DESPERTAR AL AMOR

martes, 31 de octubre de 2017

31 OCTUBRE: Que mi mundo no nuble la visión de Cristo.

AUDIOLIBRO



EJERCICIOS 


LECCIÓN 304


Que mi mundo no nuble la visión de Cristo.


1. Sólo puedo nublar mi santa vista si permito que mi mundo se entrometa en ella. 2Y no puedo contemplar los santos panoramas que Cristo contempla a menos que utilice Su visión. 3La percep­ción es un espejo, no un hecho. 4Y lo que contemplo es mi propio estado de ánimo reflejado afuera. 5Quiero bendecir el mundo con­templándolo a través de los ojos de Cristo. 6Y veré las señales inequívocas de que todos mis pecados me han sido perdonados.

2. Tú me conduces de las tinieblas a la luz y del pecado a la santidad. 2Déjame perdonar y así recibir la salvación del mundo. 3Ése es Tu regalo, Padre mío, que se me concede para que yo se lo ofrezca a Tu santo Hijo, de manera que él pueda hallar Tu recuerdo, y el de Tu Hijo tal como Tú lo creaste.





Instrucciones para la práctica

Ver las instrucciones para la práctica en las instrucciones de la Segunda Parte del Libro de Ejercicios, o en la Tarjeta de Práctica de este libro.

Comentario

Por supuesto, “mi mundo” es el mundo que inventé para apoyar a mi ego, el mundo imaginario del ataque y de la separación. La visión de Cristo es una facultad que todos nosotros tenemos, parte de nuestro Ser creado. La visión de Cristo nos muestra la realidad y la unidad, no el caos dividido que vemos habitualmente con nuestros ojos. Esta visión está siempre disponible para nosotros, pero el mundo que inventamos “puede nublar nuestra santa vista” (1:1). Por eso el pensamiento de hoy es una oración, o una decisión, de no dejar que eso ocurra, de no dejar que lo que nuestros ojos nos muestran nos impida ver lo que la visión de Cristo puede mostrarnos en todo momento y en cualquier momento, es decir, el mundo real.

La percepción es un espejo, no un hecho. Y lo que contemplo es mi propio estado de ánimo reflejado afuera. (1:3-4)

El mismo pensamiento se repite en todo el Curso:

La percepción puede dar forma a cualquier imagen que la mente desee ver. Ten presente esto. (M.19.5:2-3)

El mundo que ves se compone de aquello con lo que tú lo dotaste… Es el testimonio de tu estado mental, la imagen externa de una condición interna. (T.21.In.1:2,5)

Entonces, el mundo nos muestra nuestra propia mente. Únicamente nuestras propias proyecciones nublan la visión de Cristo. Cristo es la única realidad, la creación de Dios, y sin las proyecciones que hemos puesto encima esta realidad es todo lo que veríamos. Pero no podemos usar la percepción para verlo, en su lugar tenemos que usar la visión de Cristo, una facultad o sentido completamente diferente (1:2). Necesitamos dejar que la vista del mundo desaparezca de nuestra mente, por eso cerrar los ojos puede ser útil al principio, cuando lo que nuestros ojos nos muestran parece tan sólido y real.

Lo que vemos está condicionado por lo que queremos ver. Por lo tanto, se nos dan estas palabras para que las digamos: “Quiero bendecir el mundo contemplándolo a través de los ojos de Cristo” (1:5). Nuestra percepción puede convertirse en la verdadera percepción, que ve el mundo como un reflejo de la verdad, si es la verdad lo que queremos ver, en lugar de ser un espejo de nuestras proyecciones. “Cuando lo único que desees sea amor no verás nada más” (T.12.VII.8:1).

Hoy quiero sintonizarme con mi deseo natural, que Dios me ha dado, de bendecir al mundo. Quiero sacar ese deseo de bendecir, que siempre está en mí, y usarlo para cambiar mi percepción del mundo que me rodea. Quiero ver el mundo como un espejo que refleja el hecho de que “todos mis pecados me han sido perdonados” (1:6). “Déjame perdonar y así recibir la salvación del mundo” (2:2). Éste es un regalo que Dios me da y que puedo ofrecer a Su santo Hijo, de quien forma parte toda persona con la que me encuentro o en quien pienso hoy. Al perdonar a aquellos a mi alrededor, que es mi misión hoy, recibirán la ayuda para encontrar una vez más el recuerdo de Dios y del Cristo como su propio Ser (2:3).


¿Qué es el Segundo Advenimiento? (Parte 4)

L.pII.9.2:3-4

Continuación de la Parte 2 de la lista de descripciones acerca del Segundo Advenimiento.

5. El reconocimiento de la Perfecta Unidad

El Segundo Advenimiento es el reconocimiento de nuestra perfecta unidad:

La luz del perdón ilumina el camino del Segundo Advenimiento porque refulge sobre todas las cosas a la vez y cual una sola. Y así, por fin, se reconoce la unidad. (2:3-4)

Con el perdón perfecto, todas las barreras, todas las aparentes razones para la separación, desaparecen y nuestra unidad “por fin, se reconoce”.

Cada falta de perdón es una razón para la separación, una justificación para mantenernos aparte. Y a la inversa, cada razón para mantenernos aparte es una falta de perdón, un juicio contra otro. Para preparar el camino al Segundo Advenimiento de Cristo, que es el reconocimiento de nuestra unidad, antes el perdón tiene que ser completo. Muchos de nosotros recordamos la canción del musical Godspell: “Preparad el camino al Señor”, o lo recordamos de la Biblia como el mensaje de Juan el Bautista antes del comienzo del ministerio de Jesús. Bueno, el perdón es el modo de preparar el camino al Señor, respecto al Segundo Advenimiento. El perdón es “la luz que ilumina el camino al Segundo Advenimiento”. Elimina los obstáculos a nuestra consciencia de la unidad.





TEXTO

IX. Pues Ellos han llegado


1. ¡Cuán santo debes ser tú, que desde ti la Voz de Dios llama amorosamente a tu hermano para que puedas despertar en él la Voz que contesta tu llamada! 2¡Y cuán santo debe ser tu hermano cuando en él reside tu propia salvación, junto con su libertad! 3Por mucho que lo quieras condenar, Dios mora en él. 4Pero mientras ataques Su hogar elegido y luches con Su huésped, no podrás saber que Dios mora igualmente en ti. 5Mira a tu hermano con dulzura. 6Contempla amorosamente a aquel que lleva a Cristo dentro de sí, para que puedas ver su gloria y regocijarte de que el Cielo no esté separado de ti.

2. ¿Sería mucho pedir que tuvieses un poco de confianza en aquel que te trae a Cristo para que todos tus pecados te sean perdona­dos, sin excluir ni uno solo que todavía quisieras valorar? 2No olvides que una sola sombra que se interponga entre tu hermano y tú nubla la faz de Cristo y el recuerdo de Dios. 3¿E intercambia­rías Éstos por un odio inmemorial? 4El suelo que pisas es tierra santa por razón de Aquellos que, al estar ahí contigo, la han ben­decido con Su inocencia y con Su paz.

