DESPERTAR AL AMOR

jueves, 25 de enero de 2018

25 ENERO: No sé cuál es el propósito de nada.

AUDIOLIBRO



EJERCICIOS

LECCIÓN 25

No sé cuál es el propósito de nada.

1. Propósito es significado. 2La idea de hoy explica por qué nada de lo que ves tiene significado. 3No sabes para qué es. 4Por consi­guiente, no tiene significado para ti. 5Todo existe para tu benefi­cio. 6Para eso es para lo que es; ése es su propósito; ése es su significado. 7Al reconocer esto, tus objetivos se unifican. 8Al reco­nocer esto, lo que ves cobra significado.

2. Tú percibes al mundo y a todo lo que éste contiene como signi­ficativo desde el punto de vista de los objetivos del ego. 2Éstos objetivos no tienen nada que ver con lo que más te conviene, ya que tú no eres el ego. 3Esta falsa identificación no te permite entender cuál es el propósito de nada. 4Consecuentemente, no puedes sino hacer un uso indebido de ello. 5Cuando creas esto, te esforzarás por retirar los objetivos que le has asignado al mundo, en vez de intentar reforzarlos.

3. Otra forma de describir los objetivos que ahora percibes es decir que sólo tienen que ver con tus intereses "personales" . 2Pero puesto que no tienes intereses personales, tus objetivos en reali­dad no guardan ninguna relación con nada. 3Al abrigarlos, por lo tanto, no estás abrigando ningún objetivo en absoluto. 4Por consi­guiente, no sabes cuál es el propósito de nada.

4. Antes de que puedas entender los ejercicios, es necesario un pensamiento adicional. 2En los niveles más superficiales recono­ces el propósito de todas las cosas. 3Sin embargo, el propósito de algo no se puede entender en esos niveles. 4Por ejemplo, entien­des que el propósito de un teléfono es hablar con alguien que no se encuentra físicamente en tu proximidad inmediata. 5Lo que no comprendes es para qué quieres ponerte en contacto con él. 6Y es eso lo que hace que tu contacto con él sea o no significativo.

5. Es fundamental para tu aprendizaje que estés dispuesto a renunciar a los objetivos que le has adjudicado a todas las cosas. 2Reconocer que dichos objetivos no tienen sentido, en vez de con­siderarlos como "buenos" o "malos"; es la única manera de lo­grarlo. 3La idea de hoy es un paso en esa dirección.

6. Hoy se requieren seis sesiones de práctica, cada una de dos mi­nutos de duración. 2Comienza cada sesión repitiendo la idea de hoy lentamente; luego mira a tu alrededor y deja que tu mirada se pose sobre cualquier cosa que te llame la atención, esté lejos o cerca, sea "importante" o "nimia", "humana" o "no humana". 3Mientras tus ojos descansan sobre cada objeto así seleccionado, di,por ejemplo:


4No sé para qué es esa silla.

5No sé para qué es ese lápiz.
6No sé para qué es esta mano.

Dilo lentamente, sin apartar los ojos del objeto hasta que hayas terminado la frase. 8Pasa luego al siguiente y aplica la idea de hoy de la misma manera.




Instrucciones para la práctica

Propósito: Empezar a aprender que los propósitos que le asignas a las cosas no significan nada. Esto te ayudará a abandonar esos propósitos.

Ejercicio: 6 veces, de dos minutos de duración. 

  • Repite la idea lentamente. Luego mira a tu alrededor y deja que tu mirada se pose sobre cada cosa que llame tu atención. Mantén la mirada mientras dices lentamente: “No sé para qué es esa____”. 
  • Luego pasa al siguiente objeto. No hagas distinciones entre las cosas que estén cerca o lejos, que consideres importantes o sin importancia, humanas o no humanas.

Observaciones: Al mirar a un objeto y repetir la idea, puede que te vuelvas consciente de que ves ese objeto como que existe para servir tus necesidades personales. Esto incluye tanto los objetos inanimados como los animados, tales como los cuerpos humanos. Vemos todo a nuestro alrededor como que tiene el propósito de servir a nuestro ser separado. Ése no puede ser su verdadero propósito.

Comentario

¿Te has dado cuenta de que se está acelerando la marcha de las prácticas recomendadas? Ayer pasamos de 5 prácticas de un minuto a 5 prácticas de dos minutos. Hoy las aumentamos a 6 prácticas de dos minutos, ¿Cuántos de nosotros estamos haciendo serios esfuerzos para seguir estas instrucciones? Recuerda que la Introducción dijo que no se nos pide que creamos en las ideas, ni que las aceptemos, ni que las recibamos con agrado, incluso si nos resistimos a ellas no importa. Todo lo que se pide es que “las usemos” (L.In.9:5), “que las apliques tal como se te indique” (L.In.8:3). Nada más que eso se requiere para que sean efectivas. Pero aplicarlas tal como se indica es necesario, si queremos que tengan efecto en nuestra vida.

