DESPERTAR AL AMOR

sábado, 14 de octubre de 2017

14 OCTUBRE: Tú eres mi única meta, Padre mío, sólo Tú.

AUDIOLIBRO



EJERCICIOS 


LECCIÓN 287


Tú eres mi única meta, Padre mío, sólo Tú.


1. ¿Adónde querría ir sino al Cielo? 2¿Qué podría sustituir a la felicidad? 3¿Qué regalo podría preferir a la paz de Dios? 4¿Qué tesoro querría buscar, hallar y conservar que pudiera compararse con mi Identidad? 5¿Cómo iba a preferir vivir con miedo que con amor?

2. Tú eres mi meta, Padre mío. 2¿Qué otra cosa aparte de Ti podría desear? 3¿Qué otro camino iba a desear recorrer sino el que conduce a Ti? 4¿Y qué otra cosa sino Tu recuerdo podría significar para mí el final de los sueños y de las sustituciones fútiles de la verdad? 5Tú eres mi única meta. 6Tu Hijo desea ser como Tú lo creaste. 7¿De qué otra manera, sino, podría esperar reconocer a mi Ser y volverme uno con mi Identidad?




Instrucciones para la práctica

Ver las instrucciones para la práctica en las instrucciones de la Segunda Parte del Libro de Ejercicios, o en la Tarjeta de Práctica de este libro.

Comentario

Esta lección es muy elevada. Es algo que diría una persona que ya vive en el Mundo Real, una oración del corazón de Cristo dentro de mí. Son los pensamientos del corazón de Cristo, expresados en palabras, es el modo de pensar que busco escuchar todo el tiempo. Y por eso es verdad para mí, puedo decir estas palabras con honestidad, aunque sé que a menudo escucho al ego, que persigue cualquier meta menos a Dios.

Si siento que no puedo decir con honestidad: “Tú eres mi única meta, Padre mío, sólo Tú”, entonces que mire con honestidad y sin miedo a las otras metas que todavía valoro. Que me pregunte a mí mismo: “¿Qué podría sustituir a la felicidad? ¿Qué regalo podría preferir a la paz de Dios?” (1:2-3). Está claro que cualquier otra meta es una locura. Cualquier meta que me distraiga de la paz de Dios no es digna de mí.

Si tengo otra meta, no puedo decir: “Sólo Tú”, entonces lo que deseo es ir a otro lugar distinto del Cielo, estoy buscando un sustituto de la felicidad, estoy buscando algo que creo que es preferible a la paz de Dios, estoy buscando encontrar y conservar algo que creo que es mejor que mi propia Identidad, estoy eligiendo vivir con miedo en lugar de con amor.

Es así de sencillo.

En el Curso Jesús me asegura que no tengo por qué sentir vergüenza de reconocer estas cosas acerca de mí. Reconocer mis falsas metas es el comienzo de la sabiduría. Todo lo que necesito es reconocer lo que estoy haciendo, qué otras metas estoy eligiendo, y el poder de todas esas cosas desaparecerá. Fingir amar sólo a Dios mientras que secretamente tenemos otras metas es una garantía segura de fracaso y de infelicidad. El reconocimiento honesto de esas otras metas, y de mi responsabilidad por elegirlas, es el camino seguro a la liberación de ellas.


¿Qué es el Espíritu Santo? (Parte 7)

L.pII.7.4:1

Desde el conocimiento, donde Dios lo ubicó, el Espíritu Santo te exhorta a dejar que el perdón repose sobre tus sueños para que puedas recobrar la cordura y la paz interior. L.pII.7.4:1

Dios puso al Espíritu Santo en el conocimiento. El conocimiento no es un lugar sino un estado, un estado de saber. El Espíritu Santo conoce la verdad, conoce la realidad, conoce nuestro Ser real, Lo Que somos y Quién somos. Por una parte, está firmemente unido a Dios, al conocimiento y a la realidad. Desde ese lugar de conocimiento nos llama dentro de nuestros sueños. Por otra parte, está firmemente unido a nosotros. Es consciente de nuestros sueños, de lo que pensamos que somos, sabiendo lo que realmente somos. Está perfectamente preparado para sacarnos de nuestros sueños y llevarnos a la verdad de la completa cordura.

Si escuchamos, podemos oírle llamándonos. Podemos darnos cuenta de algo dentro de nosotros que nos impulsa a “dejar que el perdón repose sobre nuestros sueños”. Si estamos haciendo los ejercicios, la disciplina de la práctica del Libro de Ejercicios nos está enseñando a escuchar esa Voz, a responder a ese impulso interno. Poco a poco nos hacemos cada vez más conscientes de las veces en que estamos soñando, poco a poco nos hacemos conscientes de que estamos soñando la mayor parte del tiempo. Podemos dejar que el perdón descanse sobre nuestros sueños al llevárselos al Espíritu Santo y pedirle que Su percepción sustituya a nuestros sueños. Éste es el camino a la cordura, éste es el camino a la paz mental.


En el Capítulo 5, el primer capítulo del Texto que nos presenta ampliamente al Espíritu Santo y Su lugar en nuestro regreso a Dios, a menudo se Le nombra como “la Llamada”: “la Llamada a la Expiación”, “la Llamada a regresar”, “la Llamada a la dicha”, “la Llamada a despertar y ser feliz” y “la Llamada a Dios”. Esta Llamada es algo dentro de nuestra propia mente. Algo que nos acerca al hogar; si estás leyendo este Curso, has sentido esa Llamada y respondido a Ella. Podemos separarnos de esa Llamada y apartarla de nuestra consciencia, o podemos voluntariamente dirigir nuestra atención a Ella y escuchar. Siempre nos llama al perdón, tanto a perdonar como a aceptar el perdón. Su propósito es el final de la culpa. Siempre nos habla de inocencia. Siempre busca que nos alejemos del camino del miedo y vayamos al camino del amor. Si Le dedicamos toda nuestra atención, Él nos guiará al hogar con total seguridad. Él conoce el camino.




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