3. La sangre del odio desaparece permitiendo así que la hierba vuelva a crecer con fresco verdor, y que la blancura de todas las flores resplandezca bajo el cálido sol de verano. 2Lo que antes era un lugar de muerte ha pasado a ser ahora un templo viviente en un mundo de luz. 3Y todo por Ellos. 4Es Su Presencia la que ha elevado nuevamente a la santidad para que ocupe su lugar ances­tral en un trono ancestral. 5Y debido a Ellos los milagros han bro­tado en forma de hierba y flores sobre el terreno yermo que el odio había calcinado y dejado estéril. 6Lo que el odio engendró Ellos lo han des-hecho. 7Y ahora te encuentras en tierra tan santa que el Cielo se inclina para unirse a ella y hacerla semejante a él. 8La sombra de un viejo odio ya no existe, y toda desolación y aridez ha desaparecido para siempre de la tierra a la que Ellos han venido.

4. ¿Qué son cien años para Ellos, o mil, o cientos de miles? 2Cuando Ellos llegan, el propósito del tiempo se consuma. 3Lo que nunca tuvo lugar desaparece en la nada cuando Ellos llegan. 4Lo que el odio reivindicaba se entrega ahora al amor, y la liber­tad ilumina toda cosa viviente y la eleva hasta el Cielo, donde las luces se encienden con mayor fulgor a medida que cada una vuelve al hogar. 5Lo incompleto se vuelve completo de nuevo, y el gozo del Cielo aumenta porque lo que era suyo le ha sido restituido. 6La tierra ha quedado limpia de toda mancha de sangre, y los dementes se han desprendido de sus vestimentas de demen­cia para unirse a Ellos en el lugar donde tú te encuentras.

5. El Cielo se siente agradecido por este regalo que por tanto tiempo le había sido negado. 2Pues Ellos han venido a congregar a los Suyos. 3Lo que se había clausurado se abre; lo que se mante­nía oculto de la luz se le entrega a ésta para que pueda iluminarlo sin dejar ningún espacio o distancia entre la luz del Cielo y el mundo.

6. El más santo de todos los lugares de la tierra es aquel donde un viejo odio se ha convertido en un amor presente. 2Y Ellos acu­den sin demora al templo viviente, donde se les ha preparado un hogar. 3No hay un lugar en el Cielo que sea más santo. 4Y Ellos han venido a morar en el templo que se les ha ofrecido para que sea Su lugar de reposo, así como el tuyo. 5Lo que el odio le ha entregado al amor, se convierte en la luz más brillante de todo el resplandor del Cielo. 6Y el fulgor de todas las luces celestiales cobra mayor intensidad, como muestra de gratitud por lo que se les ha restituido.

7. Los ángeles revolotean amorosamente a tu alrededor, a fin de mantener alejado de ti todo sombrío pensamiento de pecado y asegurarse de que la luz permanezca allí donde ha entrado. 2Las huellas de tus pasos iluminan el mundo, pues por donde tú cami­nas el perdón te acompaña jubilosamente. 3No hay nadie en la tierra que deje de dar gracias a aquel que ha restaurado su hogar, protegiéndolo, así del crudo invierno y del gélido frío. 4¿Y cómo podrían el Señor, de los Cielos y Su Hijo dar menos como muestra de agradecimiento cuando han recibido mucho más?

8. Ahora el. templo del Dios viviente ha sido reconstruido de nuevo para ser el anfitrión de Aquel que lo creó. 2Donde Él mora, Su Hijo mora con Él y nunca están separados. 3Y dan gracias de que finalmente se les haya dado la bienvenida. 4Donde antes se alzaba una cruz, se alza ahora el Cristo resucitado, y en Su visión las viejas cicatrices desaparecen. 5Un milagro inmemorial ha venido a bendecir y a reemplazar una vieja enemistad, cuyo fin era la destrucción. 6Con dulce gratitud Dios el Padre y el Hijo regresan a lo que es Suyo, y a lo que siempre lo será. 7Ahora se ha consumado el propósito del Espíritu Santo. 8Pues Ellos han lle­gado. 9¡Por fin han llegado!

lunes, 30 de octubre de 2017

30 OCTUBRE: Hoy nace en mí el Cristo santo.


AUDIOLIBRO


EJERCICIOS 


LECCIÓN 303


Hoy nace en mí el Cristo santo.


1. Velad conmigo, ángeles, velad conmigo hoy. 2Que todos los santos Pensamientos de Dios me rodeen y permanezcan muy que­dos a mi lado mientras nace el Hijo del Cielo. 3Que se acallen todos los sonidos terrenales y que todos los panoramas que estoy acostumbrado a ver desaparezcan. 4Que a Cristo se le dé la bien­venida allí donde Él está en Su hogar, 5y que no oiga otra cosa que los sonidos que entiende y vea únicamente los panoramas que reflejan el Amor de Su Padre. 6Que Cristo deje de ser un extraño aquí, pues hoy Él renace en mí.

2. Le doy la bienvenida a tu Hijo, Padre. 2Él ha venido a salvarme del malvado ser que fabriqué. 3Tu Hijo es el Ser que Tú me has dado. 4Él es lo que yo soy en verdad. 5Él es el Hijo que Tú amas por sobre todas las cosas. 6Él es mi Ser tal como Tú me creaste. 7No es Cristo quien puede ser crucificado. 8A salvo en Tus Brazos, déjame recibir a Tu Hijo.




Instrucciones para la práctica

Ver las instrucciones para la práctica en las instrucciones de la Segunda Parte del Libro de Ejercicios, o en la Tarjeta de Práctica de este libro.

Comentario

De esto es de lo que trata todo: el nacimiento de Cristo en mí. Cuando me aquieto esta mañana, el Hijo del Cielo nace en mí. El malvado ser que inventé desaparece y nace Cristo. Lo que he creído ser no es verdad, Cristo “es lo que yo soy en verdad” (2:4). “Él es mi Ser tal como Tú me creaste” (2:6). Que sienta la maravilla de Él. Que sienta el roce de las alas angélicas observando con alegría mientras me hago consciente de lo que está sucediendo en mí.

¿Por qué nos parece tan difícil conectar con la verdad de todo esto? Mientras intentas sentir la realidad del Ser de Cristo, date cuenta de los pensamientos que surgen en contra de ello. Pensamientos de culpa y de no ser digno, pensamientos burlones, pensamientos de sentir que es una locura, pensamientos de inutilidad. El ego se compone de estos pensamientos, son pensamientos que forman el “malvado ser” (2:2) que te has inventado para ti mismo. No significan nada. Deja que se vayan arrastrados por el viento, y permite que la consciencia de tu verdadera grandeza como creación de Dios ocupe su lugar. Este noble y maravilloso Ser que sientes a veces, y quizá estás sintiendo ahora, este Ser de Amor sin límite, esta bendición universal, ternura y amabilidad, esto eres tú.

