DESPERTAR AL AMOR

sábado, 13 de enero de 2018

13 ENERO: Un mundo sin significado engendra temor.

AUDIOLIBRO




EJERCICIOS



LECCION 13

Un mundo sin significado engendra temor.

1. La idea de hoy es realmente una variación de la anterior, excepto que es más específica en cuanto a la emoción suscitada. 2De hecho, un mundo sin significado es imposible. 3Lo que no tiene significado no existe. 4Sin embargo, de eso no se deduce que tú no puedas pensar que percibes algo que no tiene significado. 5Por el contrario, eres especialmente propenso a pensar que sí lo percibes.

2. El reconocimiento de esa falta de significado produce una aguda ansiedad en todos los que se perciben como separados. 2Representa una situación en la que Dios y el ego se "desafían" entre sí con respecto a qué significado ha de escribirse en el espa­cio vacío provisto por dicha falta. 3El ego se abalanza frenéticamente para establecer allí sus propias ideas, temeroso de que, de otro modo, el vacío pueda ser utilizado para demostrar su propia impotencia e irrealidad. 4Y solamente en esto está en lo cierto.

3. Es esencial, por lo tanto, que aprendas a reconocer lo que no tiene significado y a aceptarlo sin temor. 2Si tienes miedo, no podrás por menos que dotar al mundo con atributos que no posee, y abarrotarlo con imágenes que no existen. 3Para el ego, las ilusiones son dispositivos de seguridad, como deben serlo también para ti que te equiparas con él.

4. Los ejercicios de hoy, que deben hacerse unas tres o cuatro veces, sin que excedan un minuto cada vez, han de practicarse de manera ligeramente distinta de los anteriores. 2Repite la idea de hoy para tus adentros con los ojos cerrados. 3Luego abre los ojos y mira lentamente a tu alrededor mientras dices:

4Estoy contemplando un mundo que no tiene significado.

5Repite esta afirmación para tus adentros mientras miras a tu alre­dedor. 6Luego cierra los ojos y concluye con:

7Un mundo que no tiene significado engendra temor por­que creo que estoy compitiendo con Dios.

5. Tal vez te resulte difícil evitar resistirte, en una forma u otra, a esta última afirmación. 2Sea cual fuere la forma en que se mani­fieste dicha resistencia, recuérdate a ti mismo que en realidad tie­nes miedo de esa clase de pensamiento debido a la "venganza" del "enemigo”. 3No se espera que a estas alturas creas esta afirma­ción, y probablemente la descartarás por considerarla absurda. 4Observa cuidadosamente, no obstante, cualquier señal de temor patente o encubierto que dicha afirmación pueda suscitar.

6. Ésta es la primera vez que intentamos exponer una relación explícita de causa y efecto de una clase que aún eres muy inex­perto en reconocer. 2No te enfrasques en esa última afirmación, y no trates ni siquiera de pensar en ella, excepto durante las sesio­nes de práctica. 3Eso es suficiente por ahora.



Instrucciones para la práctica

Propósito: El mismo que ayer.

Ejercicio: Tres o cuatro veces, durante 1 minuto más o menos (no más). 

  • Cierra los ojos y repite la idea. 
  • Abre los ojos y mira lentamente a tu alrededor. Mientras lo haces así, repite una y otra vez: “Estoy contemplando un mundo que no tiene significado”. 
  • Cierra los ojos y di: “Un mundo que no tiene significado engendra temor porque creo que estoy compitiendo con Dios”.