No sabemos cuál es el propósito de nada. La pregunta a la que apunta la idea de hoy es "¿Para qué es esto?" Esta lección contesta la pregunta “Todo existe para tu beneficio” (1:5), una referencia clara a la idea de ayer: “No percibo lo que más me conviene”. ¿Qué es lo que más me conviene? Todo.

Nosotros no sabemos eso y tampoco nos lo creemos. Valoramos todo según lo bien que sirve a “los propósitos de nuestro ego” (2:1), y puesto que "tu no eres el ego" (2:2), no puede darnos una idea de lo que más nos conviene. Estamos escogiendo las cosas que apoyan a nuestro ego, que no es nuestro Ser y, por lo tanto, lo que estamos haciendo es debilitando nuestro verdadero Ser. (Esa frase “tú no eres el ego” es muy importante, es algo de lo que no nos daríamos cuenta si no se nos dijera.)


Miramos al mundo desde la perspectiva del ego y, literalmente, "asignamos" propósitos a las cosas, propósitos para apoyar a nuestro ego. Cuando las cosas no se ajustan a nuestras expectativas, nos disgustamos. Todas nuestras metas tiene relación con intereses “personales” (3:1). Sin embargo, "Puesto que no tienes intereses personales, tus objetivos en realidad no guardan relación con nada” (3:2). Realmente no tenemos intereses personales porque la “persona” en la que pensamos cuando utilizamos esas palabras no es real. No tenemos metas reales que no compartamos con todas las cosas vivientes, porque todas las cosas vivientes están conectadas, y el compartir es lo que hace que las metas sean reales. Las metas compartidas reconocen la realidad de quién somos. Las metas del ego, no. Por eso, estamos tan confundidos acerca de para qué son las cosas.

La lección señala que, en el nivel superficial, no sabemos cuál es el propósito de las cosas, sabemos que el teléfono es para hablar con alguien que no está presente físicamente. “Sin embargo, el propósito de algo no se puede entender en esos niveles” (4:3). Por ejemplo, no entendemos por qué queremos ponernos en contacto con alguien a través del teléfono.

Podemos pensar que lo sabemos.

Puede que llames a la librería a comprar un libro. Pero, ¿Por qué quieres el libro? ¿Por qué llamar ahora, en este preciso momento? Hay un propósito más profundo en todo, que no entendemos, y que tampoco podemos entenderlo mientras creamos que las metas de las que somos conscientes son las metas reales. Tenemos que “estar dispuestos a renunciar a los objetivos que hemos adjudicado a todas las cosas” (5:1).
Toda la base de nuestro juicio está equivocada porque se asienta en la idea de que hay "cosas" fuera de nosotros que son diferentes de nosotros. No hay nada fuera de nosotros, todo forma parte de nosotros. Mientras partamos de esa base falsa, nuestras metas serán erróneas y nuestros juicios estarán equivocados.

Me parece muy útil recordar que no sé cuál es el significado de nada y que no sé cuál es el propósito de nada. Una llamada de teléfono puede damos "malas noticias", pero puedo decir: "No sé cual es el propósito de esta llamada de teléfono, no sé cuál es el propósito de esta situación, y por lo tanto no puedo juzgarla".

El Curso insiste en nuestra total ignorancia. “Tu confusión entre tu verdadera creación y lo que has hecho de ti mismo es tan grande que se te ha hecho literalmente imposible saber nada" (T.3.V.3:2). Es muy rotundo, ¿verdad? "Literalmente imposible". Esto no es un modo de hablar. Está claro que, si literalmente no sabes nada, no puedes juzgar.

Puesto que pensamos que somos el ego, no podemos saber nada. Nuestra creencia en nuestra identidad como seres separados, dentro de cuerpos, es una creencia central detrás de cada uno de nuestros pensamientos. Juzgamos todo según los propósitos del ego (L.25.2:1). Incluso antes de que empecemos a evaluar lo que algo significa, damos por sentado que sea lo que sea y cualquiera que sea su significado, no es parte de nosotros, es otro. Desde esa base, no podemos saber o entender nada, porque no es otro. Es parte de nosotros.

Desde la cuna un bebé pasa por el proceso de aprender que su pie o su mano forman parte de él. Al comienzo el bebé no sabe esto. Puedes observar al bebé tratando a veces al pie como si fuera un objeto extraño.