“A salvo en Tus Brazos, déjame recibir a Tu Hijo” (2:8). Cuando nuestra mente acude a la luz dentro de nosotros y busca a Cristo, Él renace en nosotros (L.rV.In.7:3). Lo que hacemos en cada instante que permitimos que el Espíritu Santo ilumine nuestra mente es traer a Cristo a este mundo, dando a luz al santo Hijo de Dios entre nosotros. Somos como María, diciendo: “Hágase en mí Tu Voluntad”.


¿Qué es el Segundo Advenimiento? (Parte 3)

L.pII.9.2:1-2

Continuamos con el punto 4 de la lista: “Estás dispuesto a dejar que el perdón descanse sobre todas las cosas sin excepción y sin reservas”

El Segundo Advenimiento de Cristo es “totalmente inclusivo” (2:1). Todas las mentes sanan juntas. Esto “es lo que le permite envolver al mundo y mantenerte a salvo en su dulce llegada, la cual abarca a toda cosa viviente junto contigo” (2:1). Si algo o alguien estuviera excluido del perdón, ¿cómo podría haber perfecta paz? Todavía existiría el conflicto. Porque el Segundo Advenimiento “abarca a toda cosa viviente” (2:1). Estamos todos juntos a salvo. El perdón es total y universal, de todas las cosas a todas las cosas.

“La liberación a la que el Segundo Advenimiento da lugar no tiene fin, pues la creación de Dios es ilimitada” (2:2). No tiene fin, no deja fuera a nada. Toda atadura, toda sensación de esclavitud, toda limitación desaparecen. Éste es el final que mantenemos en nuestra mente mientras hacemos nuestra pequeña parte, perdonando a todos los que nos han sido enviados en nuestras relaciones cada día. Llegará el día en que mi mente y la tuya ya no albergarán ni un solo resentimiento contra nadie o contra nada, y en el que nadie ni nada albergue ningún resentimiento contra nosotros. Toda culpa y toda ira habrán desaparecido. “Dios Mismo enjugará todas las lágrimas” (L.301). Donde antes veíamos oscuridad, vemos la luz (L.302). ¡Qué dicha más pura y auténtica traerá ese día! Entonces la Voluntad de Dios para nosotros, nuestra perfecta felicidad, se hará realidad en nosotros y la conoceremos, y nuestros corazones se desbordarán de eterna gratitud y acción de gracias, mientras unimos nuestra voz una vez más a la canción de Amor olvidada, que llena todo el universo.






TEXTO 

VIII. La inminencia de la salvación


1. El único problema pendiente es que todavía ves un intervalo entre el momento en que perdonas y el momento en que recibes los beneficios que se derivan de confiar en tu hermano. 2Esto tan sólo refleja la pequeña distancia que aún deseas interponer entre vosotros para que os mantenga un poco separados. 3Pues el tiempo y el espacio son la misma ilusión, pero se manifiestan de forma diferente. 4Si se ha proyectado más allá de tu mente, pien­sas que es el tiempo. 5Cuanto más cerca se trae a tu mente, más crees que es el espacio.

2. Quieres conservar cierta distancia entre vosotros para que os mantenga separados, y percibes ese espacio como el tiempo por­que aún crees que eres algo externo a tu hermano. 2Eso hace que la confianza sea imposible. 3no puedes creer que la confianza podría resolver cualquier problema ahora mismo. 4Crees, por lo tanto, que es más seguro seguir siendo un poco cauteloso y conti­nuar vigilando lo que percibes como tus intereses separados. 5Desde esta perspectiva te es imposible concebir que puedas obte­ner lo que el perdón te ofrece ahora mismo. 6En el intervalo que crees que existe entre dar el regalo y recibirlo parece que tienes que sacrificar algo y perder por ello. 7Ves la salvación como algo que tendrá lugar en el futuro, pero no ves resultados inmediatos.

3. Sin embargo, la salvación es inmediata. 2A no ser que la perci­bas así, tendrás miedo de ella, creyendo que, entre el momento en que aceptas su propósito como el tuyo propio y el momento en que sus efectos llegan hasta ti, el riesgo de pérdida es inmenso. 3De esta manera, el error que da lugar al miedo sigue oculto. 4La salvación eliminaría la brecha que todavía percibes entre vosotros y permitiría que os convirtieseis en uno instantáneamente. 5Y es ésto lo que crees que supondría una pérdida. 6No proyectes este temor en el tiempo, pues el tiempo no es el enemigo que tú perci­bes. 7El tiempo es tan neutral como el cuerpo, salvo en lo que respecta al propósito que le asignas. 8Mientras todavía quieras conservar un pequeño espacio entre vosotros, querrás tener un poco más de tiempo en el que aún puedas negar el perdón. 9Y esto no podrá sino hacer que el intervalo que transcurre entre el momento en que niegas el perdón y el momento en que lo otor­gas parezca peligroso, y el terror, justificado.

4. Mas el espacio que hay entre vosotros es evidente sólo en el presente, ahora mismo, y no se puede percibir en el futuro. 2Tam­poco es posible pasarlo por alto, excepto en el presente. 3No es lo que puedas perder en el futuro lo que temes. 4Lo que te aterroriza es unirte en el presente. 5¿Quién puede sentir desolación, excepto en el momento presente? 6Una causa futura aún no tiene efectos. 7Por lo tanto, eso quiere decir que si sientes temor, su causa se encuentra en el presente. 8Y es esa causa la que necesita correc­ción, no un estado futuro.

5. Todos los planes que haces para tu seguridad están centrados en el futuro, donde no puedes planear. 2Todavía no se le ha asig­nado ningún propósito al futuro, y lo que va a ocurrir aún no tiene causa. 3¿Quién puede predecir efectos que no tienen causa? 4¿Y quién podría tener miedo de dichos efectos a no ser que pen­sase que éstos ya han sido causados y los juzgase como desastro­sos ahora? 5La creencia en el pecado da lugar al miedo, y, al igual que su causa, mira hacia adelante y hacia atrás, pero pasa por alto lo que se encuentra aquí y ahora. 6Su causa, sin embargo, sólo puede estar aquí y ahora si sus efectos ya se han juzgado como temibles. 7Mas cuando se pasa esto por alto se protege la causa y se la mantiene alejada de la curación. 8Pues el milagro es algo que es ahora. 9Se encuentra ya aquí, en gracia presente, dentro del único intervalo de tiempo que el pecado y el miedo han pasado por alto, pero que, sin embargo, es el único tiempo que hay.