Observaciones: No te preocupes si no te crees la afirmación final. Puedes pensar que es una locura y puede que te resistas a ella. Todo eso es normal. Simplemente date cuenta de tu resistencia, cualquier forma que tome, y dite a ti mismo que la verdadera razón de ello es que esta frase despierta tu miedo oculto a la venganza de Dios. Muy dentro de ti crees que, si te das prisa y escribes tu significado sobre la pizarra en blanco del mundo, has derrotado temporalmente a Dios. Como resultado, crees que ahora te enfrentas a su ira. Para hacerle frente a esta creencia la has enterrado muy profundo en tu inconsciente, pero la afirmación final de hoy la saca de nuevo a la superficie. Por eso es por lo que temes a la afirmación y estás impaciente por desecharla. A causa de todo esto, trata de no pensar en ello excepto durante los ejercicios.

Comentario

Más que molestarnos, el mundo sin significado que vemos produce miedo dentro de nosotros. Después de pasar varios días convenciéndonos, así parece, de que el mundo no significa nada, el Curso “le da la vuelta”:

De hecho, un mundo sin significado es imposible. Lo que no tiene significado no existe. (1:2-3)

La Introducción al Curso afirma que: “Nada irreal existe” (T.In.2:3), y ahora se nos dice que no existe nada sin significado (1:3). La situación no es que existan cosas sin significado y que tengamos miedo porque las vemos; lo que sucede es que pensamos que percibimos cosas sin significado y nos apresuramos a escribir sobre ellas nuestro propio significado. No vemos significado porque no queremos ver el significado que Dios ya les ha dado.

Cuando vemos lo que no tiene significado se produce ansiedad dentro de nosotros:

Representa una situación en la que Dios y el ego se “desafían” entre sí con respecto a qué significado ha de escribirse en el espacio en blanco provisto por dicha falta. El ego se abalanza frenéticamente para establecer allí sus propias ideas, temeroso de que, de otro modo, el vacío pueda ser utilizado para demostrar su propia impotencia e irrealidad. Y solamente en esto está en lo cierto. (2:2-4)

Si el ego no se apresurase a dar su propio significado, el significado establecido por Dios, ciertamente, demostraría la irrealidad del ego. Por eso el ego se imagina que ve un espacio sin significado en el que poner el suyo propio, teme al significado que Dios ya ha dado. Nosotros le damos nuestro propio significado a todo.


El Curso insiste en que si no nos apresurásemos a poner nuestro propio significado, el mensaje que oiríamos sería de amor y belleza. Esto es cierto, no importa cuál parezca ser la “situación externa”. Por ejemplo, un hermano puede estar totalmente engañado por su ego y atacarnos de palabra. El mensaje que oímos en sus palabras, no importa su forma, es el que elegimos escuchar. Le damos el significado que pensamos que nuestro hermano nos está transmitiendo.

Si mi mente estuviese en sintonía con el Espíritu Santo, no importa lo que otro haga o diga, yo oiría un mensaje que afirma el Cristo en él y en mí, y que motiva mi amor. (Para una larga y complicada sección sobre este tema, ver Texto, Capítulo 9, Sección II: “La Respuesta a la Oración”, que en parte dice: “El mensaje que tu hermano te comunica depende de ti. ¿Qué te está diciendo? ¿Qué desearías que te dijese? Lo que hayas decidido acerca de tu hermano determina el mensaje que recibes” (T.9.II.5:1-4).


La idea de que estamos compitiendo con Dios y de que tenemos miedo de la venganza de Dios porque estamos luchando contra Él, puede parecer ridícula, como admite la lección. En este nivel, estamos principalmente intentando darnos cuenta de que tenemos miedo de dejar algo sin significado, aunque no nos demos cuenta de por qué tenemos miedo de ello. Nos pide que estemos dispuestos a decir: “No sé lo que esto significa”, ¡verdaderamente tenemos miedo de ello! La lección también nos pide que nos hagamos conscientes de cualquier forma de miedo. No que intentemos vencerlo, sólo que nos demos cuenta de él. Observa que dejar a algo sin darle significado te ocasiona ansiedad, y permítete a ti mismo pensar que quizá la razón es que de algún modo, en algún lugar profundo de tu inconsciente, tienes miedo del significado que Dios podría escribir allí si se lo permitieses.





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