleza de Dios para “no ver valor alguno en este mundo” (8:6). Si de verdad lo queremos, veremos otro mundo con la visión que “no se trata de una de la que tus ojos por sí solos hayan visto jamás” (9:4). “Cuando lo único que desees sea amor, no verás nada más” (T.12.VII.8:1).

Para ser un poco más prácticos durante un momento, he descubierto que las palabras finales de la lección son enormemente útiles ante problemas de todo tipo: “Esto no forma parte de lo que quiero” (11:5). Si veo únicamente lo que quiero ver, y estoy viendo algo que me angustia, que afirme mi elección de cambiar mi mente: “Yo ya no quiero más esto”. Aunque mi aplicación de esto no es muy constante, he visto que esta afirmación hace que desaparezca en una relación la separación. He visto hacer desaparecer la sensación de pobreza. He visto cambiar a mi cuerpo, y darle una energía que pensaba que había perdido. He visto darle la vuelta a enfermedades próximas. Os la recomiendo muchísimo a todos.




TEXTO


VIII. La atracción del amor por el amor


1. ¿Crees realmente que puedes matar al Hijo de Dios? 2El Padre ha ocultado a Su Hijo dentro de Sí Mismo, manteniéndolo salvo y alejado de tus pensamientos destructivos, por causa de los cua­les no conoces ni al Padre ni al Hijo. 3Atacas el mundo real cada día, cada hora y cada minuto, y, sin embargo, te sorprende que no lo puedas ver. 4Si buscas amor a fin de atacarlo, nunca lo hallarás, 5pues si el amor es compartir, ¿cómo ibas a poder encontrarlo excepto través de sí mismo? 6Ofrece amor, y el amor vendrá a ti porque se siente atraído por sí mismo. 7Mas ofrece ataque, y el amor permanecerá oculto, pues sólo puede vivir en paz.

2. El Hijo de Dios se encuentra tan a salvo como su Padre, pues el Hijo sabe que su Padre lo protege y, por lo tanto, no puede temer. 2El Amor de su Padre lo mantiene en perfecta paz y, al no necesi­tar nada, no pide nada. 3Aun así, él se encuentra muy lejos de ti cuyo Ser él es, pues elegiste atacarlo y él desapareció de tu vista y buscó refugio en su Padre. 4Él no cambió, pero tú sí. 5Pues, el Padre no creó una mente dividida ni tampoco las obras de ésta, y ni aquélla ni éstas podrían vivir si tuviesen conocimiento de Él.

3. Cuando hiciste que lo que no es verdad fuese visible, lo que es verdad se volvió invisible para ti. 2No obstante, de por sí no puede ser invisible, pues el Espíritu Santo lo ve con perfecta clari­dad. 3Es invisible para ti porque estás mirando otra cosa. 4Mas no es a ti a quien le corresponde decidir lo que es visible y lo que es invisible, tal como tampoco te corresponde decidir lo que es la realidad. 5Lo que se puede ver es lo que el Espíritu Santo ve. 6La definición de la realidad es la que Dios provee, no la tuya. 7Él la creó, y, por lo tanto, sabe lo que es. 8Tú, que sabías lo que era, lo olvidaste, y si Él no te hubiese proporcionado la manera de recordar, te habrías condenado a ti mismo al olvido total.

4. Por razón del Amor que tu Padre te profesa, nunca podrás olvi­darte de Él, pues nadie puede olvidar lo que Dios Mismo puso en su memoria. 2Puedes negarlo, pero no puedes perderlo. 3Una Voz responderá a cada pregunta que hagas, y una visión corregirá la percepción de todo lo que veas. 4Pues lo que hiciste invisible es lo único que es verdad, y lo que no has oído es la única Respuesta. 5Dios quiere que te reconcilies contigo mismo, y no te abandonó en tu desolación. 6Estás esperándolo a Él, mas no lo sabes. 7Su recuerdo, sin embargo, brilla en tu mente y no puede ser borrado. 8No es ni del pasado ni del futuro, al ser eterno para siempre.

5. No tienes sino que pedir este recuerdo, y te vendrá a la memoria. 2Mas el recuerdo de Dios no puede aflorar en una mente que lo ha borrado y que quiere que continúe así. 3Pues  dicho recuerdo sólo puede alborear en una mente que haya elegido recordar y que haya renunciado al demente deseo de querer controlar la rea­lidad. 4Tú, que ni siquiera puedes controlarte a ti mismo, no debe­rías aspirar a controlar el universo. 5Contempla mas bien lo que has hecho de él y regocíjate de que no sea verdad.

6. ¡Hijo de Dios, no te conformes con lo que no es nada! 2Lo que no es real no es visible ni tiene valor. 3Dios no pudo haberle ofre­cido a Su Hijo lo que no tiene valor, ni Su Hijo habría podido recibirlo. 4Fuiste redimido en el mismo instante en que pensaste que habías abandonado a tu Padre. 5Nada de lo que has forjado ha existido jamás, y es invisible porque el Espíritu Santo no lo ve. 6Pero lo que Él ve es tuyo para que lo contemples, y a través de Su visión tu percepción sanará. 7Has hecho invisible la única ver­dad que este mundo encierra. 8Al valorar lo que no es nada, has buscado lo que no es nada. 9Al conferirle realidad a lo que no es nada, lo has visto. 10Pero no está ahí. 11Cristo es invisible a causa de lo que has hecho que sea visible para ti.

7. No importa cuánta distancia hayas tratado de interponer entre tu conciencia y la verdad, 2al Hijo de Dios se le puede ver porque su visión es algo que se comparte. 3El Espíritu Santo contempla al Hijo de Dios en ti y no ve nada más. 4Lo que es invisible para ti, es perfecto en Su visión y lo abarca todo. 5Él se ha acordado de ti porque no se ha olvidado del Padre. 6Tú contemplaste lo que no era real y hallaste desesperación. 7Mas ¿qué otra cosa podías haber encontrado al ir en pos de lo irreal? 8El mundo irreal es desesperante, pues nunca podrá ser real. 9Y tú que compartes el Ser de Dios con Él, nunca podrás sentirte satisfecho sin la reali­dad. 10Lo que Dios no te dio no tiene poder sobre ti, y la atracción del amor por el amor sigue siendo irresistible. 11La función del amor es unir todas las cosas en sí mismo, y mantenerlas unidas extendiendo su plenitud.

8. Dios te dio el mundo real en amoroso intercambio por el mundo que tú construiste y que ves. 2Recíbelo simplemente de la mano de Cristo y contémplalo. 3Su realidad hará que todo lo demás sea invisible,  pues contemplarlo es una percepción total. 4Y al contemplarlo recordarás que siempre fue así. 5Lo que no es nada se hará invisible, pues por fin habrás visto verdaderamente. 6Una percepción redimida se convierte fácilmente en conoci­miento, pues sólo la percepción puede equivocarse y la percepción nunca existió. 7Al ser corregida da paso al conocimiento, que es la única realidad eternamente. 8La Expiación no es sino el camino de regreso a la que nunca se había perdido. 9El Padre nunca pudo haber dejado de amar a Su Hijo.



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