6. Llevar a cabo la corrección en su totalidad no requiere tiempo en absoluto. 2Pero aceptar que la corrección se puede llevar a cabo parece prolongarse una eternidad. 3El cambio de propósito que el Espíritu Santo le brindó a tu relación encierra en sí todos los efectos que verás. 4Éstos se pueden ver ahora. 5¿Por qué espe­rar a que se manifiesten en el transcurso del tiempo, temiendo que tal vez no se den, cuando ya se encuentran aquí? 6Se te ha dicho que todo lo que procede de Dios es para el bien. 7Sin embargo, parece como si no fuera así. 8No es fácil dar crédito de antemano al bien que se presenta en forma de desastre, 9ni es ésta una idea que tenga sentido.

7. ¿Por qué habría de aparecer el bien en forma de mal? 2¿Y no sería un engaño si lo hiciese? 3Su causa está aquí, si es que apa­rece en absoluto. 4¿Por qué, entonces, no son evidentes sus efec­tos? 5¿Por qué razón se ven en el futuro? 6Y procuras contentarte con suspirar y "razonar" que no entiendes esto ahora, pero que algún día lo entenderás 7que su significado te resultará claro entonces. 8Esto no es razonar, pues es injusto, y alude claramente al castigo hasta que el momento de la liberación sea inminente. 9Pero puesto que el propósito de la relación ha cambiado ahora para el bien, no hay razón para un intervalo en que azote el desastre, el cual se percibirá algún día como algo "bueno", aun­que ahora se perciba como doloroso. 10Esto es un sacrificio del ahora, que no puede ser el precio que el Espíritu Santo exige por lo que ha dado gratuitamente.

8Esta ilusión, no obstante, tiene una causa que, aunque falsa, tiene que estar en tu mente ahora. 2esta ilusión es tan sólo un efecto que tu mente engendra y una forma de percibir su resul­tado. 3Este intervalo de tiempo, en el que se percibe la represalia como la forma en la que se presenta el "bien", es sólo un aspecto de la diminuta brecha que hay entre vosotros, la cual todavía no se ha perdonado.

9. No te contentes con la idea de una felicidad futura. 2Eso no significa nada ni es tu justa recompensa. 3Pues hay causa para ser libre ahora. 4¿De qué sirve la libertad en forma de aprisiona­miento? 5¿Por qué habría de disfrazarse de muerte la liberación? 6La demora no tiene sentido, y el "razonamiento" que mantiene que los efectos de una causa presente se tienen que posponer hasta un momento futuro, es simplemente una negación del hecho de que causa y consecuencia tienen que darse simultánea­mente. 7No es del tiempo de lo que te tienes que liberar, sino de la diminuta brecha que existe entre vosotros. 8Y no dejes que ésta se disfrace de tiempo, y que de este modo se perpetúe, ya que al haber cambiado de forma no se puede reconocer como lo que es. 9El propósito del Espíritu Santo es ahora el tuyo. 10¿No debería ser Su felicidad igualmente tuya?

domingo, 29 de octubre de 2017

29 OCTUBRE: Donde antes había tinieblas ahora contemplo la luz.

AUDIOLIBRO



EJERCICIOS 


LECCIÓN 302


Donde antes había tinieblas ahora contemplo la luz.


1. Padre, por fin estamos abriendo los ojos. 2Tu santo mundo nos espera, pues por fin hemos recobrado la visión y podemos ver. 3Pensábamos que estábamos sufriendo. 4Pero era que nos habíamos olvidado del Hijo que Tú creaste. 5Ahora vemos que las tinieblas son el producto de nuestra propia imaginación y que la luz está ahí para que la contemplemos. 6La visión de Cristo transforma las tinieblas en luz, pues el miedo no puede sino desaparecer ante la llegada del amor. 7Déjame perdonar hoy Tu santo mundo, para poder contemplar su santidad y entender que no es sino el reflejo de la mía.

2. Nuestro Amor nos espera conforme nos dirigimos a Él y, al mismo tiempo, marcha a nuestro lado mostrándonos el camino. 2No puede fracasar en nada. 3Él es el fin que perseguimos, así como los medios por los que llegamos a Él.





Instrucciones para la práctica

Ver las instrucciones para la práctica en las instrucciones de la Segunda Parte del Libro de Ejercicios, o en la Tarjeta de Práctica de este libro.

Comentario

Ésta es la transformación que nos trae el cambio en la percepción. Donde veíamos oscuridad, ahora vemos la luz. Lo que parecía un ataque, ahora se convierte en una petición de amor. La demencia de un hermano se convierte en una oportunidad de bendecir. Las piedras en las que antes tropezábamos, se convierten en peldaños en el camino. Todas las cosas se convierten en lecciones que Dios quiere que aprendamos. La luz siempre está ahí, pero veíamos la oscuridad.

“Ahora vemos que las tinieblas son el producto de nuestra propia imaginación y que la luz está ahí para que la contemplemos” (1:5).

Quizá hoy vea una cosa que parezca oscuridad, y recuerde decir: “Donde veo oscuridad, elijo ver la luz”. Quizá recuerde buscar amor en lugar de condena y juicio. Quizá vea una cosa que parece una maldición y aprenda a considerarla como una bendición. Que empiece con pequeños aumentos en lecciones que me acerquen al hogar. Puede estar más allá de mí ahora el mirar a desastres globales y ver la luz en ellos, pero puedo empezar con cosas más cercanas: mis planes que se van al traste, el amigo entrometido, la esposa que se aparta. “Déjame perdonar hoy Tu santo mundo, para poder contemplar su santidad y entender que no es sino el reflejo de la mía” (1:7).

No estamos solos mientras recorremos el camino.

Nuestro Amor nos espera conforme nos dirigimos a Él y, al mismo tiempo, marcha a nuestro lado mostrándonos el camino. No puede fracasar en nada. Él es el fin que perseguimos, así como los medios por los que llegamos a Él. (2:1-3)

Para mí, “Nuestro Amor” significa el Cristo. Para mí, y quizá para algunos de vosotros, Él está representado por Jesús. Quizá piensas en Él como tu Ser más elevado. Él es al mismo tiempo los medios así como la meta de nuestro viaje. Él espera al final, llamándonos hacia Él, y al mismo tiempo Él recorre el camino con nosotros, enseñándonos, guiándonos, y dándonos poder mientras viajamos. Agradezcámosle hoy Su ayuda, y mantengámonos conscientes de ella a lo largo del día.



¿Qué es el Segundo Advenimiento? (Parte 2)

L.pII.9.1:3

Es la invitación que se le hace a la Palabra de Dios para que ocupe el lugar de las ilusiones: la señal de que estás dispuesto a dejar que el perdón descanse sobre todas las cosas sin excepción y sin reservas. (1:3)

Continuación de la parte 1 de la lista de descripciones del Segundo Advenimiento:

3. La invitación que se le hace a la Palabra de Dios para que ocupe el lugar de las ilusiones

Ésta es la visión del Curso acerca del final del mundo y del tiempo. El mundo real viene antes que el Segundo Advenimiento. Nuestra percepción se purifica individual y colectivamente, para que veamos un reflejo del Cielo. Cuando todas las mentes estén de acuerdo con esta percepción, ése es el Segundo Advenimiento. Ésta “es parte de la condición que reinstaura lo que nunca se perdió” (1:2). La purificación de nuestra percepción y la unión de nuestras mentes en esa percepción, “es la invitación que se le hace a la Palabra de Dios para que ocupe el lugar de las ilusiones” (1:3). Nuestras percepciones equivocadas han sido corregidas, nuestras mentes se han unido en la cordura. Ahora está abierto el camino para que Dios dé Su último paso.