Todos somos exactamente iguales a ese bebé, porque no reconocemos partes de nosotros mismos cuando las vemos, pensamos que son otra cosa. Debido a que pensamos que son otra cosa, somos incapaces de hacer juicios que tengan sentido. Nuestros juicios son exagerados, inexactos, y están tan lejos de la realidad que son ridículos.

Olvidémonos de nuestras propias ideas acerca del propósito del mundo. Pues no lo sabemos. (T.31.I.12.2-3)

Si no sabemos cual es el propósito de algo, ¡no podemos juzgarlo! No podemos valorar si está o no cumpliendo su propósito, porque no sabemos cuál es su propósito.
No se nos pide que adquiramos todo este conocimiento que nos falta, lo que se nos pide es que nos aquietemos y que recordemos lo poco que sabemos (T.31.II.6:4). El Texto nos dice que no hay afirmación que el mundo tema oír más que ésta:

No sé lo que soy, por lo 1anto, no sé lo que estoy haciendo, dónde me encuentro, ni cómo considerar al mundo o a mí mismo. (T.31.V.17:7)

Continúa diciendo que esta lección es donde nace la salvación. Aquí es donde empieza nuestro aprendizaje: admitiendo que somos incapaces de juzgar. ¡No sabemos todas estas cosas! Reconocer nuestra ignorancia es el nacimiento de la salvación porque mientras no admitamos que no sabemos, no pediremos ayuda. Mientras pensemos que sabemos, estamos bloqueando el verdadero conocimiento.

Los niños reconocen que no entienden lo que perciben y, por lo tanto, preguntan cuál es su significado. No cometas la equivocación de creer que entiendes lo que percibes, pues su significado se te escapa… Sin embargo, mientras creas que sabes cuál es el significado de lo que percibes, no verás la necesidad de preguntárselo a Él.


No sabes cuál es el significado de nada de lo que percibes. Ni uno solo de los pensamientos que albergas es completamente verdadero. Reconocer esto sienta las bases para un buen comienzo. (T.11.VIII.2:2-3,5; 3:1-3)







TEXTO

V. Más allá de la percepción


1. He dicho que las capacidades que ahora posees no son sino sombras de tu verdadera fortaleza, y que la percepción, que es intrínsecamente enjuiciadora, comenzó sólo después de la separa­ción. 2Desde entonces nadie ha estado seguro de nada. 3He dejado claro asimismo que la resurrección fue el medio para regresar al conocimiento, lo cual se logró mediante la unión de mi voluntad con la de mi Padre. 4Es oportuno ahora establecer una distinción que ha de clarificar algunos de los postulados que se presentarán más adelante.

2. Desde que se produjo la separación ha habido una gran confu­sión entre las palabras "crear" y "fabricar" : 2Cuando fabricas algo, lo haces como resultado de una sensación específica de carencia o de necesidad. 3Nada que se haya hecho con un propósito especí­fico tiene la capacidad de poder generalizarse. 4Cuando haces algo para remediar lo que percibes como una insuficiencia, estás afirmando tácitamente que crees en la separación. 5El ego ha inventado un gran número de sistemas de pensamiento ingenio­sos con ese propósito. 6Mas ninguno de ellos es creativo. 7La inventiva, aun en su manifestación más ingeniosa, es un esfuerzo en vano. 8Su naturaleza sumamente específica apenas se compara con la creatividad abstracta de las creaciones de Dios.

3. El conocimiento, como ya hemos observado, no conduce a la acción. 2Tu confusión entre tu verdadera creación y lo que has hecho de ti mismo es tan grande que se te ha hecho literalmente imposible saber nada. 3El conocimiento es siempre estable, y es evidente que tú no lo eres. 4Aun así, eres perfectamente estable tal como Dios te creó. 5En ese sentido, cuando tu comportamiento es inestable, estás en desacuerdo con la Idea que Dios tiene acerca de tu creación. 6Puedes hacer esto si así lo eliges, mas no querrías hacerlo si estuvieses en tu mente recta.

4. La pregunta fundamental que continuamente te haces no pue­des propiamente dirigírtela a ti mismo. 2Continúas preguntán­dote qué es lo que eres, 3lo cual implica no sólo que sabes la respuesta, sino que es a ti a quien le corresponde proveerla. 4No obstante, es imposible que puedas percibirte a ti mismo correcta­mente. 5No tienes una imagen que puedas percibir. 6La palabra "imagen" está siempre vinculada a la percepción y no forma parte del conocimiento. 7Las imágenes son simbólicas y representan algo diferente de ellas mismas. 8La idea de "cambiar tu imagen" reconoce el poder de la percepción, pero implica también que no hay nada estable en ti que se pueda conocer.