4. Estar dispuesto al perdón total


¿En qué consiste la percepción de unidad? En estar “dispuesto a dejar que el perdón descanse sobre todas las cosas sin excepción y sin reservas” (1:3). En otras palabras, estar dispuesto a no ver pecado, sino la perfecta creación de Dios por todas partes. Fíjate en que estas cuatro definiciones se refieren al deshacimiento de los errores que nuestra mente ha inventado, no al cambio externo. Si la mente ha sanado, por supuesto que cambiará el mundo, ya que sólo es el reflejo de nuestro estado mental.

El perdón del que aquí se habla es el estado final de la mente en el que hemos perdonado:

  • todas las cosas: cada persona, cada situación, Dios, nosotros mismos 
  • sin excepción: nada ni nadie queda excluido y 
  • sin reservas: de todo corazón, llenos de alegría, gozosamente

El Segundo Advenimiento es el acontecimiento en el tiempo en el que el perdón es total. No queda condena ni juicio en ninguna mente.

sábado, 28 de octubre de 2017

28 OCTUBRE: Y Dios Mismo enjugará todas las lágrimas.

AUDIOLIBRO



EJERCICIOS 


9. ¿Qué es el Segundo Advenimiento?


1. El Segundo Advenimiento de Cristo, que es tan seguro como Dios, es simplemente la corrección de todos los errores y el resta­blecimiento de la cordura. 2Es parte de la condición que reins­taura lo que nunca se perdió y re-establece lo que es eternamente verdad. 3Es la invitación que se le hace a la Palabra de Dios para que ocupe el lugar de las ilusiones: la señal de que estás dis­puesto a dejar que el perdón descanse sobre todas las cosas sin excepción y sin reservas.

2. La naturaleza totalmente inclusiva del Segundo Advenimiento de Cristo es lo que le permite envolver al mundo y mantenerte a salvo en su dulce llegada, la cual abarca a toda cosa viviente junto contigo. 2La liberación a la que el Segundo Advenimiento da lugar no tiene fin, pues la creación de Dios es ilimitada. 3La luz del perdón ilumina el camino del Segundo Advenimiento porque refulge sobre todas las cosas a la vez y cual una sola. 4Y así, por fin, se reconoce la unidad.

3. El Segundo Advenimiento marca el fin de las enseñanzas del Espíritu Santo, allanando así el camino para el juicio Final, en el que el aprendizaje termina con un último resumen que se exten­derá más allá de sí mismo hasta llegar a Dios. 2En el Segundo Advenimiento todas las mentes se ponen en manos de Cristo, para serle restituidas al espíritu en el nombre de la verdadera creación y de la Voluntad de Dios.

4. El Segundo Advenimiento es el único acontecimiento en el tiempo que el tiempo mismo no puede afectar. 2Pues a todos los que vinieron a morir aquí o aún han de venir, o a aquellos que están aquí ahora, se les libera igualmente de lo que hicieron. 3En esta igualdad se reinstaura a Cristo como una sola Identidad, en la Cual los Hijos de Dios reconocen que todos ellos son uno solo. 4Y Dios el Padre le sonríe a Su Hijo, Su única creación y Su única dicha.

5. Ruega, pues, por que el Segundo Advenimiento tenga lugar pronto, pero no te limites a eso. 2Pues necesita tus ojos, tus oídos, tus manos y tus pies. 3Necesita tu voz. 4Pero sobre todo, necesita tu buena voluntad. 5Regocijémonos de que podamos hacer la Vo­luntad de Dios y unirnos en Su santa luz. 6¡Pues mirad!, el Hijo de Dios es uno solo en nosotros, y podemos alcanzar el Amor de nuestro Padre a través de él.




AUDIOLIBRO




EJERCICIOS 


LECCIÓN 301


Y Dios Mismo enjugará todas las lágrimas.


1. Padre, a menos que juzgue no puedo sollozar. 2Tampoco puedo experi­mentar dolor o sentirme abandonado o creer que no se me necesita en este mundo. 3Éste es mi hogar porque no lo juzgo, y, por lo tanto, es únicamente lo que Tú quieres que sea. 4Hoy lo quiero contemplar sin condenarlo, a través de ojos felices que el perdón haya liberado de toda distorsión. 5Hoy quiero ver Tu mundo en lugar del mío. 6Y me olvidaré de todas las lágrimas que he derramado, pues su fuente ha desaparecido. 7Padre, hoy no juzgaré Tu mundo.                                `

2. El mundo de Dios es un mundo feliz. 2Los que lo contemplan pueden tan sólo sumar a él su propia dicha y bendecirlo por ser causa de una mayor dicha para ellos. 3Llorábamos porque no entendíamos. 4Pero hemos aprendido que el mundo que veíamos era falso, y hoy vamos a contemplar el de Dios.






Instrucciones para la práctica

Este es tu recordatorio mensual de repasar las instrucciones de la práctica. Recuerda, estas instrucciones exponen con detalle las costumbres o hábitos de la práctica diaria que el Libro de Ejercicios está intentando ayudarnos a formar. Si no creas estas costumbres o hábitos, te pierdes lo principal de todo el programa de entrenamiento.

Ver las instrucciones para la práctica en las instrucciones de la Segunda Parte del Libro de Ejercicios

Comentario

El título de esta lección es una cita del Libro de las Revelaciones de la Biblia, versos 7:17 y 21:4. Todos hemos derramado lágrimas en nuestra vida, algunos más que otros. Años atrás, cuando creía en el infierno, solía preguntarme cómo podría Dios enjugar mis lágrimas cuando personas que yo conocía y amaba estaban en el tormento eterno. Solía preguntarme cómo podía Dios ser feliz si la mayoría de Sus criaturas habían sido agarradas por el demonio. Supongo que hacerme esas preguntas es por lo que ya no creo más en esas cosas.

Pero ¿cómo puede Dios enjugar todas las lágrimas? Cuando miramos a nuestro alrededor con nuestra percepción “normal” (deformada por el ego), parece imposible no derramar algunas lágrimas, por lo menos, por el sufrimiento y la injusticia de la vida y la muerte. La respuesta del Curso es que ya no veremos con esa percepción, veremos con una nueva clase de visión.

“A menos que juzgue no puedo sollozar” (1:1). ¿Cómo enjugará nuestras lágrimas? Eliminando todo juicio de nuestra mente.

Miramos al mundo y lo juzgamos. Lo juzgamos injusto y enemigo nuestro. Juzgamos que unos son los que atacan y otros las víctimas. La mayoría de nosotros consideramos todo eso real. Si el pecado y el sufrimiento son reales en el análisis final, entonces las lágrimas son inevitables. “Pero hemos aprendido que el mundo que veíamos era falso” (2:4). No real, sino falso. Es una ilusión que hemos proyectado, únicamente existe en mi mente. No puedo culparlo por mi sufrimiento porque el único que me he atacado soy yo. El único que ha sido injusto soy yo. Estoy viendo en el mundo un reflejo de lo que creo que he hecho en relación con Dios y con mis hermanos, y nada más que eso. Cuando aprenda a perdonar al mundo y a aceptar la Expiación para mí mismo, ya no veré el mundo de esa manera.

Me parece que Jesús nos habla desde una posición elevada y me está incluyendo a mí en esa posición. No creo que ya he aprendido la irrealidad del mundo todavía, el mundo todavía me parece bastante real, y todavía lloro. El Curso me asegura que una parte de nuestra mente (la única parte que de verdad es real) ya está despierta, y ya sabe que el mundo que vemos es falso. Jesús representa esa parte de nuestra mente que está despierta.

Sin embargo, basado en las afirmaciones del Curso sé que: veré el mundo de esta manera. Llegará el día en que:

No puedo sollozar. Tampoco puedo experimentar dolor o sentirme abandonado o creer que no se me necesita en este mundo. (1:1-2)

Puedo verlo así en cualquier momento que lo elija, en el instante santo, y estoy aprendiendo a permitir que mi percepción sea transformada de acuerdo con esa visión cada día más.

Si parece hipócrita repetir la oración de la lección de hoy, diciendo: “hemos aprendido que el mundo que veíamos era falso” (2:4), piensa de nuevo en esa opinión. Puedes decir: “Pero no lo creo, todavía no lo he aprendido, ¿cómo puedo decirlo?” ¡Por supuesto que no lo crees! Por eso es por lo que estás haciendo la lección. Si ya lo creyeras, no necesitarías la lección. Sólo durante un instante, deja a un lado tu incredulidad. Imagínate cómo sería saber que toda la fealdad del mundo no es real, que no es nada más que un mal sueño, un viaje feo y amargo, y que no ha sucedido nada realmente, que no se ha perdido nada, y que nadie ha sido herido. Sólo las imágenes proyectadas murieron, la realidad de la vida no ha sido cambiada por el sueño. Sumérgete por un instante en ese estado mental. Esos breves instantes serán suficientes para llevarte al hogar.


¿Qué es el Segundo Advenimiento? (Parte 1)

L.pII.9.1:1-2

La postura del Curso acerca del Segundo Advenimiento es completamente diferente de la mayoría de las enseñanzas de las iglesias cristianas tradicionales. Habitualmente se refiere a una segunda aparición física de Jesús, volviendo (generalmente de una manera sobrenatural, “en nubes de gloria”) para ser el juez y el amo y señor del mundo. Esta sección del Libro de Ejercicios lo define de manera completamente diferente. (El Curso se caracteriza por definir de manera diferente y dar nuevo contenido a la mayoría de las ideas fundamentales del cristianismo). Aquí, el Segundo Advenimiento es:

1. La corrección de los errores (1:1)

En lugar de ser un acontecimiento desastroso que vence al demonio en la batalla del Apocalipsis, el Segundo Advenimiento es una tierna corrección de nuestras creencias equivocadas acerca de la realidad del pecado y de la separación. La antigua creencia del Segundo Advenimiento consideraba al demonio como una fuerza real con una terrible energía propia, una voluntad opuesta a Dios, una voluntad contra la que había que luchar y vencer. El Curso, al considerar el Segundo Advenimiento como la corrección de los errores, no considera al mal como una fuerza real. La oscuridad no es una cosa, ni una sustancia, es únicamente la ausencia de luz. Así que, desde el punto de vista del Curso, el mal no es un opuesto a Dios, sino sólo un error, sólo la idea equivocada de que puede haber un opuesto a Dios. Entonces, el Segundo Advenimiento es simplemente la corrección de esa idea equivocada. No hay nada que vencer ni derrocar. El Segundo Advenimiento simplemente“reinstaura lo que nunca se perdió y re-establece lo que es eternamente verdad” (1:2).

2. El restablecimiento de la cordura (1:2)

Todas las mentes que han albergado la idea demente de la separación de Dios, serán sanadas de sus errores. En el Curso, el Segundo Avenimiento es un acontecimiento compartido cuando se acabe el tiempo. Es el momento en el que a cada aspecto de la mente del Hijo de Dios que en su locura ha creído estar separado, se le restaura a su consciencia de unidad con todos los otros aspectos de la única mente. Este aspecto compartido se muestra en frases de esta sección más tarde: el momento en que “todas las mentes se ponen en manos de Cristo” (3:2), “los Hijos de Dios reconocen que todos ellos son uno solo” (4:3). Mientras que cualquier parte de la mente única no haya sanado, no se manifiesta la plenitud de Cristo. La “restauración a la cordura” habla de toda la Filiación volviendo a la consciencia de su unidad.

Este aspecto de “Completo” del mensaje del Curso es la motivación para que cada uno de nosotros extendamos la sanación al mundo. Sin nuestros hermanos no podemos conocer completamente nuestra Identidad, pues todos ellos son parte de nuestra misma Identidad. La sanación de mi hermano es la mía. Nadie puede quedar fuera del Círculo de la Expiación. Nadie es excluido.

Eres el Hijo de Dios, un solo Ser, con un solo Creador y un solo objetivo: brindar a todas las mentes la conciencia de esta unidad, de manera que la verdadera creación pueda extender la Totalidad y Unidad de Dios. (L.95.12:2).

viernes, 27 de octubre de 2017

27 OCTUBRE: Este mundo dura tan sólo un instante.

AUDIOLIBRO



EJERCICIOS 


LECCIÓN 300


Este mundo dura tan sólo un instante.


1. Este pensamiento se puede utilizar para expresar que la muerte y el pesar es lo que le espera a todo aquel que viene aquí, pues sus alegrías desaparecen antes de que las pueda disfrutar o incluso tener a su alcance. 2Mas es también la idea que no permite que ninguna percepción falsa nos mantenga en su yugo, ni represente más que una nube pasajera en un firmamento eternamente despe­jado. 3Y es esta calma, clara, obvia y segura, lo que buscamos hoy.

2. Hoy vamos en busca de TU mundo santo. 2Pues nosotros, Tus amoro­sos Hijos, perdimos el rumbo por un momento. 3Mas al haber escuchado Tu Voz hemos aprendido exactamente lo que tenemos que hacer para que se nos restituya el Cielo y nuestra verdadera Identidad. 4Y damos gra­cias hoy de que el mundo dure tan sólo un instante. 5Queremos ir más allá de ese ínfimo instante y llegar a la eternidad.