5. El conocimiento no está sujeto a interpretaciones. 2Puedes tratar de "interpretar" el significado de algo, pero en eso siempre existe la posibilidad de equivocarse porque se refiere a la percepción que se tiene del significado. 3Tales incongruencias son el resultado de tus intentos de considerarte a ti mismo separado y no-separado al mismo tiempo. 4Es imposible incurrir en una confusión tan funda­mental sin aumentar aún más tu confusión general. 5Tu mente podrá haber llegado a ser muy ingeniosa, pero como siempre ocu­rre cuando el método y el contenido están en desacuerdo, la usas en un fútil intento de escaparte de un callejón sin salida. 6La inge­niosidad no tiene nada que ver con el conocimiento, pues el cono­cimiento no requiere ingeniosidad. 7El pensamiento ingenioso no es la verdad que te hará libre, pero te librarás de la necesidad de usarlo una vez que estés dispuesto a prescindir de él.

6. La oración es una forma de pedir algo. 2Es el vehículo de los milagros. 3Mas la única oración que tiene sentido es la del perdón porque los que han sido perdonados lo tienen todo. 4Una vez que se ha aceptado el perdón, la oración, en su sentido usual, deja de tener sentido. 5La oración del perdón no es más que una petición para que puedas reconocer lo que ya posees. 6Cuando elegiste la percepción en vez del conocimiento, te colocaste en una  posición en la que sólo percibiendo milagrosamente podías parecerte a tu Padre. 7Has perdido el conocimiento de que tú mismo eres un milagro de Dios. 8La creación es tu Fuente y es también la única función que verdaderamente tienes.

7. La afirmación "Dios creó al hombre a imagen y semejanza pro­pia" necesita ser reinterpretada. 2"Imagen" puede entenderse como "pensamiento", y "semejanza" como "de una calidad semejante." 3Dios efectivamente creó al espíritu en Su Propio Pensa­miento y de una calidad semejante a la Suya Propia. 4No hay nada más. 5La percepción, por otra parte, no puede tener lugar sin la creencia en "más" y en "menos". 6La percepción entraña selectivi­dad a todo nivel. 7Es un proceso continuo de aceptación y rechazo, de organización y reorganización, de substitución y cam­bio. 8Evaluar es un aspecto esencial de la percepción, ya que para poder seleccionar es necesario juzgar.

8. ¿Qué le ocurre a la percepción en ausencia de juicios, o de nada que no sea perfecta igualdad? 2Percibir se vuelve imposible. 3La verdad sólo se puede conocer. 4Toda ella es igualmente verdadera, y, conocer cualquier parte de ella es conocerla en su totalidad. 5Unicamente la percepción entraña una conciencia parcial. 6El conocimiento transciende las leyes que gobiernan la percepción porque un conocimiento parcial es imposible. 7El conocimiento es uno y no tiene partes separadas. 8Tú que eres realmente uno con él, sólo necesitas conocerte a ti mismo para que tu conocimiento sea total. 9Conocer el milagro de Dios es conocerlo a Él.

9. El perdón es lo que sana la percepción de la separación. 2Es necesario que percibas correctamente a tu hermano debido a que las mentes han elegido considerarse a sí mismas como entidades separadas. 3El espíritu tiene absoluto conocimiento de Dios. 4En eso radica su poder milagroso. 5El hecho de que cada uno de nosotros disponga de ese poder en su totalidad es una condición enteramente ajena al pensar del mundo. 6El mundo cree que si alguien lo tiene todo, no queda nada para los demás. 7Mas los milagros de Dios son tan totales como Sus Pensamientos porque son Sus Pensamientos.


10. Mientras continúe habiendo percepción, la oración será necesa­ria. 2Puesto que la percepción se basa en la escasez, los que perci­ben no han aceptado totalmente la Expiación ni se han entregado a la verdad. 3La percepción se basa en un estado de separación, así que todo aquel que de alguna manera percibe, tiene necesidad de curación. 4El estado natural de los que gozan de conocimiento es la comunión, no la oración. 5Dios y Su milagro son inseparables. 6¡Cuán bellos son en verdad los Pensamientos de Dios que viven en Su Luz! 7Tu valía está más allá de la percepción porque está más allá de toda duda. 8No te percibas a ti mismo bajo ninguna otra luz. 9Conócete en la Única Luz en la que el milagro que eres se alza en perfecta claridad.






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