Instrucciones para la práctica

Ver las instrucciones para la práctica en las instrucciones de la Segunda Parte del Libro de Ejercicios, o en la Tarjeta de Práctica de este libro.

Comentario

Qué gran lección con la que terminar una serie de diez días en los que hemos estado pensando en la Sección “¿Qué es el mundo real?” Aquí el pensamiento es la otra cara del instante santo. Este mundo no es más que un instante no santo. Sólo existen dos instantes, y estamos en uno o en el otro todo el tiempo.

La idea de hoy podría tomarse de manera negativa, pensando en lo pasajero de la naturaleza de la vida, “una breve vela” como la llamó Shakespeare, en la que “sus alegrías desaparecen antes de que las pueda disfrutar o incluso tener a su alcance” (1:1). Por otra parte, ¡lo corto de la existencia en este mundo puede ser un pensamiento muy esperanzador! “Mas es también la idea que no permite que ninguna percepción falsa nos mantenga en su yugo, ni represente más que una nube pasajera en un firmamento eternamente despejado” (1:2).

La alucinación que es este mundo no es más que una nube pasajera que está atravesando la serenidad de nuestra mente recta. Nuestras percepciones falsas no durarán más que un instante y luego habrán desaparecido. Como un niño en un viaje largo en coche, “pronto” nos puede parecer muy, muy largo, pero nuestro Padre sabe que el final es seguro. Las nubes de nuestra percepción falsa, desaparecerán, el sol saldrá de nuevo, habiendo estado oculto sólo por un instante. Nuestra mente reconocerá su propia serenidad una vez más.

“Y es esta calma, clara, obvia y segura, lo que buscamos hoy”. (1:3)

Que busque hoy esa serenidad. Que la vea ahora, y en cada instante que hoy recuerde hacerlo. Que me abra a ese instante santo, y que recuerde que más allá de las nubes que parecen oscurecer mi mente, el sol sigue brillando sin interrupción. Que me sienta contento y agradecido de que “el mundo dure tan sólo un instante” (2:4). Que vaya “más allá de ese ínfimo instante y llegue a la eternidad” (2:5). Voy a hacerlo ahora. Que llegue a ese otro estado mental a menudo hoy.


¿Qué es el mundo real? (Parte 10)

L.pII.8.5:3-4

“Un sólo instante” el instante para que Dios dé Su paso final (5:2), “ese instante es nuestro objetivo, pues en él yace el recuerdo de Dios” (5:3). Una semejanza que me viene a la mente es la de un equipo de fútbol intentando ganar la Super Copa. El “paso final” es ganar el trofeo, por así decirlo. Ésa es la meta final del equipo. Pero realmente no tiene nada que ver con el trofeo, su tarea es ganar partidos y llegar a ese momento de la victoria. Entonces el trofeo se lo conceden los oficiales de la Liga Nacional de Fútbol. Aunque la imagen de luchar por una victoria contra los contrarios no encaja en nuestra consecución del mundo real, la idea general sí está relacionada. Nuestra tarea consiste únicamente en llegar al punto (mundo real) en el que conseguir el trofeo (el recuerdo de Dios) es posible, pero el paso final es Dios Mismo Quien lo da. No estamos aprendiendo a recordar a Dios. Estamos aprendiendo a olvidar todo lo que impide ese recuerdo, a eliminar todo el falso aprendizaje que hemos interpuesto entre nuestra mente y la verdad. Cuando hayamos eliminado los obstáculos con la ayuda del Espíritu Santo, el recuerdo de Dios regresará por sí mismo.

“Y al contemplar un mundo perdonado” (ése es el resultado del trabajo que hemos hecho con el Espíritu Santo, aprendiendo a perdonar), “Él es Quien nos llama y nos viene a buscar para llevarnos a casa” (Dios es Quien nos lleva más allá del mundo real), “recordándonos nuestra Identidad, la cual nos ha sido restituida mediante nuestro perdón” (5:4). Cuando hayamos perdonado al mundo, se nos restaura el recuerdo de Dios y también el recuerdo de nuestra propia Identidad en Él. Esta última parte no es algo que hacemos nosotros “Él es Quien nos llama y nos viene a buscar para llevarnos a casa”.

Esto no es sólo un asunto teológico interesante. Tiene consecuencias prácticas. A veces, cuando hemos empezado una búsqueda espiritual, el ego puede distraernos haciendo que intentemos llegar directamente a Dios. Podemos quedarnos enredados en una lucha por intentar recordar a Dios, intentar recordar nuestra Identidad como Hijo de Dios. Aunque ésta es nuestra meta final (como el trofeo en la Super Copa), si hacemos de ello el objeto de todos nuestros esfuerzos directos, jamás llegaremos allí. Eso sería como intentar robar el trofeo en lugar de ganarlo legalmente. Nuestra atención tiene que centrarse en hacer lo que nos preparará para recibir el recuerdo de Dios de Su propia mano. Es decir, perdonar. Si nuestra meta inmediata es recordar a Dios o nuestra Identidad, estamos intentando evitar los pasos que son necesarios para alcanzar esa meta. No podemos saltarnos esos pasos.

Perdonaré, y esto desaparecerá.

Repite estas mismas palabras ante toda aprensión, preocupación o sufrimiento. Y entonces estarás en posesión de la llave que abre las puertas del Cielo y que hace que el Amor de Dios el Padre llegue por fin hasta la tierra para elevarla hasta el Cielo. Dios Mismo dará este paso final. No te niegues a dar los pequeños pasos que te pide para que puedas llegar hasta Él. (L.193.13:3-7)







TEXTO  


10La salvación, perfecta e íntegra, sólo pide que desees, aunque sea mínimamente, que la verdad sea verdad; que estés dispuesto, aunque no sea del todo, a pasar por alto lo que no existe; y que abrigues un leve anhelo por el Cielo como lo que prefieres a este mundo, donde la muerte y la desolación parecen reinar. 2la creación se alzará dentro de ti en jubilosa respuesta, para reem­plazar al mundo que ves por el Cielo, el cual es completamente perfecto e íntegro. 3¿Qué es el perdón, sino estar dispuesto a que la verdad sea verdad? 4¿Qué puede permanecer enfermo y sepa­rado de la Unidad que encierra dentro de Sí todas las cosas? 5El pecado no existe. 6cualquier milagro es posible en el instante en que el Hijo de Dios percibe que sus deseos y la Voluntad de Dios son uno.

11. ¿Qué dispone la Voluntad de Dios? 2Dispone que Su Hijo lo tenga todo. 3Él garantizó esto cuando lo creó para que fuese todo. 4Es imposible perder nada, si lo que tienes es lo que eres. 5Éste es el milagro mediante el cual la creación se convirtió en tu función, la cual compartes con Dios. 6Esto no se entiende estando separado de Él, y, por lo tanto, no tiene sentido en este mundo. 7Aquí el Hijo de Dios no pide mucho, sino demasiado poco, 8pues está dispuesto a sacrificar la identidad que comparte con todo, a cambio de su propio miserable tesoro. 9Mas no puede hacer esto sin experimentar una sensación de desolación, de pérdida y de soledad. 10Éste es el tesoro tras el que ha ido en pos. 11Y sólo puede tener miedo de ello. 12¿Es acaso el miedo un tesoro? 13¿Puede ser la incertidumbre tu deseo? 14¿O es simplemente que te has equi­vocado con respecto a lo que es tu voluntad y a lo que realmente eres?

12. Examinemos en qué consiste el error, a fin de que pueda ser corregido, no encubierto. 2El pecado es la creencia de que el ata­que se puede proyectar fuera de la mente en la que se originó la creencia. 3Aquí la firme convicción de que las ideas pueden aban­donar su fuente se vuelve real y significativa. 4Y de este error surge el mundo del pecado y del sacrificio. 5Este mundo es un intento de probar tu inocencia y, al mismo tiempo, de atribuirle valor al ataque. 6Su fallo estriba en que sigues sintiéndote culpa­ble, aunque no entiendes por qué. 7Los efectos se ven como algo aparte de su fuente, y no parece que puedas controlarlos o impe­dir que se produzcan. 8Y lo que de esta manera se mantiene aparte jamás se puede unir.

13. Causa y efecto no son dos cosas separadas, sino una sola. 2Dios dispone que aprendas lo que siempre ha sido verdad: que Él te creó como parte Sí Mismo y que esto no puede sino seguir siendo verdad porque las ideas no abandonan su fuente. 3Ésta es la ley de la creación: que cada idea que la mente conciba sólo sirva para aumentar su abundancia y nunca para disminuirla. 4Esto es tan cierto con respecto a lo que se desea vanamente como con res­pecto a lo que la voluntad dispone verdaderamente, ya que la mente puede desear ser engañada, pero no puede hacer de sí misma lo que no es. 5creer que las ideas pueden abandonar su fuente es tratar inútilmente de hacer que las ilusiones sean ver­dad. 6Pues nunca será posible engañar al Hijo de Dios.

14 . El milagro es posible cuando causa y consecuencia se traen frente a frente, no cuando se mantienen aparte. 2Curar un efecto y no su causa tan sólo puede hacer que el efecto cambie de forma. 3Y esto no es liberación. 4El Hijo de Dios jamás se podrá contentar con nada que no sea la completa salvación y escape de la culpabi­lidad, 5pues, de otro modo, seguirá exigiéndose a sí mismo alguna clase de sacrificio, negando así que todo es suyo, y que no es sus­ceptible de sufrir ninguna clase de pérdida. 6Los efectos que pro­duce un pequeño sacrificio son iguales a los que produce toda la idea de sacrificio en sí. 7Si cualquier clase de pérdida fuese posi­ble, entonces el Hijo de Dios no sería pleno ni podría ser quien es. 8No podría tampoco conocerse a sí mismo ni reconocer su volun­tad. 9Habría abjurado de su Padre y de sí mismo, haciendo de Ambos sus enemigos acérrimos.

15. Las ilusiones apoyan el propósito para el que fueron concebi­das. 2Y cualquier significado que parezcan tener se deriva de ese propósito. 3Dios dio a todas las ilusiones que se concibieron, sea cual fuere su forma, otro propósito que justificase un milagro. 4En cada milagro radica la curación en su totalidad, pues Dios respondió a todas las ilusiones cual una sola. 5lo que es uno para Él, no puede sino ser todo lo mismo. 6Si tú crees que lo que es lo mismo es diferente, no haces sino engañarte a ti mismo. 7Lo que Dios considera uno solo, será eternamente uno solo y jamás estará dividido. 8Su Reino está unido: así fue creado y así será para siempre.

16. El milagro no hace sino invocar tu nombre ancestral, que reco­nocerás porque la verdad se encuentra en tu memoria. 2ése es el nombre que tu hermano invoca para su liberación y para la tuya. 3El Cielo refulge sobre el Hijo de Dios. 4No lo niegues, para que así puedas ser tú liberado. 5El Hijo de Dios renace en cada ins­tante, hasta que elige no volver a morir. 6En cada deseo de ataque elige la muerte en lugar de lo que la Voluntad de su Padre dis­pone para él. 7Mas cada instante le ofrece vida porque su Padre dispone que él viva.

17. La crucifixión se abandona en la redención porque donde no hay dolor ni sufrimiento no hay necesidad de curación. 2El per­dón es la respuesta a cualquier clase de ataque. 3De esta manera, se cancelan los efectos del ataque, y se responde al odio en nom­bre del amor. 4Gloria eterna a ti que se te ha encomendado salvar al Hijo de Dios de la crucifixión, del infierno y de la muerte. 5Pues tienes el poder de salvar al Hijo de Dios porque su Padre así lo dispuso. 6Y en tus manos yace la salvación, para ser ofre­cida y recibida como una.

18Usar el poder que Dios te ha dado como Él quiere que se use es algo natural. 2No es arrogancia ser como Él te creó ni hacer uso de lo que te dio como respuesta a todos los errores de Su Hijo para así liberarlo. 3Pero sí es arrogancia despreciar el poder que Él te dio y elegir un nimio e insensato deseo en vez de lo que Su Voluntad dispone. 4El don que Dios te ha dado es ilimitado. 5No hay circunstancia en la que no se pueda usar como respuesta ni problema que no se resuelva dentro de su misericordiosa luz.

19. Mora en paz, donde Dios quiere que estés. 2sé el instrumento por el que tu hermano puede hallar la paz en la que tus deseos se ven colmados. 3Unámonos para derramar bendiciones sobre el mundo del pecado y de la muerte. 4Pues lo que puede salvar a cualquiera de nosotros puede salvarnos a todos. 5No hay diferen­cias entre los Hijos de Dios. 6La unidad que el especialismo* niega, los salvará a todos, pues en lo que es uno no hay cabida para el especialismo. 7Y todo les pertenece a todos por igual. 8Ningún deseo puede interponerse entre un hermano y lo que es semejante a él. 9Arrebatarle algo a uno de ellos es desposeerlos a todos. 10Mas bendecir a uno de ellos, es bendecirlos a todos cual uno solo.

20. Tu nombre ancestral es el nombre de todos ellos, tal como el de ellos es el tuyo. 2lnvoca el nombre de tu hermano y Dios te contes­tará, pues es a Él a Quien invocas. 3¿Podría Él negarse a contestar cuando ya ha contestado a todos los que lo invocan? 4Un milagro no puede cambiar nada en absoluto. 5Pero puede hacer que lo que siempre ha sido verdad sea reconocido por aquellos que lo desco­nocen; y mediante este pequeño regalo de verdad se le permite a lo que siempre ha sido verdad ser lo que es, al Hijo de Dios ser él mismo y a toda la creación ser libre para invocar el Nombre de Dios cual una sola.